
TELAM.- "A orillitas del canal, cuando llega la mañana, sale cantando la noche desde lo de Balderrama", dice la zamba que los maestros Manuel J. Castilla y Gustavo Cuchi Leguizamón le dedicaron a la Peña Balderrama, famosa entre los turistas por su música y sus típicas comidas salteñas.
Esta peña boliche nació en 1922, cuando el matrimonio de doña Remigia Zurita y don Antonio Balderrama abrió un almacén de ramos generales en la entonces esquina de Ituzaingó y Corrientes, que con el tiempo se convirtió en refugio de poetas, bohemios y cantores. Por esas cosas que simplemente ocurren, allí se mezclaba la aristocracia salteña con peones, changarines y cocheros. Esta extraña junta y la sabrosa comida de doña Remigia atrajeron tantos clientes que el boliche fue quedando chico y los dueños lo mudaron a su actual emplazamiento, avenida San Martín y Esteco.
Esto ocurrió en 1955, y Balderrama, ya a orillitas del canal , se convirtió en el rincón salteño de las guitarreadas. Nadie se iba de la ciudad sin conocer el boliche de las sabrosas empanadas y el rico vino salteño.
Por allí pasaron artistas del prestigio de Juan Carlos y Jaime Dávalos, Raúl Aráoz Anzoátegui y César Perdiguero, y Cuchi Leguizamón, Manuel Castilla y Eduardo Falú. Y en su escenario se presentaron Los Cantores del Alba, Las Voces de Orán y Los Hermanos Abalos.
Paso obligado
En ese tiempo se acuñó la frase Si no conoce Balderrama no conoce Salta , y el boliche fue el paso obligado de turistas y visitantes ilustres.
Ya hace mucho tiempo que los hijos de aquel matrimonio tomaron las riendas de la peña, a la que también concurría el poeta salteño Walter Adet y muchísimos cantores tan anónimos como talentosos. Todos ayudaron a cimentarle la fama de templo mayor del folklore argentino .
El lugar sigue siendo propicio para guitarreadas acompañadas por quenas y bombos, charangos, cajas y bandoneones. Y para la magia que suelta la poesía, la música y la danza.
En esta tradicional esquina de la ciudad de Salta se pueden comer tamales, humitas, locro, empanadas, picante de gallina y asado. Y saborear postres tan norteños como el dulce de cayote con nueces, el cuaresmillo y el quesillo rociado con miel de caña.
Manuel Castilla, en su famosa zamba, describe el ambiente de la peña diciendo: "Adentro puro temblar, el bombo con la baguala, y se alborota quemando dele chispear la guitarra". Y se pregunta: "Dónde iremos a parar si se apaga Balderrama".
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