Cuando empezamos a contarle a nuestros conocidos que íbamos a casarnos algo me sorprendió. La reacción instantánea de muchos fue preguntar: "¿por qué?" ¿En serio me están haciendo esa pregunta? ¡Qué metida que es la gente! ¿De qué va ese cuestionamiento?
No hablo de mis viejos ni de la familia de Martín. No hablo de las chicas que saltaron de alegría y hasta se emocionaron cuando les conté que finalmente nos casábamos. Me refiero a esos que están ahí, que te cruzás todo el tiempo pero que no siguen la relación de cerca, a esos que hablan por hablar, a los que en vez de ocurrírseles que me caso porque tengo ganas de decirle al mundo que amo a la persona que tengo al lado y quiero compartir con él toda mi vida, lanzan sin cuidado la pregunta: ¿estás embarazada?
No es que tenga nada de malo casarse embarazada. Es más, me parece un acto de amor inmenso y creo que es sólo un condimento para una pareja que se ama. Pero por qué la pregunta, por qué sospechar del amor, por qué pensar que el matrimonio está pasado de moda, que lo nuevo es la convivencia, por qué la mala onda y el prejuicio... La verdad es que en un primer momento me sorprendieron estas actitudes, pero soy de las personas que no se dejan llevar por los comentarios y seguí en la mía.
Después de un tiempo, en una crisis post-declaración (son terribles las peleas, por mínimas que sean, cuando ya sabés que te vas a casar), me pregunté a mi misma: ¿por qué nos casamos? ¿es el siguiente paso o de verdad lo quiero hacer? ¿en qué me cambia el matrimonio? En esa introspección separé al matrimonio en dos: casarme por civil y casarme por Iglesia . Ambas respuestas me hablaban de lo mismo, aunque en distintos idiomas.
En ese análisis interno descubrí que:
-Me caso por civil porque quiero ser una pareja de cara a la sociedad, quiero tener una vida en común con esta persona que me hace sentir completa. Porque quiero nuestros derechos compartidos, ayudarnos en las buenas y en las malas, y formar juntos una familia que tenga un marco legal que nos de garantías.
-Me caso por Iglesia porque creo en Dios. Si bien la tradición y el vestido blanco le suman magia a ese día, la principal razón por la que me caso por Iglesia es porque siento que más allá del amor real que nos tenemos el uno al otro, necesitamos el respaldo de un amor mucho más grande para poder dejar las cosas en sus manos cuando no sepamos qué hacer.
¿Ustedes por qué se casaron? ¿Cuál es la diferencia con convivir? ¿Por qué piensan que algún día van a casarse?
Les propongo una consigna: cada una diga una o dos "razones para casarse" y así formamos una lista con las "100 razones para casarse" de Sí, quiero!. Cada una puede aclarar si esas son las razones para casarse por civil o por Iglesia. También, algún contra, puede sumarse con sus "razones para no casarse".
P.D.: para las que no quieran pensar mucho, les dejo unas ojotas muy copada s para tener de back-up el día de la fiesta. Encontré este "paso a paso" en Pinterest y me pareció una buena idea muy fácil de hacer.
Un paso a paso para ojotas de novia - Créditos: Wendy Loper en Pinterest