
SALTA.- En los umbrales del 2000, la Argentina demuestra por qué es un país de variada oferta turística; circuitos casi vírgenes se inauguran para los aventureros. Uno de ellos, descubierto hace muy poco tiempo por el guía oranense Diego Castillo, es la visita a dos ríos casi inaccesibles de la nuboselva salteña, el Colorado y el Pescado, afluentes del Bermejo.
El helicóptero abandona la pista y todo comienza a teñirse de verde no bien deja la ciudad de Orán. Cañaverales, plantaciones de tomates, canales de riego artificial... y de pronto, todo cambia: aparecen los primeros cerros y tras ellos otros más altos; comienza la selva subtropical, producto de los vientos húmedos que soplan del Este y que chocan con las elevaciones orográficas.
En no más de veinte minutos de vuelo se llega al primer destino, a las nacientes del río Colorado, casi en la provincia de Jujuy, sobre el trópico de Capricornio. A esta altura habitan numerosas aves, como jotes, garzas y el colorido tucán. También un pez foráneo que fue sembrado hace veinticuatro años, la trucha arco iris.
El río Colorado tiene las típicas características de un curso de montaña, corre rápido, arrastra piedras y palos durante la época de lluvias (diciembre a marzo), y sus aguas son frescas y muy limpias durante el resto del año.
La vegetación en las orillas, distanciada por un vasto pedregal, está compuesta por una amplia gama de árboles, arbustos, enredaderas y epífitas. Todo es tranquilidad y sólo se oye el rumor de las cascadas entre las rocas y los pájaros que cantan al amanecer.
Vuelo rasante
El paisaje se conserva tal como fue creado, los turistas sólo pueden llegar en helicóptero acompañados por un baquiano o emular la proeza de Pepe López, que tardó unas once horas a caballo y a pie desde su finca tomatera.
Desde el Colorado, en helicóptero, lleva otros veinte minutos llegar al río Pescado nombre que se debe a la abundante fauna que lo habita, entre los que se destacan dorados, sábalos y bogas. En el camino, el helicóptero hace un vuelo rasante por dos relictos de la naturaleza, el cañadón del río Iruya, de aguas lechosas; y la laguna Pintascayo, poblada de yacarés y carpinchos.
El Pescado tiene aguas más cálidas que su vecino y aguas abajo del paraje el Angosto ya no corre tan encajonado; además, sus playas de canto rodado permiten caminar sin problemas por la orilla en busca de los mejores paisajes. A los habitantes típicos de esta yunga salteña hay que agregarles, en esta zona, algunas vacas de fincas remotas, que pastan aprovechando los yuyos tiernos.
Todos estos ríos vuelcan su cauce en el Bermejo, que aguas arriba del puente internacional que une Aguas Blancas (Argentina) con Puerto Bermejo (Bolivia) antes de recibir los caudales del Pescado y el Colorado, en nada se parece al río de llanura chaqueño. Es otro verdadero río de altura, más parecido a los cauces de las sierras de Córdoba o el sur cordillerano. La ruta lo bordea por territorio boliviano con túneles, laderas de las montañas que caen a pique, curiosas formaciones pétreas y algunos pocos pobladores a su vera, que viven de cultivos minúsculos o subsisten colocando algunas chapapas, trampas en el lecho del río que sirven para atrapar sábalos.
Pocos argentinos conocen esta región de Salta, más famosa por sus valles sureños o por su capital. La conjunción de montañas, selva, ríos de aguas trasparentes y decenas de especies vegetales y animales invitan a no demorar una pronta visita.
Datos útiles
Cómo llegar
- En avión hasta Jujuy cuesta alrededor de 175 pesos ida y vuelta, con tasas e impuestos incluidos.
Desde ahí se puede tomar un ómnibus hasta Orán. El precio oscila entre 13 y 16 pesos y el viaje dura 3 horas. También hay ómnibus que unen esta ciudad con Buenos Aires, el viaje insume un día entero y el costo es de 120, ida y vuelta.
Alojamiento
- Una habitación doble en un hotel 3 estrellas cuesta 70 pesos y entre 25 y 40 en un residencial.
Vestimenta
- Ropa fresca, repelente para los mosquitos, crema solar, sombrero, máquina de fotos o filmadora, catalejos.
Guía local
- Diego Castillo (03878) 423054.
Más información
- Casa de Salta, Avda. Diagonal Norte 933; de lunes a viernes, de 10 a 18; 4326-1314.
Corrientes de color
El río Bermejo aporta el 75 por ciento de los sedimentos de la cuenca del Plata y es el principal responsable del color de las aguas del estuario. En su sector montañoso arrastra la mayor cantidad de sólidos de todos los ríos de América del Sur (1880 toneladas por km2 al año).
Es el principal curso de la yunga, provincia fitogeográfica que, entre otras cosas, se destaca porque el agua que se acumula como neblina condensada por árboles y otros vegetales supera hasta casi en el sesenta por ciento a la que proviene de las lluvias. Ambas fuentes (nieblas y precipitaciones pluviales) lavan las pendientes de las elevaciones y trasladan los coloridos sedimentos.
Néstor Saavedra
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