
Gran Jefe nos confirma viaje con fecha. (Yo pensaba que estaba confirmado pero parece que no).
-¿Vos laburás en otra agencia, nena?
Vamos los dos finalmente, Pedro y yo. Veremos cómo funciona una convivencia de una semana juntos. ¿La mala noticia? Gran Jefe viene también. Eso significa fumárselo a él y su habano las 24 horas de corrido; que sea la primer persona que ves a la mañana con el café con leche y las "croissants" y la última antes de apoyar la cabeza en la almohada. Pedro dice que vamos a tener que viajar medicados, que si no se queda con la cuenta nos prohíbe la entrada de vuelta al país o nos manda a Guantánamo.
Mientras tanto, ayer me encajó una desgrabación de unas entrevistas en inglés que deberían haber hecho en la consultora y no hicieron. El chistecito me llevó hasta las 2 de la mañana. Lo odio. No hay nada más tedioso para hacer. Nunca más.
-Comprate lo que necesites para tu casa y mandatelo al hotel. Aprovechá que está todo a un tercio de lo que pagás acá y tenés tiempo.
Mara y sus ideas brillantes. Como si no tuviese nada que hacer, ayer (entre frase y frase) me colgué media hora buscando almohadones en Ikea; dos minutos más y le empezaba a dar a la tarjeta. Quiero de todo: sábanas, individuales, toallas... Tengo que conseguir una valija (las dos que tengo están impresentables) y encontrar mi ropa de verano en algún lugar. Dicen que el calor en NYC está agobiante. Lindo eso de andar luciendo los pies blancos y los bracitos poco torneados de mi invierno...
-No te des manija porque no te vas a cambiar el cuerpo en un mes. Ya está, entregate, pasás por una yankee más. "Blending" que le dicen...
Ya arranco con la lista de cosas para hacer antes del viaje y la casa todavía en "veremos".
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