

Piedras que ruedan no crían musgo . Por eso son tan estimulantes los feriados largos, un puente en el almanaque para saltar de la rutina a la aventura. No importa que cueste tanto obtener un boleto de avión u ómnibus a cualquier lado o se agoten los paquetes de promoción de las agencias de turismo.
El mandato es salir. Súbitamente, mayo en la Argentina pasó a ser temporada altísima, en especial en las atracciones clásicas.
Entonces es el momento oportuno de hacer una jugada diferente y buscar caminos menos transitados por la costumbre y recordar que estamos en el Bicentenario de la Revolución de 1810. Hacerlo con nuestro propio auto, que está siempre a la orden, y preparar el recorrido respetando las ventajas de los viajes temáticos. En especial siguiendo las huellas de la historia que suele estar acompañada por la belleza de nuestros paisajes.
Un buen compañero de ruta puede ser cualquiera de los libros de Félix Luna, que está más cerca de la comprensión integradora que de la polémica.
Es habitual que pasemos de largo, sin prestar atención, ante los carteles que nos indican que estamos ante una referencia histórica. Puede depararnos una grata sorpresa detenernos y preguntar a los vecinos, que siempre tendrán relatos de hechos grandes o pequeños.
A veces en un escenario que no ha cambiado como en el antiguo Camino Real al Perú en el norte de Córdoba, donde se conservan testimonios del servicio de postas de los tiempos coloniales. Por Sinsacate cabalgó don José de San Martín, cuando era coronel y marchaba para hacerse cargo del Ejército del Norte. Y recibió la ayuda de caballada del maestro de posta con animales de la estancia de Santa Catalina que había pertenecido a los jesuitas en Ascochinga. Dicho sea de paso en el convento filmó Robert De Niro escenas de La misión .
Cerca esta Barranca Yaco, donde la planicie repentinamente se abría en una ancha hondonada que dejaba un paso muy estrecho cubiertos los costados con un viejo bosque de talas, algarrobos y espinillos típicos de la zona ideal para una emboscada. Allí por el Camino Real Quiroga va en coche al muere .
Actualmente el nuevo trazado de la ruta lo marginó, pero recuerda el drama un pequeño monumento a Quiroga y nueve cruces que se colocaron sobre las tumbas de los otros asesinados. Los restos del general fueron velados en la posta de Sinsacate cuyo edificio se restauró bajo la dirección del arquitecto Mario J. Buschiazzo, el mismo que diseñó el pórtico del cementerio de la Recoleta donde fue enterrado de pie, según dice la leyenda, el Tigre de los Llanos.
Por el mismo Camino Real donde fue muerto el federal pasó el unitario Juan Lavalle, que sería asesinado en Jujuy. La posta está incluida en el catálogo de Monumentos Históricos de la República Argentina, que es una valiosa ayuda para diseñar recorridos para los turistas que busquen algo más.
Y aunque no desee andar por los caminos con su propio auto, también es un circuito válido para peatones en ciudades como Buenos Aires donde cada baldosa nos cuenta una historia.
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