

SALTA.- Tiene mucho de la aristocracia de la época colonial combinada sabiamente con atisbos de la vida moderna. Así, la ciudad está pensada para vivirla al aire libre; con las calles llenas de gente, restaurantes, cafés, tiendas y hasta ferias artesanales, y disfrutarla de día y de noche.
Una especial característica de los lugareños es su hospitalidad y el gusto por la vida nocturna. Ese espíritu bohemio y amable también logró adoptar gustos y costumbres de otros lugares con la mirada puesta en el turismo, pero sin menoscabar sus tradiciones. Por el contrario, la noche salteña toma cada vez más fuerza y hasta ha logrado casi un milagro: que en sólo tres cuadras de una calle, la Balcarce, como los salteños la llaman, convivan diversas tendencias y estilos antagónicos en apariencia. Como tener a San Telmo y Palermo en un mismo espacio, en perfecta armonía.
El fenómeno comenzó hace algunos años. Entre el 700 y el 1000 de Balcarce (de Entre Ríos a Ameghino), justo frente de la estación de trenes que estuvo mucho tiempo abandonada y de la que actualmente parte el Tren a las Nubes. En esta zona degradada, con antiguos hoteles para inmigrantes, se instaló en 2000 el espíritu pionero de la peña La Vieja Estación (Balcarce 885).
Fidel, uno de sus dueños, destaca que "no había nada, sólo edificios destruidos y empedrado; el éxito de la peña atrajo a otros emprendimientos, armamos una feria con 300 artesanos los domingos y la zona explotó".
En pocos años se abrieron más de 25 locales (potenciados por el turismo), que se suceden uno tras otro, con buen nivel gastronómico y, especialmente, buenos precios, casi la mitad que en lugares similares de Buenos Aires.
Los que se acuestan temprano y prefieren la vida más tranquila llegan a las 20 y pueden comer sin estridencias en lugares como Frida (Balcarce 935), que tiene tres salones decorados elegantemente, o La Cocina del Pirata (Balcarce 907), en el que se pudo ver a Andrea Frigerio saborear unas ricas empanadas.
Otros espacios tranquilos, pero que se llenan después de las 23, son Ibiza (Balcarce y Necochea), Bourbon (Balcarce 880) o Berken´s (896).
Los que prefieren escuchar música mientras comen pueden visitar las numerosas peñas de folklore, con cantantes como Hermógenes y Julio Quipildor (hijos de Zamba Quipildor), Los Nuevos Cantores del Alba o el ballet Zupay, entre otros.
Así, el público amante de la música telúrica se reparte por El Andén de las Nubes (Balcarce y Ameghino), un restaurante con comidas típicas; la Nueva Panadería (Balcarce 475), que alguna vez perteneció a uno de los integrantes de Los Nocheros. También suelen acercarse a Rumihuasi (Balcarce 987), un lugar más chico y para un público joven.
En el Rancho de los Alegres (Balcarce 926), la dueña, la cantautora Claudia Vilte, propone "el folklore auténtico, a pura guitarreada", y una decoración que nada hace extrañar las peñas de campo, con toldo de caña y paredes con objetos indígenas, muy visitado por los salteños.
Otros restaurantes: Don Antonio (Balcarce 922), El Viejo Vizcacha (877), El Patio de Balcarce (889) o Tío Chichi (871), esta peña dispone de un sector menos ruidoso, ideal para parejas o grupos que prefieren conversar.
Al estilo porteño
Pero no todo es folklore en Salta. El Café del Tiempo (901) es el lugar adecuado para los mayores de 25, que quieren disfrutar de un rincón con el típico estilo de San Telmo; con mesas de madera de roble, carteles de publicidades viejas y fotos de ídolos como Maradona o Troilo. Eso sí, acá el clima es más ruidoso, con grupos de rock, blues y jazz.
Los que gustan de la música fuerte y de raíz latinoamericana cuentan con Macondo (Balcarce 980), un pub de estilo irlandés, con mesas de madera, una gran barra de 25 metros, luces tenues y mucha cerveza negra. Los más jóvenes, extasiados por la música dance, tienen a Caos (al 938) como su aliado principal; aquí, los grupos de chicos y chicas se juntan a tomar tragos fuertes como Satanás, se quedan bailando hasta las 7 de la mañana o lo usan como un lugar para entonarse un poco antes de ir a la disco.
En estos lugares hay parejas y grupos, pero también hay clima propicio para intentar conocer a alguien. Y para los que piensan que el nivel de ruido no es suficiente para alterar sus neuronas, pueden visitar Etcétera (Balcarce esquina Necochea) un megapub con rock en vivo y a todo volumen.
Pero si caminan por Necochea se encontrarán con nombres como Zeppelín, Danger, Delirio, Party Savage, con mucha música y videos a pantalla gigante, para jóvenes que gustan del mezcladito de música pop y rock. En cambio, los seguidores de la cumbia pueden visitar Cinema (Balcarce 864).
Los fanáticos xeneixes pueden, en Balcarce 921, degustar un trago y comidas rodeados de un impresionante decorado azul y oro, sitio en el que recalan habitualmente los jugadores de Boca cuando juegan en esta ciudad. Por su parte, los mayores tienen donde comer tortas, masas o tomar café o té, en Lala (Balcarce 805), un edificio que data de 1927, o en la Casa de Gervasio (al 900).
Otro polo con historia
Más allá de la movida de Balcarce, los alrededores de la Plaza 9 de Julio tienen lo suyo. El gobierno salteño encaró una restauración completa del casco histórico y sobre Bartolomé Mitre surgió otro polo gastronómico, con lugares como Cava de Piedra, Bahía, Café Venus y La Posada, los precios son un poco más económicos que en la Balcarce, y una estética muy cuidada, con empedrado nuevo y faroles.
Fernando G. Caniza
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