Patricia Sosa. "Canté para cuatro millones de personas en la India"

-China. Porque es una cultura muy diferente de la nuestra, y me interesa mucho todo lo que sea diferente de lo que estamos acostumbrados, como los rituales religiosos, las comidas.

-Mi mayor hazaña es haber conocido India, en marzo del año pasado. Estuve en Bangalore, Nueva Delhi. Primero en un ashram meditando, y haciendo cursos, participé de la Fiesta de Shivaratri, una de las más importantes de la India, porque dicen que Shiva baja a la tierra y se lleva los deseos más profundos. Después de ahí me fui a la locura tremenda de Nueva Delhi. Está muy bien saber meditar, porque de otra manera me agarraba un infarto. Ahí participé del festival Mundial de la Cultura por la Paz y la Diversidad, y canté para cuatro millones de espectadores sentados.

Sí, se hizo en un descampado, y el escenario tenía siete cuadras. Nos manejábamos ahí arriba con carritos de golf.

-Muy bien. Viajé como representante de la Argentina, y cada uno de los representantes de distintos países cantaba una canción. Yo canté Canción con todos, de César Isella, acompañada por tres mil músicos, una cosa impresionante. Había gente de países y culturas que ni siquiera sabía que existían ni podía nombrar, todos venían a dar sermones por la paz. Al final se hizo una meditación colectiva con casi 4 millones de personas, y la verdad que te despegabas del piso.

-Sí, recorrí un montón de templos y museos, visité la casa de Gandhi, y me junté mucho con gente de allá, que está en la calle. Como todos hablan inglés, pude hablar con ellos. Me senté con dos señoras que estaban en un umbral charlando, con los zaris en la cabeza, y me acariciaban el pelo. Me pedían sacarse fotos conmigo, porque les parecía rara.

-Siempre miro el vaso medio lleno, y digo: Este es el mejor día que hay para viajar. Voy lo más cómoda posible, y en los aviones trato de no comer y dormir lo más posible, así cuando llego estoy lista para hacer de todo.

-Me gusta mucho leer, llevarme algún librito.

-Con Lucía Galán, porque somos muy amigas, tenemos muy buena sintonía y ella tiene un humor muy ácido que me hace reír muchísimo. Aparte es una persona que te mira de frente, que nunca te miente.

-Primero nos iríamos a Las Vegas, veríamos todos los shows, nos divertiríamos muchísimo, no pararíamos de reírnos, después supongo que iríamos a Italia, un país muy lindo para recorrer, con muchos museos y mucha historia, seguiríamos por España, donde ella me mostraría el pueblo de su familia en Asturias, y pasaríamos de habernos reído demasiado a las lágrimas totales.

-El palacio de Pedro el Grande, en San Petersburgo. Era una cosa tan fastuosa que me quedé con la boca abierta. No sé cuántos escalones tenés que subir hasta llegar al palacio, pero escalón por medio hay unas figuras de oro más grandes que el tamaño de un ser humano. Antes de llegar hay una zona toda empedrada, y cuando pisás determinadas piedras, te sale un chorro de agua que te da en la cara. A Pedro el Grande le gustaba hacer chistes, y se divertía de esa forma con los visitantes cuando llegaban a su palacio. Muy hermoso.

-Me iría a Córdoba para ligarme muchísimo con la naturaleza, hacer caminatas, meditar y componer.

-Lo pasaría en República Dominicana. Me haría traer un desayuno a la habitación con muchas frutas, porque allá hay unas frutas divinas y maravillosas. Después me iría un rato a la playa, me haría un masaje en un lugar en unas carpas adentro del mar. Como no hay olas, las camillas están puestas a ras del agua, y vos te acostás y podes tocar el agua con las manos. Más tarde me cambiaría, me pondría linda y por la noche me iría a los fogones que hacen en la playa, a cantar y bailar hasta muy tarde.

Más información. Acaba de grabar en Málaga el disco ONCE (concierto para dos), con el gran pianista Chucho Valdés, donde interpreta boleros cubanos de la década del 30 y del 40.