Despertar sin agua en el edificio y volcar el frasco de café instantáneo y sólo ver caer dos o tres pelotitas marrones (yo paso directamente del frasco a la taza y ahí leche hasta arriba).
Gritar.
Maldecir.
El edificio está haciendo no sé qué mantenimiento en el tanque de agua y cuando salgo hecha una loca a quejarme, el portero me frena en seco (nunca mejor usada la expresión) y me señala que estaba informado en un papelito diminuto pegado en el espejo del ascensor. Claro que yo no leo los cartelitos del ascensor, suelen ser fumigaciones, firmas con fechas del mantenimiento del propio aparato y cosas así. Yo básicamente me miro en el espejo los pisos que me llevan hasta casa. ¿O es que hay otra cosa para hacer mientras una sube o baja? Vecinito se encontraba en Planta Baja con el mismo interrogante e hizo un chiste del estilo "nos vamos a tener que ir a bañar juntos por ahí". Mala frase para esta mañana. El muchacho no registra bien los momentos, que vuelva al chat que le queda mejor.
Acá estoy, con el pelo endemoniado y sin bañarme. Tengo una reunión al mediodía y contemplo dos opciones:
Bañarme en el gimnasio (con todo el asco que eso me genera), tengo un tema con pisar aguas ajenas. Sí, ya sé, una loca total pero no lo tolero. O mi opción B, ir a una de esas peluquerías baratas (tal vez ya ni lo sean) del centro, tipo D´Antuan y lavarme el pelo ahí. Ahora, ahí no me van a bañar. Supongo que eso me deja con la opción del gimnasio, de repente un buen par de ojotas me ayudan a superar el trance. O unas botas de lluvia, ojo.