LIVERPOOL ( El Mercurio , de Santiago. Grupo de Diarios América).- Estoy justo frente al legendario portón rojo de Strawberry Field, cumpliendo un sueño de adolescencia.
Hasta aquí, cada año, cada mes, cada día, cada minuto, miles de fanáticos de The Beatles llegan sólo para sacarse la misma foto y, luego, para decir lo mismo: que estuvieron aquí, que se asomaron. Porque, en realidad, se trata sólo de eso: un sitio para asomarse. Strawberry Field fue alguna vez un orfanato, pero hoy está abandonado y no es más que un portón rojo que un grupo de anónimos fans pinta cada cierto tiempo, que tiene un montón de maleza detrás.
Cerca de Strawberry Field -en rigor, justo detrás- está la casa de Fernando el Niño Torres y también la de Javier Mascherano, dos jugadores del Liverpool, uno de los equipos de fútbol más populares de Inglaterra. Pero eso a nadie parece importarle. Todos vienen aquí por The Beatles. Sólo por The Beatles.
"Hay personas que sienten escalofríos en la entrada de Strawberry Field", cuenta Tim Hemmings, guía y fan de The Beatles, mientras estaciona su van justo a pasos del mítico portón.
"He visto gente que llega al aeropuerto (que se llama John Lennon) y se pone a llorar. Para algunas personas éste ha sido el sueño de toda su vida. Se han pasado la vida escuchando a The Beatles y pensando en Liverpool, y llegar por fin aquí es increíble. Yo he estado dos mil, tres mil veces en las puertas de Strawberry Field, pero siempre trato de recordar que quienes traigo no. Que para ellos es la primera vez. Y tal vez la última."
Alrededor de 600.000 turistas visitan Liverpool cada año. Y la mayoría lo hace prácticamente por dos razones: The Beatles y el fútbol. Claro que los primeros ganan por goleada: según cifras del Consejo Municipal, el turismo ligado a los Fab Four genera unos 31 millones de dólares anuales para la ciudad.
El fenómeno, en todo caso, es reciente. Podría decirse que comenzó el 8 de diciembre de 1980, cuando Mark David Chapman metió cuatro balas en el cuerpo de John Lennon (y falló una quinta), frente al edificio Dakota de Nueva York. Entonces, como dice Paul Du Noyer en su libro Liverpool: Wondrous Place , los liverpulianos despertaron a un legado que hasta entonces daban por hecho. "Con Lennon muerto, The Beatles dejaron de ser noticias viejas y se transformaron en una instantánea industria patrimonial -escribe Du Noyer-. "Hoy no se podría caminar desde el Albert Dock hasta Matthew Street sin encontrar cualquier tipo de memorial beatle (...). Y en el proceso es posible que uno escuche la mitad de su catálogo."
Es cierto: cada paso que uno da en Liverpool recuerda, de una u otra forma, al grupo que lideró la revolución cultural y social de los años 60. En las calles del centro, por ejemplo, no hay letrero que no indique hacia dónde está The Cavern en la dichosa Matthew Street, donde comenzó la llamada beatlemanía . No pasan más de diez minutos sin que uno se encuentre con el ómnibus del Magical Mystery Tour, transporte multicolor idéntico al de la película de The Beatles de 1967 y que hace el más clásico tour beatle por la ciudad. O con el Yellow Duckmarine (vehículo anfibio y amarillento común en muchas ciudades, y que aquí homenajea al Yellow Submarine), que hace un rebuscado city tour desde el muelle Albert Dock.
En sólo un par de cuadras aparece un McCartney´s Bar (hay uno en Hanover Street, por ejemplo), una especie de resbalín llamado Helter Skelter (término inglés referido a los toboganes, pero también nombre de un tema de The Beatles), varios taxis beatle (llevan a los principales hitos de la banda), un café Maggie May, tiendas de nombre Imagine Liverpool (citando, obvio, al himno de Lennon), y hasta en un Burger King (en un local estratégico del centro, cerca de Whitechapel Street) se ve una enorme foto con la histórica imagen de The Beatles saltando, de la película A Hard Day´s Night .
Todo eso antes de haber puesto un pie en Matthew Street, la verdadera meca de los beatlemaníacos.
Matthew Street es la calle del Cavern Club, lugar donde The Beatles fueron descubiertos y comenzaron su camino al cielo: tras tocar allí unas 272 veces entre 1961 y 1963, dejaron para siempre su provinciana Liverpool, partieron a Londres y luego conquistaron el mundo.
Hoy, Matthew Street es un ir y venir de turistas de todo el mundo, cumpliendo prácticamente el mismo rito: posar junto a la estatua de John Lennon, mirar los ladrillos con nombres de grupos y solistas que alguna vez actuaron en The Cavern, bajar por las sinuosas escaleras del legendario club (aunque es sólo una réplica: el original cerró en 1973) y fotografiarse junto al escenario subterráneo, donde todos los días suena música de The Beatles.
No hay que esperar más, tampoco: esto es sólo el mito del Cavern Club. 47 años después.
Aunque Liverpool parece girar en torno del legado de The Beatles, la ciudad tiene vida más allá.
Liverpool continúa siendo un puerto donde la diversión y la juerga son parte esencial de la idiosincrasia.
Hay música en vivo, por cierto. Mucha. Bandas nuevas de rock, cantantes de folk, gente que sueña con la fama en clubes como el Zanzibar, el Bumper o el Mello Mello. No todos piensan en el ejemplo de The Beatles. De Liverpool también salieron Elvis Costello, Echo & The Bunnymen, Frankie Goes to Hollywood y, recientemente, The Coral o The Wombats, que han alcanzado cierto reconocimiento internacional.
Sebastián Montalva
LOS SIETE MANDAMIENTOS
1 - Vaya al Cavern Club, claro, pero un jueves en la noche, cuando el grupo The Mersey Beatles hace un show beatle que no decepciona (como sucede con los imitadores de la tarde o el grupo que invita a cantar al público los sábados).
2 - Si no repara en gastos, tome el Beatles Extravaganza Day Tour que organiza Pool of Life Tours, el mejor de la ciudad. Cuesta 95 libras por persona y lleva a los principales sitios Beatles, incluido el club Casbah, de la familia Best. Van máximo 8 personas, puede ser en español y su guía es Tim Hemmings, cuyos padres viven al lado de Strawberry Field (así que él se estaciona a pasos). beatlesdaytour@pooloflifetours.com
3 - Si el presupuesto es menor, una buena opción es el Magical Mystery Tour, viaje de dos horas a bordo de un ómnibus idéntico al de la película. Sale a las 14.30 desde el Albert Dock, 14,95 libras ( www.beatlestour.org ). Otra es subirse a los taxis beatle, que hacen recorridos para hasta 5 personas desde 50 libras ( www.thebeatlesfabfourtaxitour.co.uk ).
4 - Prográmese: las casas-museo de John Lennon y Paul McCartney sólo abren de marzo a octubre, y están cerradas al público los lunes y martes.
5 - Hay varios lugares para comprar suvenirs, pero el mejor es la tienda del museo Beatles Story, en el Albert Dock. Hay, literalmente, de todo (hasta calzoncillos) de buena calidad y con frecuentes ofertas. El museo, por cierto, es imperdible. Y ojo: tiene un segundo local en el Pier Head. Entrada: 12,95 libras adultos; www.beatlesstory.com
6 - Dos libros recomendables: The Beatles Liverpool, una completa guía para ir a todos los lugares relacionados con The Beatles en Liverpool (6,99 libras, en la tienda Imagine Liverpool, en el Pier Dock), y Liverpool Wondrous Place, de Paul Du Noyer, que repasa la historia musical de la ciudad (9,99 libras en librerías).
7 -. Si es un auténtico fan considere mínimo cuatro días en Liverpool. Seguro querrá volver a más de algún sitio.