Newsletter
Newsletter

Potsdam, el jardín de los reyes prusianos

A orillas del río Havel y a 30 kilómetros de Berlín, esta ciudad alemana es un refugio de palacios, mansiones y parques




POTSDAM, Alemania (The New York Times).- Reyes soldados de Brandeburgo y emperadores de la Alemania moderna durante casi cinco décadas, los Hohenzollern han pasado a la historia como guerreros que llegaron tarde a la mesa principal de Europa y siempre se esforzaron por estar a tono.
A veces anhelaban escapar de toda la tensión y la campaña, eran fervientes coleccionistas de arte y esculpieron jardines y parques espectaculares. Alrededor de la ciudad guarnición real, Potsdam, crearon una enorme arcadia privada que aún conserva su armonía y romanticismo originales.
Esta ciudad siempre ha sido la escapada perfecta de la ajetreada Berlín. A menos de 30 kilómetros, sobre las márgenes del río Havel, Potsdam es en realidad más antigua que la capital, y siempre ha optado por ignorarla y tratar con el resto del mundo en forma directa.
Durante las últimas tres centurias, sus estrechos vínculos con algunos países extranjeros -Holanda, Francia, Italia e Inglaterra- más el flirteo con Rusia dotaron a Potsdam de palacios, mansiones, bosques, lagos, huertos y barrios construidos siguiendo un riguroso esquema de planeamiento urbano. Después de la reunificación alemana, grandes fueron los esfuerzos por conservar y restaurar la ciudad, pero aún resta mucho por hacer.
Son seis los parques de la dinastía Hohenzollern en la zona, todos abiertos al público. Sanssouci, el Jardín Nuevo (Neuer Garten) y Babelsberg rodean el centro de Potsdam; Sacrow está a 2,5 kilómetros hacia el Nordeste; Glienicke y Pfaueninsel (en la isla Pavón) están dentro de Berlín. Cada uno posee su estilo particular.
Pero todos estos parques fueron tocados por la mano maestra del talentoso paisajista Peter Joseph Lenné (1789-1866). Sus diseños invitan a los transeúntes a recorrer sus senderos y sus callejuelas flanqueados por tilos, a menudo con trucos tan sutiles que uno no se percata de su existencia.
Sus extensiones de parque nos llevan por todos los rincones de la ciudad, hasta lo alto de la próxima colina, o a orillas del Havel. Sin embargo, el fuerte principal de Lenné radica en coordinar lo que otros hicieron antes y, a su vez, inspirar a sus sucesores. Este lazo entre el pasado, el presente y el futuro se mantuvo durante casi 200 años, y constituye el verdadero secreto de la armonía de Potsdam.

Sin preocupaciones

El romance de los Hohenzollern con el arte y la naturaleza comenzó en la época del rococó de Federico el Grande y terminó dos siglos después en los días oscuros de la Segunda Guerra Mundial.
Cada monarca contribuyó con su toque personal, a menudo en reacción contra su predecesor: Federico el Grande construyó una casa de té china de oro y una acrópolis con ruinas falsas para Sanssouci; Federico Guillermo I, un elegante palacio en mármol y una biblioteca gótica en el Jardín Nuevo; Federico Guillermo III, un enorme belvedere y un pequeño templo en lo alto de la colina Pfingsberg, que domina el Jardín Nuevo.
La diversidad lo era todo y la belleza debía ser admirada. Cualquier arboleda frente a un río o arroyo era motivo suficiente como para construir un templo o un mirador desde donde contemplarlo, y arquitectos de vanguardia como Karl Friedrich Schinkel (1781-1841) estaban encantados de hacerlo.
Coronando la ladera de una colina, el encantador Sanssouci es un pequeño palacio de verano francés de la década de 1740, en cuyo interior predominan la plata, el marfil y los tonos de rosa.
Desde 1995, los restos de Federico han estado sepultados debajo de la terraza con sus galgos, como lo deseó siempre el monarca, después de haber permanecido durante 159 años en la iglesia de la Guarnición de Potsdam primero y, luego, después de las corridas de las últimas semanas de la Segunda Guerra Mundial, en Schloss Hohenzollern cerca de la Selva Negra.

Para Victoria

El edificio más grandioso en el parque de 290 hectáreas de Sanssouci es el Palacio Nuevo, en el extremo oeste, un hotel de la década de 1760.
Pero no fue muy querido. Una de las pocas parejas reales que en verdad disfrutaron de su residencia allí fue Vicky y Fritz, la hija de la reina Victoria y su esposo liberal, el príncipe heredero Federico de Prusia.
Fritz fue el emperador germano Federico III durante 99 días, en 1888, hasta fallecer de una larga enfermedad. Los restos de Vicky y Fritz yacen uno al lado del otro en la italianizada Friedenskirche, o iglesia de la Paz, en el extremo oriental del parque Sanssouci.
Si la iglesia de Paz puede ser vista como una protesta victoriana contra el ateísmo afrancesado, entonces Cecilienhof, que se alza en el Jardín Nuevo de 74 hectáreas, es una reacción eduardiana a la inquietud de Sanssouci.
Esta residencia suntuosa, construida en gran parte en madera, la principal de la familia y el último palacio real de Europa, se comenzó a construir en 1914 a pedido del káiser, a partir de un afecto, absoluto, mas confuso, por Inglaterra.
Ahora parte del palacio es museo y la otra, hotel. Aquí, Stalin, Truman y Churchil decidieron el destino de la Alemania vencida y sellaron con sus firmas el Tratado de Potsdam de 1945. La cortina de hierro cayó y podía verse desde los ventanales de las habitaciones de Cecilienhof. La arcadia de los Hohenzollern quedó dividida por torres de observación y alambre de púa, partes de la misma permanecieron en la zona prohibida durante 45 años.

La restauración

Hoy, el proceso de restauración está bien avanzado. Embarcaciones veraniegas en sólo cinco minutos cruzan el Havel entre la Heilandskirche (iglesia del Santo Redentor) en Sacrow y Glienicke Park, en Berlín.
Los restauradores combinaron los fragmentos de la terracota destrozados. A un kilómetro y medio de allí, han comenzado las tareas de reconstrucción del pequeño coto de caza barroco de Sacrow.
La ciudad de Potsdam es casi tan seductora como sus parques.
La sorpresa más extravagante que da está en una colina boscosa al sur de la ciudad donde el romance de la ciencia pura aún conmueve. Debajo del Grosser Refractor de fines del siglo XIX, el arquitecto Erich Mendelsohn erigió uno de los edificios más exuberantes del siglo XX conocido como la Torre de Einstein.
Lo que pudo haber sido el último hurra de los Hohenzollerns se convirtió en el primer icono de un mundo poco vivido, nuevo, y modernista. Pero la arcadia depositada en el sueño del Tercer Reich y de la República de Alemania Democrática vio la partida de los Hohenzollern y sobrevivió.
Michael Ratcliffe
(Traducción de Andrea Arko)

Datos útiles

Cómo llegar: el pasaje, de ida y vuelta, a Berlín cuesta 1253 dólares, con tasas e impuestos.
Traslados: los trenes S-Bahn de la línea S7 y los regionales de las líneas RE1 y RE3 salen desde Berlín hacia Potsdam con pocos minutos de diferencia, de las estaciones Friedrichstrasse, Zoo, Charlottenburg y Wannsee.
También se puede tomar la línea S1 del S-Bahn de Friedrichstrasse o Potsdamer Platz a Wannsee y hacer la combinación allí. Una Tageskarte (ticket diario) para las tres zonas del sistema de Berlín incluye Potsdam y cuesta 4,50 dólares.
Alojamiento: una habitación doble en un hotel de cinco estrellas cuesta 250 dólares; en uno de cuatro, 140; en uno de tres, 90, y en uno de dos, 60.
Recomendación: en verano, se llega mejor a la isla Pavón en barco, desde Potsdam o Wannsee; en invierno, en colectivo, con la línea 316 y en ferry desde la estación S-Bahn en Wannsee.
Los parques: en Potsdam, la mayoría de los parques cuentan con servicios de colectivos o tranvías desde la estación de ferrocarril principal y Platz der Einheit, justo al norte de la iglesia de San Nicolás.
Imperdibles: palacio Sanssouci: en Sanssouci Park, abierto todos los días desde abril hasta octubre, de 9 a 17; de noviembre a marzo, hasta las 16. Las entradas para las visitas guiadas (en alemán con folletos en inglés, a menos que se reserve una visita en inglés) deben comprarse por adelantado porque se agotan enseguida.
  • Palacio Nuevo: en Sanssouci Park, abierto todos los días excepto los viernes desde abril hasta octubre, de 9 a 17; de noviembre a marzo, hasta las 16.
  • Charlottenhof: en Sanssouci, abierto desde mediados de mayo hasta mediados de octubre, de jueves a martes, de 10 a 17. Se organizan visitas guiadas cada media hora.
  • La Friedenskirche (iglesia de la Paz), el Palacio de Mármol y las salas de la conferencia de Potsdam de 1945 en Cecilienhof se pueden recorrer libremente. Los parques están abiertos todos los días y la entrada es gratuita.
  • La Torre de Einstein pertenece a un instituto de investigación en funcionamiento, pero se puede acordar una visita con anterioridad.
Más información: embajada de Alemania. Villanueva 1055 (4778-2523). Atención de lunes a viernes, de 8.30 a 11.30.
En Internet:

¡Compartilo!

SEGUIR LEYENDO

¿Cuáles son los mejores lugares para probar este clásico postre italiano?

¿Cuáles son los mejores lugares para probar este clásico postre italiano?


por Redacción OHLALÁ!


 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2025 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP