
Regreso a las pirámides
Aseguran que Egipto recobró la tranquilidad; hay pocos turistas y buenos precios
11 de marzo de 2012

En febrero del año último, Agustina Molina Pico se fue de vacaciones con su marido y dos hijos a Egipto. La familia llegó el mismo día en que se imponía el toque de queda en el país, tras la ola de revueltas y manifestaciones que terminaron con la histórica caída del presidente Mubarak. Tras permanecer encerrados en un hotel de El Cairo durante tres días, con las persianas bajas, sin conexión a Internet ni teléfono y ante un desfile incesante de tanques u hombres blandiendo palos y fierros, los Molina Pico pudieron abandonar finalmente el país. Sin conocer las pirámides, claro.
Más de un año después, no son pocos los turistas que se quedaron prendados de aquellas imágenes de anarquía y violencia desenfrenada que difundieron los medios de todo el mundo. Para colmo, a comienzos de febrero último, una masacre en un estadio de fútbol de Port Said dejó un saldo 79 muertos. Resultado: aunque conocer el país de los faraones sea el viaje de sus sueños, muchos prefieren posponer o directamente cancelar la excursión, por considerar que no están dadas las condiciones de seguridad.
En la otra vereda, Jorge Dulitzky, egiptólogo y organizador de viajes a ese país, jura y perjura que Egipto ha recobrado su tradicional tranquilidad. Que a pesar del conflicto político que aún se vive allí (en junio se celebrarán elecciones presidenciales), la situación es de absoluta normalidad, bien lejos de los pronósticos más agoreros.
"Mi esposa y yo acabamos de regresar de un viaje por esa nación acompañando a un grupo de 34 personas, y tuvimos una experiencia maravillosa", asegura. El recorrido previsto, agrega, se cumplió en su totalidad, sin imprevistos que los hayan obligado a cambiar o suspender visitas.
"Egipto y su gente se mostraron con su característica hospitalidad y amabilidad. Es más: es conmovedor cuando algún egipcio encuentra a un turista y le agradece, emocionado, por haber venido, ya que su país lo necesita."
Según Dulitzky, los coletazos de la revolución de 2011 en la industria del turismo fueron brutales, dejando sin fuente de ingresos a millones de personas. Las cifras son significativas: el país tiene 85 millones de habitantes, de los cuales se calcula que 12 millones están dedicados a la industria turística en forma directa, y otros 10 millones en forma indirecta.
"Son artesanos que fabrican collares, tejen alfombras, hacen cerámicas, venden agua mineral, cigarrillos y postales; llevan el equipaje o abren las puertas de los taxis", ilustra el egiptólogo.
Según datos de la Feria del Turismo de Berlín, que se desarrolla por estos días, la llamada primavera árabe provocó una brusca caída de turistas de alrededor del 15% en los países del norte de Africa, principalmente en Egipto y Túnez.
Dulitzky no es el único que no duda en viajar a Egipto.
"Es un gran momento para visitar ese país", se entusiasma Julián de Dios, autor de la Guía Completa de Egipto.
"No sólo porque la tensión ya se disipó, como me asegura gente de la embajada y amigos egipcios, sino porque 1) hay poca gente, 2) está todo baratísimo, 3) es una oportunidad histórica, y los locales están mucho más abiertos a hablar de la situación social y política que lo que estaban años atrás".
"Es muy lindo ver las pirámides, pero con contingentes de turistas alrededor pierde un poco la gracia -continúa-. Yo creo que, para alguien con un mínimo espíritu aventurero, es un excelente momento para ir a Egipto."
Por su parte, agencias y operadoras de turismo alientan, asimismo, a los potenciales viajeros. "Nosotros seguimos mandando pasajeros sin problemas. Y como hay poca gente se suelen otorgar up-grades y casi no hay colas para entrar a los monumentos, por lo que el viaje en general resulta aún más positivo", dice en este sentido Gisela Passarelli, de MGT Travel.
Desde el mismo Egipto se suma Hisham Saad, un guía hispano de Galaxia Tours, para disipar temores.
"Recién llego de una excursión que me llevó a recorrer todo el territorio por tierra, agua y aire, y sinceramente fue un placer -cuenta por teléfono y en un español impecable-. El problema es que mucha gente no distingue el conflicto político que se vive en este momento en Siria, por ejemplo, y piensa que todo Medio Oriente es lo mismo."
¿Cuál es la nacionalidad de los turistas que predomina por estos días en Egipto? Claramente europeos como alemanes y franceses, dice Hisham, al tiempo que arroja un dato curioso: "Dentro del mercado hispano, los argentinos llevan la delantera".
En cuanto a los Molina Pico, Agustina asegura que la experiencia de 2011 no la terminó de disuadir. "No será este año ni el próximo, pero algún día regresaremos a Egipto", promete.
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