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Por las profundidades de Estados Unidos

Las cavernas de Kartchner son el pasaje para iniciar un viaje subterráneo por el Estado de Arizona




BENSON, Arizona (The New York Times).- Un día frío y nublado de noviembre de 1974, Randy Tufts (de 26 años) y Gary Tenen (de 24), compañeros de colegio y espeleólogos aficionados, exploraban el sur de Arizona en busca de cuevas ignotas.
En los montes Whetstone, 60 km al sudeste de Tucson, bajaron a una dolina -un hoyo natural, cavado por la acción disolvente y erosiva de las aguas en rocas calizas- y sintieron una brisa cálida que hedía a guano de murciélago. Salía de una abertura diminuta. La agrandaron y penetraron reptando en un túnel bajísimo de sólo 60 cm de ancho, a sabiendas de que se introducían en una caverna ignota.
Días después regresaron para ahondar su exploración y sólo entonces se percataron de la magnitud del descubrimiento. Treparon a un reborde, encendieron sus lámparas de carburo y la luz inundó un recinto inmenso, cuyo fondo no alcanzaron a divisar. Lo llamaron Gran Sala; luego, comprobaron que medía 90 metros de largo e integraba un sistema de cavernas de 2,8 hectáreas.
"Miraba todo aquello casi temiendo que desapareciera si desviaba la vista", recuerda Tufts, ahora investigador científico en la Universidad de Arizona (Tucson). "Pronto asumimos la responsabilidad de preservar las cuevas", acota Tenen, hoy propietario de una imprenta en Tucson.
Guardaron en secreto su descubrimiento, al extremo de mencionarlo únicamente a unos pocos amigos bajo el código Xanadú, en alusión al poema de Coleridge Kublai Khan que habla de "cavernas inconmensurables para el hombre".
En 1978, notificaron a James y Lois Kartchner, propietarios de esas tierras, el tesoro oculto en sus entrañas. En 1984, Tenen y Tufts contactaron a funcionarios estatales y les propusieron convertir el predio en un parque estatal.
En 1982, la Legislatura de Arizona aprobó la partida correspondiente. A mediados de noviembre, 25 años y 28,4 millones de dólares después de su descubrimiento, el público pudo ver, por primera vez, esta maravilla geológica al inaugurarse el Parque Estatal Kartchner Caverns.
Rocas y fósiles El sistema comprende dos galerías del tamaño de sendas canchas de fútbol y 30 metros de altura, y 26 cavernas más pequeñas. La temperatura y la humedad se mantienen estables todo el año, con una media de 20°C y 99 por ciento, respectivamente.
Su evolución es de más de 330 millones de años. El goteo constante ha dejado su huella. Hay miles de estalactitas, una de las formaciones de leche lunar (microscópicos cristales de calcita) más extensas del mundo, y otras rarezas minerales.
En la Rotonda, dónde sólo han quedado las huellas de sus descubridores, hay cenagales que en ciertas épocas del año se transforman en un lago. De su bóveda penden las llamadas soda straws (sorbetes), estalactitas del grosor de un lápiz que, en ciertos lugares, se agrupan por docenas. Una mide actualmente 6,30 metros y es el sorbete más largo que se conoce en los Estados Unidos.
A lo largo del Pasadizo Imaginario, las vetas carmesí y del color de la crema acaramelada recuerdan las fetas de tocino. Aquí y allá, la leche lunar parece manar de las paredes de roca.
La Sala del Trono presenta la formación más impresionante: la columna Kublai Khan, de 17,4 metros de altura, centro de un espectáculo de luz y sonido.
Los paleontólogos también exploraron las cavernas. Hallaron varios fósiles: la osamenta de un perezoso terrestre Shasta de 80.000 años, el cráneo de un caballo (34.000 años) y restos de un oso (11.000 años).
El público recorre La Rotonda y la Sala del Trono, en el nivel superior del sistema. La Gran Sala se habilitaría dentro de dos o tres años.
En las 202 hectáreas del parque estatal, hay acceso para discapacitados, bicisendas, áreas para picnic y un centro informativo, el Discovery Center, cuyo material didáctico incluye una recorrida de toda la red de cavernas, simulada por computadora, titulada Viaje subterráneo.
Las autoridades del parque calculan que en el primer año lo visitaron de 150.000 a 200.000 personas. "Se trata de administrar algo muy especial y legarlo a los niños de hoy y sus descendientes", expresó Ken Travous, director de Parques Estatales de Arizona.

Datos útiles

Cómo llegar

  • El pasaje aéreo, ida y vuelta, desde Buenos Aires hasta Tucson (Arizona) cuesta alrededor de 1000 dólares, con impuestos y tasas incluidos.
Alojamiento

  • Una habitación doble en un hotel tres estrellas oscila entre los 40 y 80 dólares; en uno de cuatro, entre 70 y 180, y en uno de cinco, desde 90.
Visita al parque

  • El parque estatal Kartchner Caverns abre todos los días de 8 a 18. La entrada cuesta 10 dólares por automóvil con un máximo de 4 personas y un dólar por pasajero adicional. Es recomendable reservarla con anticipación.
  • El paseo guiado cuesta 14 dólares para los adultos, 6 para los niños de hasta 13 años y gratis para los menores de 7. Se recorre un kilómetro y medio en aproximadamente una hora. Los grupos, siempre con guías, salen cada 20 minutos.
El servicio incluye paseos por el parque, el Discovery Center, las áreas de picnic y caminatas. Informes:001 520 586-2283/4100.
En Internet
Alisha Berger
Traducción Zoraida J. Varcárcel

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por Redacción OHLALÁ!


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