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Praga revive su historia religiosa

Por los caminos peregrinados por el predicador eslavo Jan Hus se reconstruyen numerosos símbolos del Sacro Imperio Romano Germánico; la principal fortaleza de la cultura husita es Tábor, una ciudad bíblica.




P RAGA (The New York Times).- Ukalicha significa Bajo la Muestra del Cáliz; es una venerable taberna de Na Bojisti, en pleno centro de Praga. No es casual que Jaroslav Hasek la haya elegido como cervecería favorita del protagonista de su novela satírica El buen soldado Schweik . Fue un homenaje sutil a un símbolo del espíritu checo.
El cáliz adquirió tal carácter en el siglo XV por vía de los seguidores de Jan Hus, el predicador y patriota revolucionario quemado en la hoguera como hereje en 1415, durante la etapa inicial del Concilio de Constanza. Hasta hoy tiene un valor casi místico para los checos.
Conforme a una regla del siglo XII, únicamente los sacerdotes podían consumir el vino consagrado en el cáliz. Hus y otros espíritus rebeldes tildaron de afrentosa la exclusión de los fieles de una de las dos especies. Este fue uno de sus puntos de disidencia con la jerarquía eclesiástica, si bien Hus se consideró un católico devoto hasta el fin.
Su intrépido desafío a la jerarquía papal prefiguró la Reforma protestante y ayudó a definir la nacionalidad checa. Hus se inspiró en los escritos del inglés John Wycliffe. Más tarde, tradujo parte de la Biblia y coadyuvó de manera importante a plasmar la ortografía eslava.
Después de su espantosa muerte, a los 45 años, miles de discípulos suyos -los husitas- combatieron en toda Europa central por casi 15 años, llevando en sus estandartes la imagen del cáliz.

Huellas en Praga

Una visita a las tierras bohemias puede centrarse en muchos temas. Una opción es explorar, en una semana, la parte central y sur de la República Checa desde la perspectiva de la vida de Jan Hus y su tiempo.
A comienzos del siglo XV, la capital bohemia, hoy tan apacible, era un vórtice de violencia. Más grande y cosmopolita que Roma, era por entonces la sede del Sacro Imperio Romano Germánico, trofeo codiciado por tres reyes rivales. Cuando la carrera de Hus alcanzó su cenit, también competían tres papas desde Roma, Pisa y Avignon. Monarcas y pontífices coincidían en un punto: la supuesta herejía de Hus amenazaba los cimientos de su poder. De ahí su condena.
El legado husita se manifiesta con los tintes más vívidos en la sencillez conmovedora de la capilla Bethlehem (4 Betlemske Namesti), donde Hus empezó a predicar a los 32 años. Erigida apenas una década antes por un patricio alemán, entre las 20 iglesias de Praga era la única en que se usaba la lengua checa en sermones e himnos. Allí encontró Hus su verdadera vocación.
Más de 3000 fieles solían colmar la capilla para escuchar sus filípicas contra la venalidad de la Iglesia. Entre ellos se contaba la reina Sofía, esposa de Wenceslao IV, de la que sería confesor.
Desde su celda en Constanza, donde sufrió casi ocho meses de prisión, preguntaba una y otra vez por su amada capilla Bethlehem. Hasta figuró en uno de sus últimos sueños, que él mismo relató a sus amigos.
Más adelante, la capilla fue cedida a los jesuitas. Estos borraron todo rastro husita y la demolieron para construir en su predio un edificio.
En la década del 50, los checos la reconstruyeron basándose en textos husitas y algunos elementos recuperados: un portal gótico, varias ventanas, una fuente... Hasta reprodujeron los frescos, extractos de los sermones de Hus y notaciones musicales que adornaban las paredes.
El público puede visitar el museo de la planta alta, dedicado a Hus. Entre las piezas exhibidas -con tarjetones explicativos en varios idiomas- se cuenta un texto escrito en pergamino de su puño y letra.
Diez minutos de caminata transportan desde la capilla Bethlehem hasta la Universidad Carolinum (9 Zelezna), fundada por Carlos IV, de la que Hus fue magister y, luego, rector. Lo único que queda del edificio primitivo es un ventanal saliente de estilo gótico.
Desde la Universidad se cruza el río Vltava (Moldava) y a pie se alcanza la mole amenazadora del Vysehrad. Frente por frente a la gran entrada del castillo está el Palacio Arzobispal (6 Hradcanske Namesti), una estructura imponente, reconstruida en 1541 después de un incendio. En 1410, el arzobispo Zbynek Zajic mandó quemar en su patio 200 volúmenes de escritos heréticos , incluidos varios de Hus. Acto seguido, lo desterró de Praga.
En el casco viejo, cerca de la Universidad hay una casa denominada Rosa Negra (883 Na Prikope). Allí, los colegas alemanes de Hus en el claustro universitario, encabezados por el magister Nikolaus de Dresde, fundaron en 1412 una escuela de herejía. Nikolaus también fue quemado vivo por hereje dos años después que Hus. Nada queda de aquel edificio. En su lugar, se alza una casa neorrenacentista construida en 1847.
A unas 8 cuadras de la Rosa Negra está el Ayuntamiento de la Ciudad Nueva (23 Karlovo Namest). El sótano y el salón con columnas de la planta baja, ambos del siglo XIV, han sido bellamente preservados. Aquí, un domingo de 1419, una multitud se agolpó pidiendo la libertad de sus correligionarios husitas. Los magistrados quisieron ganar tiempo. Los husitas tomaron la torre por asalto y les dieron muerte, arrojándolos por las ventanas. Fue la primera de las varias defenestraciones que presenciaría Praga.
Asimismo, marcó el comienzo de la revolución husita que difundió sus ideas puritanas hasta países tan lejanos como Lituania y España.

Más allá

Pasamos tres días en Praga. El cuarto, partimos en un pequeño Skoda alquilado rumbo a Tábor, principal fortaleza husita. Queda unos 88 kilómetros al sudeste de la capital. Lleva el nombre de la montaña de Galilea que, según la tradición, fue escenario de la Transfiguración de Jesús. En 1420, legiones de husitas construyeron literalmente una ciudad bíblica en la cima de un cerro alto.
Las estructuras de madera originales desaparecieron tiempo ha, pero los dioramas del museo local dan una idea de ellas. Su gran colección incluye muestras del innovador armamento desplegado por los rebeldes: haufnice, una especie de obús primitivo, y carros fortificados o fortines móviles -como prefieran llamarlos-, precursores de los tanques.
El museo está frente a la plaza Zizka, así llamada en recordación de Jan Zizka de Trocnov, un señor feudal y ocasional ladrón de caminos devenido Hermano Zizka del Cáliz. Tuerto al comienzo de la guerra, ciego al final, fue el más célebre comandante husita. Sus disciplinadas huestes de Guerreros de Dios, compuestas mayoritariamente por campesinos, rechazaron cinco cruzadas sucesivas convocadas por el papa y, en sus incursiones, llegaron hasta el mar Báltico.
Hoy día, Tábor es un monumento histórico nacional. Sin duda, su ecumenismo extremo habría deleitado a Jan Hus: templos de tres cultos conviven pacíficamente. La iglesia de la Transfiguración de Nuestro Señor en el Monte Tábor domina la plaza Zizka. Mira hacia unas tenduchas, un restaurante chino y una feria al aire libre, donde jóvenes vietnamitas, arrojados aquí por las vicisitudes de la Guerra Fría, venden sus modestos productos.
Un camino peatonal bien señalizado conduce a Kozi Hrádek. En ese castillo, unos 2,4 kilómetros al sudeste de Tábor, el desterrado Hus escribió el opúsculo De ecclesia , citado durante su juicio en Constanza. No hay mucho que ver, salvo las ruinas grises y las suaves colinas por las que se aventuraba Hus a predicarle a las muchedumbres de adeptos bajo la sombra de un árbol, práctica insólita entre el clero.
Hacia el Sur, 64 kilómetros en esa dirección está Ceske Budejovice, la Budweis de fama cervecera. Sus burgueses empezaron a destilar la cerveza entre dorada y rojiza, levemente dulzona, un siglo antes del nacimiento de Hus.

Ciudad de artistas

Recorremos otros 24 kilómetros de tierras montuosas y arribamos a Cesky Krumlov, una encantadora ciudad de artistas declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1992. Pese a su firme oposición al husismo, el príncipe Oldrich, de la dinastía Rozmberk, señor de Krumlov, aprovechó el caos de la revolución para saquear el cercano monasterio Zlata Koruna (Corona Dorada), hacia el norte de la ciudad, y apoderarse de sus extensas tierras. Ahora lo están restaurando.
Por caminos secundarios, bien cuidados, hay un trecho de 40 kilómetros entre serranías muy boscosas de unos 900 metros de altura de allí se puede seguir rumbo a Prachatice, a cuya escuela asistieron Hus y Zizka. Este último retornó en 1420 al frente de un ejército husita, tomó por asalto la ciudad amurallada y la quemó. En el museo de la plaza principal, un diorama ilustra este episodio.
Prachatice era un importante centro comercial. Al cabo de un siglo, renació convertida en joya del arte renacentista. Los frescos de sus hermosas fachadas muestran retratos de monarcas checos y escenas marciales.
No hay que dejar de visitar Husinec, que está unos 4,8 kilómetros hacia el Norte. Se trata del pueblito donde nació Jan Hus hacia 1370. Hay una estatua de él delante de su hipotética casa natal. Lo imaginamos emprendiendo su caminata de 14,4 kilómetros hasta Praga, pobre pero lleno de esperanzas; iba a estudiar en la capital. "Quería ordenarme pronto de sacerdote, vivir decentemente, vestir bien y ser respetado", diría ya mayor, casi con pesar.
La falta de un itinerario Hus de turismo organizado, así como la escasa bibliografía en inglés referente a él dificultaron nuestro rastreo de algunos lugares. El mapa de Hrady a Zamky (Castillos y mansiones rurales), publicado por Kartografie Praha en varios idiomas, nos fue muy útil.
Tal carencia puede hacer perder una de las últimas escalas de Hus en su país, en el otoño de 1414: el gran castillo de Krakovec, 64 kilómetros al oeste de Praga, donde gozó del amistoso amparo del barón Lefl. Desafiando la prohibición papal, su anfitrión le permitió predicar al aire libre en momentos en que ya se reunía el Concilio de Constanza. Cuando Jan Hus partió desde el castillo rumbo a Constanza, en una cabalgata de 456 kilómetros, sabía a qué se arriesgaba. "Si tengo que afrontar la hoguera que me tienen preparada, más vale morir bien que vivir mal", dijo. Lo quemaron vivo el 6 de julio de 1415. Poco más de cinco siglos después, el presidente Tomas Masaryk declaró ese día feriado nacional.
David Binder

(Traducción de Zoraida J. Valcárcel)

Conexiones eslavas

Aéreo
El pasaje de ida y vuela de Iberia a Praga sale 1716 dólares en temporada baja (hasta el 4 de junio) y 1918 en alta (del 5 de junio al 16 de agosto). El vuelo hace escala en Madrid, donde conecta con O.K., la compañía de aviación checa.
Horas de vuelo, 18.45
Transportes
La principal agencia de alquiler de autos es Congress Center (6122-2079), junto a la estación de subte Vysehrad; el alquiler de un pequeño Skoda nuevo sale 64 dólares diarios. Viajar en micro resulta cómodo y económico. El boleto ronda en los 50 centavos. Por casi lo mismo se viaja en subte. Hay tres líneas (A, B y C) con un total de 46 estaciones. Funcionan todos los días, de 5 a 0.
Hotelería
Intercontinental
Se trata de un hotel de lujo -cinco estrellas- ubicado a 10 cuadras del Teatro Nacional. Cuenta con 365 habitacionescompletamente equipadas, un centro de convenciones, distinguidos restaurantes, piscina, gimnasio y spa.
Habitación doble: 325 dólares (incluye desayuno e impuestos).
Gran Hotel Bohemia
Es un hotel de categoría cuatro estrellas, de estilo art nouveau emplazado en el centro de Praga. Dista 12 kilómetros del aeropuerto. Habitación doble superior: 326 dólares.
En cuanto a los hoteles provinciales, tienen en su mayoría precios razonables.
Krumlov Hotel
Sobre la plaza principal de Cesky Krumlov, ofrece cuartos amplios y soleados, con baño privado, en un edificio antiguo de 3 pisos sin ascensor.
Habitación doble: 60 dólares (incluye desayuno).
Hotel Balkan
Muy cerca del centro de Praga, este hotel de tres estrellas dispone de 26 habitaciones, equipadas con teléfono, radio y baño privado. Su restaurante sirve una amplia variedad de platos, e incluye en su bodega vinos de Moravia.
La habitación doble cuesta 55 dólares.
En Praga también abundan las pensiones. En Jizny X-3 (Praha 4, Sporilov; 76-1013, tarifa aproximada es de 50 dólares.

La bohemia de los checos

Gastronomía
La cocina bohemia, rica en calorías, no gusta a todos. En los restaurantes, una comida con cerveza o un vaso de vino cuesta unos 5 dólares por persona.
Un favorito en Praga es el Gany´s (Narodni esquina Spalena, 2º piso) por su cocina típica e internacional y sus vistas a la calle Narodni; cena para dos con una botella de vino, 20 dólares. Abre a diario, de 8 a 22.
En Tábor, el Slovan Restaurant sirve platos tradicionales y carne de cacería; cena, con vino, 12 dólares. Horarios: domingos a viernes, de 10 a 22; sábados, de 11 a 0.
Museos
Capilla Bethlehem (4 Betlemske Namesti, Praga): guarda textos y objetos personales de Hus; abre a diario, de 10 a 17; entrada: 0,75 dólar.
Museo de Tábor (plaza Zizka, Tábor): se ven armas husitas, la réplica de un carro de guerra y pinturas alusivas; funciona todos los días, de 9 a 17; entrada: 1,45 dólar.
Museo de Prachatice (13 Neuman, Prachatice): fachada decorada con retratos de reyes checos bajo la cornisa de la luneta; datan del siglo XVIII. Se visita a diario, de 9 a 16; entrada: 0,75 dólar.
Moneda
Coronas checas. Un dólar equivale a 35.
Visa
Se tramita los martes y jueves, de 9 a 12, en el consulado de la República Checa (Villanueva 1356 2º piso; 777-1829/0435). Se debe presentar el pasaporte y dos fotos carnet. Demora dos días y cuesta 26 pesos.

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