


¿Quién puede contener la risa al ver a un hijo con un bigotito de leche? o ¿Qué más práctico que resolver una merienda, con los compañeritos del jardín, que con una chocolatada y galletitas? Pero, quienes tenemos hijos que sufren intolerancia a la lactosa sabemos que muchas veces esta imagen no es posible.
La leche es un alimento fundamental para el crecimiento de nuestros hijos. Generación tras generación nos han enseñado que los huesos, dientes y uñas son más fuertes y sanos gracias a esta. Pero de solo pensar en el malestar abdominal, la hinchazón, diarrea y problemas gastrointestinales que la leche o sus derivados causan en nuestros hijos con baja tolerancia a la lactosa, preferimos hacerlos a un lado de su alimentación.
Pero, si es la primera vez que escuchás el término “intolerancia a la lactosa”, esto también te puede interesar: la lactosa es el azúcar natural de la leche y la mala absorción de la lactosa ocurre cuando no hay suficiente lactasa en el intestino delgado para descomponer toda la lactosa. Es por eso que la aparición de síntomas como el malestar abdominal o hinchazón, después de su ingesta en niños con mala o baja absorción, se define como intolerancia a la lactosa.
Amigate con la leche
“Si no toleran la lactosa, mejor eliminarla de la alimentación de nuestros hijos” es una de esas creencias equivocadas que debemos desterrar. La restricción de lácteos puede conducir a una ingesta de calcio por debajo de la cantidad diaria recomendada. Y para los niños, el calcio es fundamental para su crecimiento. La licenciada Martina Murmis (MN 7453), Nutricionista Corporativa de NIDO® destaca: “Por día se recomienda que los niños, en etapa de desarrollo, consuman tres porciones de lácteos tales como leche, yogur o quesos –porción tamaño cassette-. Si el niño no los incorpora en su alimentación diaria, existe un riesgo de eliminación de nutrientes claves para esta etapa que, a largo plazo, lleva a que tengan una menor densidad mineral ósea. Asimismo los huesos se vuelven más frágiles y tienen más riesgo de sufrir fracturas, entre otros problemas”.
Por lo tanto, ¿cómo seguir brindádoles a nuestros hijos los beneficios de la leche si sufren de intolerancia? NIDO® la marca de NESTLÉ® que acompaña la nutrición de los niños ofrece una innovadora solución: NIDO® deslactosada, la primera 0% lactosa que mantiene todos los beneficios nutricionales y el sabor de la tradicional NIDO®. Es más fácil de digerir y aporta Omega3, un nutriente esencial para el crecimiento y desarrollo de los chicos en edad escolar.
Es importante no confundir
A diferencia de los niños que tienen alergia a la proteína de la leche, la intolerancia a la lactosa opera de otra manera: el organismo reacciona desfavorablemente ante el azúcar de la leche. Mientras que la alergia a la proteína de la leche, justamente como su nombre lo indica, es una respuesta inmunológica ante la proteína de la leche. “La lactosa es un carbohidrato que está presente en la leche y en sus derivados. Los niños pueden presentar distintos síntomas por la intolerancia a la lactosa, pero es importante primero tener un diagnóstico hecho por un especialista”, concluye la licenciada Murmis.
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