¡Chicas! ¿Cómo andan? ¿Cómo las encuentra esta etapa del año? ¿Cansadas? ¿Con ganas de vacaciones? Las que están con los preparativos... ¿al borde de un ataque de nervios?
En estos días a la gente se le ocurre preguntarme cómo me siento. "¡Ay, falta tan poquito!", "¿Cómo está el novio?" o "¿Ya estás nerviosa?" son algunas frases que me disparan a diario. Y, como si se tratara de un contestador automático, sale inmediatamente mi respuesta: "hay días y días. Por momentos me agarran unos nervios del estilo previa de examen y otros ratos no siento nada, como si nada fuese a pasar" . La respuesta es cierta. Así es como me siento aunque suene a cliché. Pero aunque contesto enseguida, después de un rato, estos espontáneos cuestionarios fugaces siguen rebotando en mi cabeza y me pregunto a mi misma (y mi inconsciente me mira por debajo de sus anteojos de media luna –un comentario sólo para las lectoras de 50 sombras de Grey-): ¿cómo te sentís? ¿en qué pensás? ¿entendés del todo lo que estás haciendo o saltás cual kamikaze guiada por el instinto?
En introspección, se me pasan mil cosas por la cabeza y en ese péndulo entre el pasado, el futuro y todas sus posibilidades entiendo que lo mejor es dejar que las cosas fluyan , entregarme a los hechos. En definitiva, hasta ahora no me fue tan mal.
Así, intento destrozar expectativas, dejar mi mente en blanco y disfrutar de cada minuto. Es cierto que falta poco y, como en los últimos días de 5to año del secundario, la mezcla de sensaciones entre nostalgia e intriga por lo que vendrá invaden cada momento y hacen que las emociones se disparen para cualquier lado. Es cierto que exagero, que exploto y que relajo. Es verdad que esto del blog me hace vivir esta etapa de una manera especialmente intensa. No sé cómo hubiese sido todo sin este espacio, no sé cómo hubiera sido si no hubiese tenido este canal de catarsis, si ustedes no hubiesen estado ahí con su buena onda, si no hubiese tenido que averiguar tantas alternativas y preparar tantos post de especialistas...
No sé cómo hubiese sido pero sé cómo es. Y recuerdo la frase de una persona muy cercana que hace mucho tiempo me dijo: "en la vida nada es como lo imaginás. No es que sea mejor o peor. Es diferente". No hace falta decir que nunca en mi vida imaginé que al llegar el día de mi casamiento contaría con este espacio. Y tampoco hace falta decir que estoy feliz con TODO lo que me está pasando.
-¿Cómo te sentís vos?- le pregunté a Martín ayer cuando caminábamos a la peluquería para que se haga su último corte de pelo.
-Creo que soy un poco inconciente. No caigo, no sé. No tengo expectativas, me gusta ir sorprendiéndome con todo – me respondió.
¡Cómo me gustaría poder dejar de darle vueltas al asunto, relajar y entregarme a lo que viene!
Por el momento, me reservé un día de spa para la semana que viene... ¿ustedes qué hacen para relajarse? ¿Cómo manejan las expectativas y los nervios?
PD: con mi autodidacta manejo del photoshop armé un manifiesto bien gráfico con un popurrí de sus consejos para un matrimonio feliz. ¡Espero que les guste! Y aprovecho para lanzar una nueva propuesta: consejos para vivir la noche del casamiento al 100%. ¿Qué me dicen las casadas?
Manifiesto para un matrimonio feliz - Créditos: Mery Bride