Se puede ser feliz
Todos tienen una receta y aprovechan las vacaciones para aplicarla; desde los que buscan la tranquilidad de las playas alejadas, hasta los que mueren por caminar por la peatonal atestada de gente
5 de enero de 2007
MAR DEL PLATA.- La ciudad recibió la llegada de este año con una interminable seguidilla de fuegos artificiales. El último día de 2006 había sido sumamente generoso con los muchos turistas que llegaron para pasar las fiestas (unos 170.000 el fin de semana), pero, al parecer, todas esas luces que iluminaron el cielo durante un largo rato, se convirtieron en nubes. Como si la humareda generada por la pólvora hubiese quedado detenida entre la gente y el sol.
Se sabe: el día nublado no amedrenta a los turistas. La ciudad está preparada para que la playa no sea la única opción posible, y cada quien disfruta el tiempo como más le gusta, desde la reapertura del Aquarium, con diversas propuestas de entretenimiento, hasta los nuevos balnearios que ultiman detalles para atraer al público joven con shows de rock, música electrónica y otros atractivos servicios que tienen que ver con la distensión y la vida sana.
Estos días son de arribos constantes, y todo indica que este fin de semana habrá señales claras de que ésta será una temporada exitosa, de las mejores de los últimos años. Por eso, no importan demasiado los días nublados con lluvias aisladas (siempre y cuando no se hagan costumbre).
Y la gente camina. Y camina, mira vidrieras, hace colas para casi todo, llena los restaurantes, los bares. Vuelve a mirar vidrieras, aunque no compre demasiado. Duerme la siesta, va al teatro, persigue a los artistas y, por supuesto, ruega que salga el sol.
En los balnearios cool, las chicas muestran la ropa top que cubre la ropa de baño y se entretienen con alguna clase de pilates o un licuado de frutas frescas que ayude a pasar la tarde amablemente. Los muchachos, cerveza y picado de fútbol.
Y la gente camina. Por todas partes. Las diversas tonalidades de bronceado (los que llegaron antes de Fin de Año tuvieron varios días disfrutables) se mezclan con la palidez que arrastran los recién llegados, deseosos de dejarse abrasar por Febo.
¿Qué pasa si no hay playa?
Camila y Alejandro van de la mano por el nuevo balneario de Rock & Pop. "Salimos a caminar y conocer los balnearios nuevos -cuenta ella-. Cada uno es más lindo que el otro, no sé cuál vamos a elegir". Recién llegaron y ya decidieron: "Estas playas del Sur son las mejores. Hay buena onda, conocemos gente, podemos estar tranquilos, lejos de los apretujones del centro", agrega.
Al caer la tarde, la calle Güemes recibe a una tranquila multitud que mira vidrieras y toma un té con alguna porción de torta. Y se destacan los grupos de chicas en busca de alguna nueva vestimenta. "Vengo desde hace dos o tres años, porque tengo familia -cuenta Karina, de ansiosos 19 años-, pero además me encanta. Mar del Plata es única, hay de todo, y no extraño para nada a Buenos Aires."
El centro, por supuesto, es un poco más caótico, y también se advierte más la multitud a partir de las seis de tarde. Buena parte de los hipnotizados por el alboroto son del interior. Roberto es abogado en su ciudad natal, la capital salteña, y no duda en afirmar que ésta es la ciudad ideal para veranear: "Hace ya varios años vengo con mi familia y lo que más disfrutamos, además del mar, es poder tener algo para hacer siempre. Vamos mucho al teatro y aprovechamos a ver todos los espectáculos que hay para los chicos."
De noche, la protagonista es la calle Alem, que nunca duerme. Allí, la oferta tienta a los más jóvenes, y todo empieza después de medianoche y termina después del amanecer. En esos locales, seguramente, nacen muchos amores de verano. "Desde que llegué, duermo unas tres horas por día -cuenta Mariano-. Vine con unos amigos y ya conocimos mucha gente, muchas chicas, y vamos a dormir después de desayunar. Los días nublados al menos nos dejan dormir un poco más."
Pero siempre llega el sol. Y el miércoles, antes del mediodía, empezó a ser generoso con los visitantes. Y todos a gozar, y a esperar que este fin de semana llegue despejado para confirmar que Mar del Plata es la ciudad más elegida de la Costa Atlántica.