
Porto Seguro conquista a los argentinos
Uno de los preferidos del verano, que asegura diversión durante todo el día; aburrirse está fuera de las reglas
8 de diciembre de 2000
PORTO SEGURO.- Dicen que la alegría es brasileña, y hay sitios donde nunca falla. Uno de ellos es Porto Seguro. En el sur del Estado de Bahía, este destino que conquistó a miles de turistas argentinos desde hace dos temporadas consecutivas vuelve a encabezar la lista de los preferidos a la hora de programar las vacaciones.
En Porto Seguro la diversión está garantizada de la mañana a la noche, un factor importante para los amantes de las playas brasileñas que entienden por descanso sintonizar con el clima distendido, divertirse y acordarse de mirar el reloj a la madrugada.
El mar verde y calmo, las arenas doradas adornadas con grandes cocoteros componen el paisaje que acompaña al visitante del primero al último día. La mayor parte de la hotelería y las posadas están separadas de la playa tan sólo por una ruta; los restaurantes, la Passarella do Acool , y la feria artesanal miran al mar, mientras que por las noches siempre habrá una fiesta en uno de los paradores para bailar descalzos en la arena.
Para todos los gustos
Este circuito, de playa en playa, es frecuentado a diario, pero eso no implica que los todos días ofrezca más de lo mismo. Balnearios hay para todos los gustos. Barramares, Barra Point, Axe Moi y Mama Gaya son los más concurridos por su variedad de servicios, como restaurantes, puestos de comidas, reposeras y sombrillas. Los menús dependen de la pesca del día, siempre hay platos de mariscos y los sabores tradicionales de Bahía.
Con tantas actividades, resulta imposible aburrirse, especialmente cuando los bailarines locales llevan la lambada aeróbica al escenario para que un ejército de grandes y chicos, con mallas y pareos, imiten sus movimientos bajo un sol abrasador. Pero nada de eso importa, después de todo, el equipo de animación se encarga de rociar con agua fresca al público inquieto. Para continuar activos y mitigar el calor, nada mejor que un paseo en banana, que viene con varios chapuzones incluidos.
Otro de los deleites propios de la playa, para disfrutar bajo una palmera, son los licuados de maracuyá, ananá o naranja, al igual que los milhos quentes (choclos calientes), y la cerveza, que siempre se sirve bien fría. Quien quiera caipirinha seguro la tendrá, aunque sea temprano para caer bajo sus efectos, siendo el día tan largo.
Todos los días de fiesta
Al anochecer, después de un baño reparador y mucho aloe vera , el punto de encuentro es el centro de la ciudad. El área de casas bajas de colores pastel, de estilo colonial, ofrece un espacio para hacer compras, satisfacer el apetito con manjares autóctonos y tomar tragos tropicales de la región, cuyos nombres son tan originales como simpáticos. Si se quiere probar un Amor sin fin , una Luna de Miel y un Beso en la boca , sólo hay que darse una vuelta por la Passarella do Alcool.
Allí se organiza al atardecer una gran feria de batidas y capetas que dura hasta la medianoche. Muchas bahianas, ataviadas con sus ropas y pañuelos blancos, arman lentamente sus puestos, ornamentados con frutas talladas. Demoran una hora en completarlos y otra hora más en cerrarlos.
Cuando todo está listo, las batidas y capetas ocupan el protagonismo de la noche, no sólo por ser deliciosas, sino también por la forma en que son vendidas. Con originilidad y un marketing callejero, los bahianos encandilan con los puestos revestidos de frutas y pizarras con un listado de tragos que llevan dosis de diversión, porque algunos dicen contener hasta afrodisíacos y viagra. Y cada trago sólo cuesta un dólar.
La feria artesanal también se adueña de la curiosidad de los visitantes. Los pantalones blancos de capoeira, las tallas de madera y ropa tejida al crochet son algunos de los artículos más elegidos. Entre los locales, también hay bahianas con muchos dulces sobre la mesa. Imposible resistirse al sabor a chocolate y las recetas caseras.
La movida nocturna puede continuar en algún parador, donde siempre hay más clases de lambada, shows de capoeira y fogones.
Pero ésta no es la única opción, ya que cruzando en una balsa que parte cada media hora, se puede llegar a Arraial D«Ajuda, una localidad que, además de playas, posee un centro con bares y variedad de restaurantes. La balsa tarda cinco minutos en cruzar y de allí parten camionetas que van directamente al centro que está suficientemente alejado como para ir caminando.
Secretos del mar
Si puede hacer un intervalo en la vida de playa, y conocer los secretos del mar, con una visita al Parque Marino Recife do Fora, que está cinco millas marinas hacia el Nordeste.
Con una superficie de 17.5 kilómetros cuadrados y una profundidad media de seis metros, aloja una rica variedad de corales como el octocoral, cerebro, el de fuego y peces como el paru, frade, morena, raya, papagayo, moluscos y quelonios.
El sitio formaba parte de la vida cotidiana de los lugareños, porque se aseguraban la pesca. Hoy su ecosistema está preservado y se integra al visitante para su educación ambiental.
Así, Porto Seguro, apuesta por muchas más temporadas, para olvidarse de todo, menos el día de la partida, que siempre amenaza en llegar pronto.
Datos útiles
Cómo llegar: el boleto aéreo de ida y vuelta cuesta 660 dólares en temporada alta (desde 15 de diciembre hasta el 5 de febrero) y 558 (a partir del 6 de febrero). Las tarifas incluyen los impuestos.
Alojamiento: durante enero, la habitación doble, en un hotel 3 estrellas, sale aproximadamente desde 70 dólares, con media pensión. Un hotel de 4 estrellas ofrece tarifas desde 130 dólares en adelante, con media pensión.
También hay posadas con tarifas de 50 dólares por día, con desayuno incluido. Para los mochileros, el Albergue de la Juventud es una opción económica. Está en Rua da Moça 88; 55-73-288-1742.
Gastronomía:
- Tía Nenzinha Restaurante. Sirve comida típica bahiana. Passarela do Alcool 170; 55-73-288-1846.
- Villa Romana Ristorante. Dedicado a la gastronomía italiana. Av. Portugal 258, Pasarella do Alcool.
- Biscoito Casero. Tienda de dulces autóctonos (chocolate casero, cocadas, jaleas y licores). Shopping Avenida, 2º piso y Aeropuerto Internacional de Porto Seguro.
Artesanías: se pueden encontrar desde el atardecer en el paseo do Alcool, en el centro de la ciudad.
Movilidad: el alquiler de un auto económico sale 50 dólares diarios, mientras que un buggy cuesta 40.
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