

Entre los diferentes misterios del buen viajar, la propina ocupa un lugar de privilegio. Saber exactamente cuándo corresponde dar dinero adicional sobre la cuenta recibida -y sobre todo cuánto- es una cuestión muy natural para el nativo de cualquier país, pero una vez fuera de casa, la cuestión cambia por completo.
El tema es objeto de recomendación de los guías en los tours organizados, merece capítulos en las guías turísticas, páginas en los sitios de Internet y hasta una serie de consejos elaborados en Estados Unidos por la asociación local de agentes de viajes.
Todo viajero dispuesto a cumplir con las reglas básicas del turista de mundo tendrá que tener en cuenta, entonces, los siguientes consejos, que siguen algunos estándares aplicables internacionalmente. Ante la duda, siempre es preferible dejar algo, ya que hasta en los países donde la propina era desconocida está siendo adoptada.
Varias formas de agradecer
En Estados Unidos, la propina no es obligatoria, pero sí una forma de agradecer un servicio bien prestado. Esto no quita que muchas personas esperen el beneficio independientemente de la calidad del servicio, aunque en última instancia el cliente es el que decide.
En los hoteles, para asegurarse una excelente atención de parte del conserje es posible darle, apenas se llega, una propina de entre 10 y 20 dólares. Es común también, en lugar de dar una sola propina más alta, recompensar independientemente, con sumas pequeñas, que pueden ser entre 2 y 10 dólares, por cada ayuda recibida (reservas de teatros, restaurantes y contratación de excursiones).
Otra costumbre es darles propina a las mucamas que se encargan de ordenar las habitaciones. Un dólar por noche, cuando se permanece más de un día. Si se deja el dinero a la vista, sobre la almohada, se verán los resultados en el cuidado del cuarto.
Otra alternativa es dejarles un sobre, con el nombre, en la conserjería. También, los encargados de transportar las valijas esperan aproximadamente un dólar por bulto.
Como Estados Unidos es el reino del auto, no hay que olvidar tener encima entre uno y dos dólares para el valet que lleva y trae el vehículo del estacionamiento. Entre dos y tres dólares es la propina habitual para el chofer de un taxi, sobre todo si ayuda con las valijas.
En cambio, en un restaurante la propina habitual oscila entre el 15 y el 20 por ciento del total de la cuenta, aunque en los lugares donde se incluye automáticamente un 15 por ciento por el servicio, sólo es necesario (y opcional) dejar un cinco por ciento más en caso de haber sido bien atendido.
Costumbres diferentes
Los países europeos tienen distintas costumbres en la materia, aunque el uso de dar propina se hace cada vez más extendido. En Italia, por ejemplo, el servicio de mesa está incluido en el precio del menú, pero se suele dejar una propina que oscila entre los 2 y 5 dólares.
Si el servicio no está incluido, se deja un máximo que puede llegar al 15 por ciento del precio total. En los hoteles y taxis, se suele agradecer el buen servicio redondeando el precio mediante el agregado de un máximo de 2 o 3 dólares.
En Francia, el servicio siempre está incluido en la cuenta, pero naturalmente no está prohibido dejar una propina. Tampoco en Gran Bretaña la costumbre de dejar un suplemento monetario en los hoteles es muy común, salvo que se trate de establecimientos de mucha categoría, o cuando se han recibido servicios particulares.
Como conseguir, a cualquier hora de la noche, un adaptador a las tomas eléctricas inglesas para los turistas poco previsores, o bien para agradecer alguna reserva.
En los pubs tampoco son usuales las propinas, salvo cuando se trata de una comida completa en una mesa y no en la barra.
En los restaurantes hay que observar si el servicio ya fue incluido en la cuenta. Tampoco los irlandeses consideran que haya que dar propina por todo: se puede hacerlo, pero no suelen esperarla quienes sirven bebidas en un hotel o llevan las valijas hasta la habitación. En los restaurantes, sin embargo, está bien visto dejar un 10 por ciento sobre el total para quien atendió la mesa.
Cuestión de generosidad
En España, generalmente se dan entre 200 y 300 pesetas de propina al mozo o la camarera de un hotel, mientras en los restaurantes se deja habitualmente entre el 5 y el 10 por ciento.
Los vecinos de Portugal tienen una costumbre parecida: si el servicio no está incluido, los comensales dejan el equivalente al 10 por ciento de la cuenta a modo de propina.
En el otro extremo de Europa, los griegos suelen ser generosos, ya que dejan sumas que rondan entre el 10 y el 15 por ciento, pero pueden fácilmente llegar al 20 por ciento.
En los lugares más turísticos y los restaurantes más occidentales, en cambio, el servicio ya suele estar incluido, pero los precios también son más altos.
En última instancia, cuando la duda se haga presente, sería conveniente remontarse en el tiempo y recordar el origen de la palabra propina, que significa lo mismo que dice más claramente el francés pourboire .
Es decir, una cifra adicional que se agregaba para que aquella persona que había prestado un servicio se viera recompensada con una buena copa. Aunque, en realidad no se sabe si en el precio de esa copa también había que incluir otra propina. En realidad, todo es cuestión de generosidad y, para eso, cada uno sabe cómo actúa.
Todo por unos pesos
- México: en los restaurantes se suele dar al menos un 10 por ciento, alrededor de un dólar a los maleteros y 1,50 dólar por noche a las mucamas, que se encargan de los cuartos en los hoteles.
- Caribe y centros vacacionales del Pacífico: en estos lugares se recomienda dar propina a todos los miembros del personal al servicio del turista, incluyendo desde los guías hasta los instructores de buceo.
- Australia: las propinas no son obligatorias, pero está bien visto dejar hasta un 5 por ciento del total de la consumición en un restaurante.
- Austria: el servicio puede estar incluido en la cuenta del restaurante o café, pero si no es así se estila dejar el 10 por ciento.
- Holanda: generalmente, la cuenta incluye un 15 por ciento por el servicio, aunque es común redondear o agregar hasta 5 florines.
- Polonia: en los restaurantes más baratos se suele dejar un 10 por ciento de propina. En los hoteles comunes no es usual darlas al personal que asiste al viajero, pero sí en los establecimientos más lujosos de Varsovia, que se rigen por estándares internacionales.
- República Checa: se deja habitualmente un 10 por ciento de propina en los restaurantes, pero conviene darla en el momento de pagar la cuenta, ya que se considera de mal gusto dejarla sobre la mesa.
Tampoco aquí se generalizó todavía la propina omnipresente exportada por los norteamericanos.
Pierre Dumas
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