

La ribera silvestre de casaquintas en el vergel de Punta Indio luce playas de arenas claras, aunque enfrenta un Río de la Plata aún limoso, próximo a su desembocadura y a sólo 15 kilómetros de la bahía de Samborombón.
Esas aguas se consideran no contaminadas por el básico índice de salinidad que proviene de sus cercanos coqueteos con el mar, esa inmensidad que le expurga impurezas.
El Pericón es su mejor playa, con una docena de sombrillas y quinchos enfilados al mejor estilo caribeño de libre uso por los adoradores del sol que lo invaden cada verano.
Los guardavidas municipales trepan a su atalaya de troncos y desde allí otean las coloridas boyas alineadas que indican el límite a los bañistas audaces. También señalan el área a los windsurfistas de Adictos al Viento, una agrupación con gigante pañol guardatablas y velámenes instalado en la misma playa.
Aunque en El Pericón impera la modestia común a los balnearios fluviales, con sólo dos paradores -El Nuevo Horizonte y El Faro- es una opción económica para escapadas por el día o para jóvenes acampantes.
Para ellos se arriendan 14 parcelas de generoso espacio (provistas con farolas y conexión de electricidad) a 5 pesos por parcela y por día, capaz de albergar más de una familia por lote donde también se dispone de fogón parrillero.
A 700 metros de la ruta 11, El Pericón ostenta un coordinador municipal -Antonio Cuenca- y un camping aledaño y privado que llaman lo de Silvia .
Ella regentea un predio con bungalows a 20 pesos por noche. El lugar recluta varias historias de antiguos naufragios y hasta de sobrevivientes gringos que se afincaron en el llamado Rincón de Biedma para ser evocados en fantasmales leyendas.
Un camping por ACA
Sobre la ruta 11 está habilitado el ex camping del ACA, con buena sombra, estacionamiento, fogones y a sólo 2 pesos por persona, estacionamiento y suministro de electricidad.
Sobre la ruta y cerca de un arco de entrada a la villa de quintas se consigue un almuerzo básico y económico en lo de Tito Sánchez o en la parrilla La Gloria, con pool y servicio de pastas caseras por 3 pesos y parrillada para dos por 5 (en Laprida y Sarmiento).
Ese comedor de campo se llevó al tesonero Carlos Aguirre, cuando en mejores tiempos se veían costillares clavados al asador y el comedor se llamaba El Regreso del Indio. Desde ese lugar se accede también hasta el río, pero da con las ruinas de lo que fue el espléndido Hotel Argentino.
La playa y un casino parecen haber concitado el asiduo interés veraniego de argentinos encumbrados de fines de los años 30 y toda la década de los 40. También dejó de funcionar -tras una pequeña bahía- el hotel Santa Bárbara, en ambos casos, sólo usados como espigones de pesca.
A 7 kilómetros hacia Magdalena está El Sarandí, otra playa con guardavidas y en donde se extinguió la vida útil de una boya que condenó una tormentosa sudestada del río marrón.
Cómo se llega
Por autopista a La Plata -con dos peajes de 1,90 peso- hasta su continuación como ruta provincial 2, por donde sólo se hacen los 6 kilómetros hasta el desvío a la izquierda de la ruta provincial 36 que lleva al Partido de la Costa. Por esta ruta sin peaje se hacen 92 kilómetros hasta la primera entrada de Verónica, indicada como para Punta Indio. El pavimento en 19 kilómetros flanquea la base aeronaval y sigue hasta la enripiada ruta 11, que se toma a la izquierda por otros 7 kilómetros hasta el acceso al balneario el Pericón.
Francisco N. Juárez
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