Parrillas veggies para ir con amigos

Para Andrés Mazer, dueño de la parrilla Maiky de Palermo, el asado es un ritual que une a amigos y familiares, por eso, en su carta hay platos para todos los gustos. Si querés ir por un clásico de la casa, el sándwich Malena no falla, servido en pan casero con provoleta a las brasas, vegetales grillados (berenjenas, zapallo, morrones y zucchinis) y pesto de albahaca. Sus pastas artesanales de sémola de trigo candeal también son imperdibles, especialmente la lasagna al horno de espinacas con ricota, salsa de tomates y parmesano gratinado o los ravioloni amalfitani rellenos de ricota, tomates secos y un toque de limón que realza la frescura del plato. Si estás para algo más ligero, el wok de arroz yamaní es una buena opción y lleva verdeo, vegetales salteados y semillas de sésamo, aderezado con salsa de soja y aceite de sésamo. El local cuenta con un moderno salón, un patio abierto y una gran terraza.

Tribu, el nuevo restaurante de río del Bajo Martínez, es “el” lugar para disfrutar opciones de la parrilla o al horno de barro con una vista inmejorable y cuentan con muchas opciones veggie que tientan a cualquiera. Para picar algo fresco, la burrata cremosa se sirve sobre un colchón de rúcula fresca con tomates cherry orgánicos confitados y berenjenas en brunoise al escabeche. Una buena idea es seguir con una de sus pizzas de masa madre al horno de barro, como la de queso azul, mozzarella, peras caramelizadas y rúcula fresca. Más contundente es la hamburguesa casera de lentejas, garbanzos, zanahorias asadas y semillas, servida en pan de Viena con lechuga, tomate y salsa tártara. Ideal para compartir al aire libre con alguno de sus cócteles de autor.

El restaurante Viejo Patrón de Liniers es especialista en carnes de pastura, pero acá los vegetarianos también encuentran lugar. Su amplio menú incluye algunas joyas como el “cajón de vegetales” a las brasas que lleva cabutia, berenjenas, zucchinis, morrones y cebolla asados; y los hongos portobello “rancheros” con huevos fritos en aceite de oliva. Por el lado de las pastas, los ñoquis de calabaza en manteca y crema de quesos encabezan el podio, pero los ravioles de espinaca, ricota y provolone con pomodoro casero no se quedan atrás. Para mejor, podés maridar estos platos con vinos sugeridos por el sommelier de la casa, Juan Tula.

De paseo por Nordelta se encuentra la parrilla Canta El Gallo, un lugar con aires de campo que invita al placer y tiene alternativas para todos. El chipá guazú es una de las especialidades de la casa: un reconfortante pastel de choclo, cebolla y queso, típico de la cocina paraguaya, que se ofrece como guarnición del asado pero bien puede oficiar de principal. Para complementar se recomienda el tentador queso camembert al horno con mermelada casera de morrones y la ensalada Mediterránea con rúcula fresca, bocconcinos, tomates confitados, olivas negras y vegetales al horno. Su amplio deck externo es el spot preferido para despedir el verano.