

SAN JUAN, Puerto Rico (El País, de Madrid).- "Ni sombra de frío, sol, luz constante, verdor de todo." Pedro Salinas definió así esta isla de sabor hispano, donde las casas coloridas del viejo San Juan dan paso a las playas y la costa salvaje.
A pesar de su situación de colonia norteamericana durante varias décadas y de estado libre asociado de Estados Unidos en la actualidad, la isla y sus habitantes permanecieron prendidos de la lengua y las costumbres de sus antiguos patrones españoles, que no siempre, desde luego, se habían portado bien con ellos.
Una gran parte del alma puertorriqueña quedó anclada en sus barrios coloniales, sus haciendas plataneras y cafetaleras, su universidad -en la que enseñaron Juan Ramón Jiménez y Pedro Salinas- y su orquesta nacional, que fundó Pau Casals.
Los vestigios españoles están por todas partes. Comienzan en el viejo San Juan, una pequeña península de la capital de la isla, que presiden en su entrada y salida las estatuas de los marinos Ponce de León y Cristóbal Colón.
Pero la mayoría de los visitantes de la isla no busca ese hermoso pasado de piedras nobles, sino las playas y el sol eterno. Y sin embargo, no es sólo el clima lo que los atrae, sino el hecho de que en las ciudades la oferta típica de playas e historia se complementa con una gama de hoteles de primera, restaurantes de toda clase y condición, lugares nocturnos, salas de cine, teatros y una considerable oferta cultural de museos, audiciones de música clásica y moderna, particularmente de salsa.
El aroma de sol y mar tiene en Puerto Rico un importante añadido cultural y gastronómico, con sus bosques y parques naturales, su cadena de paradores en viejas estancias cafetaleras y el tipismo del pasado colonial.
Playa, sol y buceo
Al norte de la isla, al oeste de San Juan y alrededor de la ciudad de Arecibo hay una serie de playas, de las cuales El Sardinero y Waterfront (El Malecón) son las principales. En la primera se practica el buceo de superficie. Un paseo por la segunda permite disfrutar de un entorno natural impresionante.
Por el viejo San Juan
El viejo San Juan constituye un conjunto colonial extraordinario. La calle del Cristo, que va de la plaza de San José a la capilla del Cristo, es una especie de columna vertebral del barrio que enmarcan unas viejas murallas y el triángulo de sus tres castillos. No hay que perderse la catedral, de 1521, y la Fortaleza.
Aguas fosforescentes
En una noche de luna, bañarse en Bahía Mosquito, Vieques o La Parguera, al Sur, queda en el recuerdo: millones de seres fluorescentes iluminan el cuerpo de los bañistas en movimiento. En ambos lugares, el agua está repleta de unos microorganismos que resplandecen al ser agitados.
Congreso de música
Es una curiosa iniciativa donde la salsa es protagonista. Patrocinado por la empresa Bacardí, dura cinco días de julio. Durante el día se dictan clases, hay mesas redondas y conferencias. Por las noches, comienza la fiesta. Primero, la actuación, para el público, de los maestros, Después, todo el mundo interviene.
Datos útiles
Cómo llegar
En avión US$ 1170
Ida y vuelta, con tasas e impuestos.
Ida y vuelta, con tasas e impuestos.
Alojamiento
Hacienda Gripiñas US$ 120
Base habitación doble. Granja cafetera convertida en hotel.
Base habitación doble. Granja cafetera convertida en hotel.
Hacienda Juanitas US$ 135
Habitación doble.
Habitación doble.
Westin Rio Beach US$ 410
Habitación doble. Al noroeste de la isla. Hotel de lujo, con campo de golf.
Habitación doble. Al noroeste de la isla. Hotel de lujo, con campo de golf.
Más información
Oficina de Turismo de Puerto Rico en Buenos Aires, Santa Fe 882, 9° D, 4314-4525. De lunes a viernes, de 9 a 17.
Internet
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