A unos 100 km al norte de La Serena, en la IV Región de Chile, la localidad de Punta de Choros se ha convertido en los últimos 10 años en un sitio clave para los amantes de la fauna marina, el buceo, el descanso y los variados y exquisitos frutos de mar. Con esa fama, no dudamos en realizar una visita a la Reserva Nacional Pingüino de Humboldt (cuyo principal objetivo es la conservación de dicha especie), a la cual se accede desde el km 547,5 de la ruta Panamericana N° 5, recorriendo 30 km de un zigzagueante camino. La impronta del desierto se observa en la escasa vegetación, con el predominio de cactos, mientras jotes de cabeza colorada planean en busca de algo para comer y un zorro gris cruza raudo el camino.
La reserva tiene una superficie de 859,3 hectáreas, abarcando las islas Choros, Damas y Chañaral. La única habilitada para actividades de ecoturismo es Damas, razón por la cual la venta de entradas está sujeta a la capacidad máxima que posee la misma diariamente.
Nos embarcamos rumbo a la isla Choros y pocos minutos después de la partida avistamos el soplido de un cetáceo, y a través de su aleta dorsal confirmamos que era una ballena fin. Sin salir del éxtasis del encuentro se sumó un grupo de cuatro delfines nariz de botella que se acercaron a la embarcación, a la que se adelantaron y acompañaron jugando en la proa y popa. Al llegar a la isla, lobos marinos de un pelo y chungungos o nutrias de mar se encontraban en sus orillas. En el recorrido por sus costas nos sorprendió la cantidad de pingüinos Humboldt, cormoranes guanay, yeco y liles, pelícanos y piqueros, entre otras especies.
Seguimos la navegación a la isla Damas, que nos sorprendió con sus playas de arenas blancas y aguas verdes, totalmente transparentes. Allí descendimos en el área denominada La Poza y visitamos las playas Las Tijeras y Las Damitas. A media tarde regresamos navegando tranquilos hacia el puerto.
Nos hospedamos en unas cabañas ubicadas frente a la isla Gaviotas y su dueño, César, nos invitó a realizar nuestro bautismo submarino al día siguiente. Salimos temprano por la mañana luego de cargar los equipos en la embarcación rumbo a las cristalinas aguas de la bahía de isla Damas. Tuvimos una clase teórica y, en una sesión divertida y relajada, nos sumergimos en la profundidad del silencio del mundo ingrávido del Pacífico, con formas y colores para nosotros desconocidos: lobos marinos, distintos cardúmenes, camarones, entre otros, nos acompañaron en esta fantástica experiencia submarina.