

Son nada menos que 1600 hectáreas a orillas de la laguna del Hinojal, a la altura del kilómetro 157 de la ruta 2, que asoman una vez que se sobrepasa la estación Lezama, que se apropia de la población aledaña, en realidad llamada Manuel J. Cobo.
Santa Gertrudis es una vastedad que figura en la cartografía del Automóvil Club Argentino (ACA), lo que de paso ayuda a su localización.
En la agonía de un verano que no cede, la piscina del casco mitiga el calor. Igual que su arbolado parque de nueve hectáreas que suma una glorieta de sólidos bancos, dos aljibes y una capilla.
El casco no es antiguo; tiene alguna definición arquitectónica del español colonial, pero modernizada y, sobre todo, confortable (dispone de suites) para los que se hospedan en algunas de las variantes que se ofrecen y no sólo en el casco principal.
El lugar da las ventajas de todo campo atendido por sus dueños, en este caso encabezado por Darío Saráchaga Casalins, bisnieto de los Casalins que compraron esas tierras al que detentaba la posesión desde el 13 de diciembre de 1836.
La extensión de la estancia está atravesada por caminos rurales y uno de ellos lleva a la laguna del Hinojal -casi a la vista del chato perfil urbano de Cobo-, rodeada de bosques de talas, lo que significa recuperar el paisaje natural de esas llanuras tal cual se lo encontró en tiempos de los conquistadores.
Además, esa riqueza botánica propicia una productiva captura -sólo de imágenes fotográficas o detección con largavistas- de aves que matizan con otros colores el follaje, y en las aguas o sus orillas, tal vez retratar nutrias y sólo imaginar a los carpinchos, escurridizos y poco sociables.
En la laguna -de unas doscientos hectáreas- el dueño de casa logró abrir una brecha entre los juncales para poner el plan de recreamiento y pesca embarcada, una actividad que modera con el sosiego que merece la fauna ictícola, allí ideal para quienes gozan con la pelea que ofrecen las tarariras.
Además de las típicas cabalgatas y los paseos en volanta para los mayores y en un sulky pequeño para los pasajeros menores, se suma un plantel de bicicletas y hasta se puede gambetear en el espacio para un partido de fútbol 5.
Pasar el día cuesta 65 pesos y 110 el hospedaje con cuatro comidas, en todos los casos con inclusión de bebidas y las actividades, siempre que se hagan reservas por el 4806-9422 y 02241-15509381.
Los productos del propio campo garantizan una buena y equilibrada alimentación.
De sus planteles de ganado se dispone de abundancia para asados de carne ecológica y la quinta resulta pródiga en verduras (la miel y dulces caseros acompañan los desayunos). Es decir, alimentación, sana y descanso campesino.
Datos para no perderse
Para llegar en automóvil desde Buenos Aires, la autopista a La Plata (dos peajes de 1,90 peso) y su continuidad como ruta 2 (y peaje de 8 pesos en Samborombón) hay que seguir hasta Lezama (M. J. Cobo) o kilómetro 157.
Se debe seguir hasta un camino rural a la izquierda de la ruta, que arranca en el paso a nivel sur, una vez superada la estación del ferrocarril. Por el mismo se toma a la derecha y en el idéntico sentido en el primer desvío, hasta la entrada en la estancia, que aparece a la izquierda.
Desde la ruta son cinco kilómetros y desde la tranquera, otros dos más hasta el casco. También se puede llegar hasta Lezama en tren o en ómnibus: desde la estancia combinan el arribo.
Francisco Juárez
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