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Salvador Dalí y un museo que lo retrata

El gran maestro del surrealismo tiene, en Figueras, un espacio que cuenta sobre su obra y permite reconstruir su vida




FIGUERAS, España.- El Museo Teatro Dalí es el legado de mayores dimensiones que ha dejado el padre pictórico del surrealismo. Fue construido con su supervisión y diseñado como un complejo orgánico que atesora esculturas y colecciones de pinturas propias y de otros artistas del movimiento.
El objeto surrealista más grande del mundo . Así es como se autodefine el museo al que Salvador Dalí dedicó 10 años de su vida.
El sitio, que significó la puesta en marcha de un plan resultante del deambular onírico del catalán, hoy recibe cerca de 800.000 visitantes al año y se ha transformado en uno de los más recorridos de toda España.
Es el espacio por excelencia de la pintura de tinte freudiano , y se construyó en Figueras, Cataluña, a pocos kilómetros de la frontera con Francia.
La ubicación no responde a caprichos del espacio, sino precisamente al hecho de que esa ciudad fue cuna del pintor. Al mismo tiempo, se levantó sobre los restos del antiguo Teatro Municipal (de ahí el nombre de Museo Teatro) que había sido destruido durante la Guerra Civil Española.
Se reutilizaron algunas de sus partes más valiosas y se lo adoptó como carcasa elemental para el diseño estrictamente alocado de Salvador Dalí. ¿Dónde, si no en mi ciudad, ha de perdurar lo más extravagante y sólido de mi obra? , enunciaba en los días previos a la inauguración en septiembre de 1974.

Eminentemente teatral

El Teatro Municipal, lo que quedó de él, me pareció muy adecuado y por tres razones: la primera, porque soy un pintor eminentemente teatral; la segunda, porque el teatro está justo delante de la iglesia en la que fui bautizado, y la tercera, por que fue precisamente en la sala del vestíbulo del Teatro donde expuse mi primera muestra de pintura. Vaya conciencia de situación.
Todo este complejo de galerías ha sido proyectado y edificado con una concepción absolutamente organicista. Es decir, como si se tratase de un cuerpo vivo en permanente mutación. Una criatura que respira.
El exterior lleva paredes bordeaux y torres coronadas con huevos blancos (la calidez del hogar está representada en el huevo para Dalí). Dentro, las puertas son grandes rostros con bocas de labios rojos y narices de muñeca invertida.
Los pasillos zigzaguean y alternan salas con colecciones de obras propias como Port Alguer (1924), El espectro del Sex-appeal (1932), Autorretrato blando con beacon frito (1941), Poesía de América - Los atletas cósmicos (1943), Galarina (1944-45), La cesta de pan (1945), entre otras. Al mismo tiempo, hay varios trabajos de los artistas preferidos de Dalí: El Greco, Ernest Meissonier, Marcel Duchamp, Wolf Vostell y Evarist Vallés sólo son algunos de los que se exponen.
El Cadillac lluvioso recibe en la entrada. Lleva una mujer hecha escultura sobre el capot.
Detrás, un tronco de palmera construido sobre la base de esa fila interminable de neumáticos pirelli , termina en una barca azulada que llora gotas de mar. Gotas que han quedado petrificadas en su caída inconclusa. Y así empieza la cosa. Apenas uno pisa el espacio ya es el inconsciente el que empieza a tratar de comprender a partir de una lógica distinta.

Sin estructuras

Para entender cada pieza, cada rincón hay que hacer un juego perceptivo. De aquí para allá. De allá para aquí. Las sensaciones se cruzan. Seducen al cuerpo y la mirada.
Arriba, el techo no es techo. Sino una burbuja enorme a punto de estallar hacia el exterior. Es la cúpula geodésica, una especie de estandarte identificatorio de Figueras.
Fue diseñada por Dalí y construida por el arquitecto murciano Emilio Pérez Piñeiro (1935-1972). Después, sobre el fondo, a modo de telón de escenario, aparece una especie de autorretrato quebrado a cajones, tristezas y traumas de niñez. Más aires surrealistas en toda su expresión.
Si uno se asoma a través de esa enorme lupa que está en una de las orillas de la sala, ve. Ve la obra que es el rostro, que es Mae West y todo ese glamour dispuesto entre cuatro paredes. Ve esos elementos nunca antes asociados y esas dos fotografías que funcionan como ojos negros a la distancia. Estupefacción.

Datos útiles

Cómo llegar: el pasaje aéreo, ida y vuelta, desde Buenos Aires hasta Madrid, cuesta 1159 pesos, con impuestos y tasas incluidos.
Trenes: en el aeropuerto hay servicios diarios que parten desde la capital catalana hacia Port Bou en el límite con Francia. Tras descender en Figueras se puede ir caminando hasta el museo, son 500 metros.
Teatro: en Plaza Gala-Salvador Dalí 5, E-17600 Figueras. Teléfono: 0034-972-677500.
Ingreso: la entrada cuesta unos 5 pesos. Hay descuentos para estudiantes y jubilados. Horario: de 10.30 a 18 (hasta el 30 de junio) y de 9 a 20 (del 1º de julio al 30 de septiembre).
Alojamiento: hay buenos hoteles en los alrededores del museo que cuestan entre 30 y 50 dólares, habitación doble.
Más información: Oficina de Turismo de España, Carlos Pellegrini 1163 3° (4328-9664/9619/08).
Martín Correa Urquiza

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por Redacción OHLALÁ!

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