
Con motivo de la realización de Expo Todo Esquí,visitó Buenos Aires Henry Purcell, presidente de Portillo, el centro de esquí chileno situado a 140 kilómetros al norte de Santiago, que este año celebra su cincuentenario.
Este neoyorquino, que cambió las grandes corporaciones hoteleras por la cordillera de Los Andes, hace 38 años que está al frente de ese centro de invierno.
Tradicionalmente el centro recibe a esquiadores argentinos -representan el 40 por ciento del mercado brasileños y estadounidenses.
Purcell comenzó su labor a los 26 años, cuando fue contratado por dos norteamericanos que habían comprado el centro al gobierno chileno. Las posibilidades que ofrecía la montaña eran amplias: la belleza, imponente y las condiciones para esquiar, óptimas. Sin embargo, había mucho para cambiar y modernizar.
Después de contratar al campeón olímpico Othmar Schneider como director de la escuela de esquí, hubo una fuerte campaña publicitaria para promover el centro. Purcell intentaba poner el hotel en condiciones. Su iniciativa estaba bien justificada: cuando llegó descubrió que un cordero, al que llamaban Lulumba, habitaba en el living del establecimiento.
Para la inauguración de Portillo se alquiló un avión en Estados Unidos para trasladar a un grupo de importantes esquiadores. En esa época el viaje ofrecía muchas dificultades. Al centro sólo se llegaba en un tren de trocha angosta que ascendía serpenteando las laderas de la montaña y se interrumpía cuando se presentaba una avalancha.
El campeonato mundial de esquí, en 1966, le asignó a Portillo el carácter de centro internacional. El plan de modernización le cambió la cara a la estación invernal. Fueron incorporados nuevos andariveles, equipos de alta tecnología, una piscina al aire libre climatizada y gimnasio. En 1970 concluyeron las obras de acceso por la actual ruta.
Según Purcell, Portillo es un centro de esquí relativamente pequeño, pero en razón de la buena cantidad de sistemas de elevación evita que se formen filas y se congestionen de esquiadores las pistas. "Es un lugar donde todos se conocen y siempre vuelven; esto permite ofrecer un trato personalizado. El esquí, obviamente, es el mayor atractivo, pero hay otras actividades para practicar." Es posible jugar al fútbol, voley, tomar sesiones de masajes, así como disfrutar de la gastronomía de su restaurante.
Con su amplia experiencia en la nieve y con el mismo entusiamo que tuvo cuando comenzó, Purcell se prepara para la próxima temporada que comenzará a mediados del mes próximo.
A punto de derretirse
Concluye hoy la Exposición Internacional del Deporte y Turismo Invernal Expo Todo Esquí 2000, en el Complejo de Exposiciones del Buenos Aires Sheraton Hotel & Towers, que en esta novena edición congregó a más de 100 expositores nacionales e internacionales. La feria, que fue inaugurada el miércoles último por el secretario de Turismo de la Nación, Hernán Lombardi, reunió a todos los expositores de la Argentina y Chile, y también de los principales centros de esquí de Canadá, Suiza y Estados Unidos.
También estuvieron operadores turísticos, líneas aéreas, restaurantes, hoteles, firmas de equipamiento deportivo y sitios de Internet relacionados con la disciplina.
Henry Purcell, de EE.UU. a los Andes
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