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Sal, si puedes

Viaje y competencia de tres días por Salta y Jujuy, con un épico final sobre la poco habitual superficie blanca




SALINAS GRANDES.- Un desierto blanco y encandilador de 200 kilómetros cuadrados. Ese fue el insólito escenario en la tercera y última etapa de la carrera Columbia Raid de los Andes, el pasado domingo 15. Era la primera vez que se realizaba una competencia de este tipo en ese entorno y más de 500 corredores se enfrentaron al desafío de nueve kilómetros por un terreno atípico, con sectores de agua helada y, por momentos, hasta falta de aire debido a la altura de más de 3000 metros sobre el nivel del mar.
Cada vez más, las carreras de aventura que se realizan todo el año en distintos rincones del país son, para miles de aficionados, la excusa ideal para viajar y descubrir nuevos lugares, paisajes y gente, más allá de la competencia en sí. Es decir, otra forma de hacer turismo, ni más ni menos.
En este caso, el Columbia Raid, organizado por el Club de Corredores (inscripción, $ 1950 por persona incluyendo logística, campamento y comidas), pisó fuerte durante tres duras jornadas por las provincias de Salta y Jujuy. El circuito se extendía por 55 kilómetros en tres etapas. La primera, de 24 kilómetros, en Salta, por el fotogénico viaducto del Tren a las Nubes, desde la estación Chorrillos a 2121 metros sobre el nivel del mar, cruzando las vías y los túneles del famoso ferrocarril para disfrutar de un paisaje único, hasta Campo Quijano. Este último, pueblo tradicional del Valle de Lerma al que se lo conoce como el Portal de los Andes ya que es la puerta de acceso a la ruta nacional 51, hacia la Puna.
La segunda etapa comenzaba en el pueblo de Tumbaya, a 2094 metros sobre el nivel del mar y a 49 kilómetros de San Salvador de Jujuy. Tumbaya es interesante tanto por su entorno natural y geológico como por su riqueza étnica y arquitectónica de diversas construcciones precolombinas y también coloniales en el pueblo y los alrededores. Durante 21 kilómetros, en este tramo, se recorrió el centro de la Quebrada para terminar en el pueblo de Purmamarca a la falda del cerro de los Siete Colores.
"Me llené de montaña, ahora sí puedo volver a trabajar", comentaba Gustavo, llegado desde Santa Fe, uno de los tantos participantes que aprovecharon la ocasión para combinar deporte y turismo, tentados por la variedad de paisajes con sus colores y pureza.
Nuevos terrenos
El plato fuerte, el más curioso, se sirvió el último día. Después de una hora y media por caminos sinuosos, los corredores llegaron a las Salinas Grandes. Una de las mayores depresiones de la provincia con más de 12 mil blancas hectáreas de sal que encandilan.
El terreno sorprendió a corredores experimentados, incluso quien ganaría la competencia, Pablo Ureta. "Jamás había corrido en un salar y menos con agua. En un tramo, el agua me llegaba casi hasta las rodillas, estaba muy fría. Al final quedé cubierto de sal de la cabeza a los pies. Pero a pesar del frío y el cansancio, no tengo dudas: la experiencia me encantó y la volvería a repetir", admitió el deportista cordobés, pero radicado en Suiza.
Eran nueve kilometros en un recorrido circular donde se perdía la noción de distancia. Y si los participantes no tenían experiencia sobre la sal tampoco estaban preparados para la siguiente sorpresa: debido a las lluvias de días anteriores, parte del suelo estaba cubierto de agua, que les llegaba hasta los tobillos. En determinados sectores, el salar parecía más bien un gran lago sobre el que el cielo, los hombres y las mujeres se reflejaban como en un espejo.
El frío en los dedos mojados no permitía bajar el ritmo, aunque a la vez la marcha debía regularse con la respiración, con especial atención al latido del corazón para no alterarlo demasiado. Pero más allá del cansancio acumulado y las particularidades de esta etapa, nadie bajaba la guardia. La otra dificultad pasaba por no peder demasiado tiempo o energía en detenerse a sacar fotos para guardar en la memoria momentos tan únicos.
"¡Vamos, no aflojen! Después de este cono faltan sólo tres kilómetros", arengaban los organizadores al final del recorrido. "Fueron los tres kilómetros más largos de mi vida", comentaba Andrea.
Luego de casi dos horas todos los corredores cruzaron el arco de llegada con una sensación de triunfo sobrenatural. La alegría en los rostros demostraba una vez más que valía la pena calzarse dos o tres veces por semana las zapatillas para entrenar y poder sobrellevar este tipo de aventuras que alimentan el cuerpo y el alma.
Link: www.raidandes.com . La carrera se podrá revivir por el programa Sal de aventura (canal de cable Metro) los próximos tres domingos, a las 8 am.

AGENDA VELOZ

Algunas carreras y viajes para tener en cuenta, agendar e ir entrenando:
  • 13 de mayo: Salomon K21 copa Optiteh 2. Neuquén; 10 y 21 k.
  • 3 de junio: Salomon K21 copa Optiteh 3. San Nicolás, Buenos Aires; 10 y 21 k.
  • 9 de junio: Salomon K21 copa Optiteh 4, Tucumán; 10 y 21 k.
  • 24 de junio: Salomon K21 copa Optiteh 5, Tandil; 10 y 21 k.
  • 13 de mayo: Brava Experience Trail Duatlón. Villa Laguna La Brava, Balcarce, Buenos Aires; 10 k. www.onrush.com.ar
  • 3 de junio: Mil Huellas Azcuénaga, San Andrés de Giles; 24 y 8 k. www.milhuellas.com.ar info@salvajeoudoor.com.ar

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