Newsletter
Newsletter

Rescatan a un ícono de Mar del Sur

El histórico hotel, el más antiguo en pie del país, será recuperado por un grupo inversor argentino con estilo boutique en 18 meses




Quién no ha suspirado de pena e impotencia si alguna vez pasó frente al hotel Boulevard Atlántico, aquel monumento al olvido que se levantó hace más de 120 años en medio de la nada, entre los médanos y el viento de Mar del Sur.
Porque era cuestión de tiempo para que un temporal, un diluvio, acaso un mínimo temblor de tierra, terminaran de dar el golpe de gracia a la imponente construcción neoclásica, milagrosamente todavía en pie. Pero sucedió lo que muchos descreían y otros tantos anhelaban con desesperación: después de años de marchas y contramarchas, falsos rumores de compra y un tendal de supuestos proyectos que quedaron en la nada, un grupo inversor se decidió a rescatar al hotel de sus ruinas y devolverle su antiguo brillo. Y esta vez parece que es en serio.
"Compramos el hotel hace un año y medio a través de un fideicomiso, y en estos días empezamos con la primera etapa de reconstrucción de fachada, que va a respetar el diseño original", detalla Martín Bueno, director de Marum, un grupo argentino que se presenta como "una organización dedicada al área de construcción sustentable" (con proyectos desde parques eólicos hasta trenes eléctricos).
También y fundamentalmente, el hotel seguirá siendo un hotel. "Un hotel boutique, no de lujo ni de cinco estrellas, que conserve su historia", explica Bueno. Es decir, una casona de 32 habitaciones, techos de cuatro metros, persianas, llaves en lugar de tarjeta electrónica en las puertas y un restaurante tipo comedor, con los pisos originales de pino tea (los pocos que se salvaron del desmantelamiento).
"Comedor, porque así se llamaba antiguamente el restaurante del hotel. Que nadie espere un menú del tipo finas hierbas de cordero patagónico en reducción de Malbec, sino algo más simple, pero muy rico, como carne al horno, pollo con papas, locro. Platos que respetan el espíritu original del comedor."
Según agrega Bueno, al hotel se le sumarán dos anexos: el primero es un Espacio Vivo de Arte Argentino (EVAA), que será una suerte de museo de acceso gratuito para promover el arte y la cultura nacional (sobre todo de General Alvarado, partido al que pertenece Mar del Sur), con una sección especial dedicada a la historia del hotel y sus primeros pasajeros. El segundo, un condohotel que llevará el nombre de Marum Tigra. Se trata de un edificio bajo, de tres pisos, con 60 unidades (con superficies promedio de 40 m2, pileta cubierta, cocheras y spa) que serán comercializadas para la financiación de todo el proyecto (se calcula que las obras rondarán los 30 millones de pesos).
"La idea es que, si no lo usa, el propietario pueda entregar su departamento al hotel para que éste lo alquile y administre", comenta Bueno.
¿Cuánto tiempo demorarán las obras? El grupo que las desarrolla asegura que bastarán sólo 18 meses para que el Boulevard Atlántico recupere todo su esplendor. No son pocos los que ya están tachando los palitos para ver ese día.
El hotel, en plena decadencia

El hotel, en plena decadencia

Una historia surrealista

No es sólo el hotel más antiguo de la Argentina (tiene incluso más años que el desaparecido Bristol de Mar del Plata). Pocos establecimientos, además, cuentan con una historia tan rica como la del Boulevard Atlántico, terminado de construir en 1890 en lo que técnicos alemanes habían declarado como las mejores playas de toda la costa atlántica.
Precisamente se suponía que allí, a 60 km de Mar del Plata, florecería un balneario aún más glamoroso que su pujante vecino. Y su hotel -más de 3000 metros cubiertos, techo de pizarra francesa, 90 habitaciones y hasta cerámicas de porcelana inglesa- no tenía nada que envidiarle a los mejores de Europa. Pero el Boulevard Atlántico nació con mala estrella: su inminente inauguración coincidió con la crisis del 90, el banco que lo financiaba quebró, su titular se pegó un tiro, el prometido ferrocarril nunca llegó y el hotel quedó librado a su suerte, sin turistas ni empleados.
Debutó alojando a 80 familias de inmigrantes judíos de paso hacia su destino final, las colonias santafecinas fundadas por el barón Hirsch (llegaron en tren hasta Mar del Plata y de allí en 60 carretas hasta Mar del Sur). Se dice que uno de los salones funcionó como improvisada sinagoga; también que hubo bailes y hasta se celebraron casamientos. Pero los improvisados huéspedes también sufrieron los rigores de un tornado y de una epidemia de fiebre amarilla, con una veintena de muertos que lamentar.
El hotel fue posteriormente rematado y habilitado, vivió épocas de gloria y otras tantas de ocaso y decadencia. Peleas entre herederos, un incendio y años de usurpación (ofició de guarida para contrabandistas, narcotraficantes y tratantes de blancas) lo dejaron agónico y en ruinas.
Su dueño histórico y durante décadas único ocupante, Eduardo Gamba, soñó durante casi una vida con todo tipo de salvaciones para esa mole bella y anacrónica. Hoy Gamba es socio del proyecto de restauración y, dicen los que lo conocen, ha vuelto a sonreír.

¡Compartilo!

SEGUIR LEYENDO

¿Cuáles son los mejores lugares para probar este clásico postre italiano?

¿Cuáles son los mejores lugares para probar este clásico postre italiano?


por Redacción OHLALÁ!

Tapa de revista OHLALA! de mayo 2025 con Lali

 RSS

NOSOTROS

DESCUBRÍ

Términos y Condiciones


¿Cómo anunciar?


Preguntas frecuentes

Copyright 2025 SA LA NACION


Todos los derechos reservados.

QR de AFIP