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Se fue la primera

2 de diciembre de 2008 • 11:20

Bueno, entonces el viernes a la mañana fuimos a nuestra primer sesión de terapia vincular.

El tipo me cayó muy bien. Nos agarró al vuelo, y eso es lo que creo que necesitamos. Alguien que nos saque la ficha y nos ponga los puntos.

Parece que el sexo es un big issue en nuestra pareja.

En un momento nos dice "Bueno, cada uno de ustedes tiene que describir la sexualidad de su pareja. El otro, mientras, DEBE permanecer callado".

Primero habló Nicolás.

Debo confesar que no sólo me costó un Perú no acotar a cada instante, sino que tuve que contener con mucha dificultad, derramar un par de lágrimas.

Resulta que yo soy fría y a veces, poco espontánea.

Que yo estoy dispuesta a resignar una nocha de sexo con tal de dormir un poco más.

Que nunca inicio nada y que "más de la mitad de las veces" rechazo una propuesta del otro lado.

Resulta que no tengo mucha fantasía y que la mayoría de las veces me cierro a probar cosas nuevas.

Que soy demasiado callada y que antes no era así. (dah! tres niños durmiendo! dah! y no! no puedo acotarlo!)

Nicolás habló como ocho minutos seguidos (y eso es mucho, señores, acá y en la Luna).

Desglosó cada milímetro de nuestras relaciones sexuales.

Lo escuché guardando un respetuoso silencio. Y cuando me tocó a mí, me la pasé defendiendo el "ataque".

Es que, la verdad, a mí me gusta cómo es Nicolás conmigo cuando nos encontramos en la intimidad.

No tengo demasiados reproches.

Pero el sí.

Muchas de esas cosas son un divague.

Pero no importa. Es lo que mi marido ve cuando piensa a nuestra sexualidad.

Y parece que es un big issue.

Bueno, como siempre, ¿no?

El Dr D. nos dio una consigna "no pueden tener sexo hasta la próxima sesión. Pueden ser cariñosos y demostrativos, pero sexo no".

Van, ¿cuánto? ¿Tres días?

Bueno, ya parecen tres siglos.

Dios, qué fáciles y predecibles podemos ser.

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