

O Tannenbaum, Wie treu sind deine Blätter... La letra de este villancico tal vez no sea tan conocida como la melodía, un verdadero hit global, adaptado y traducido decenas de veces, que sirvió de soporte incluso a la letra del himno oficial del estado de Maryland en Estados Unidos. Pero sin duda el tema de la canción es lo más popular de todo. Porque O Tannenbaum es en alemán el abeto navideño, y no hay en el siglo XXI Navidad sin árbol...
Este villancico glorifica a los árboles de Navidad de todo el mundo, tradición que se remonta hasta las penumbras de la historia, como tantas otras costumbres navideñas en las que se fusionaron elementos paganos y cristianos. Sélestat, una ciudad de Alsacia cercana a Estrasburgo, conserva la primera constancia escrita de la existencia de un árbol de Navidad, o por lo menos algo parecido a un ancestro de los que conocemos hoy.
La Biblioteca Humanista
Sélestat es una ciudad típica de Alsacia, con fachadas pintadas y adornadas de estatuas, con campanarios de iglesias y templos que se elevan sobre un centro histórico rico en edificios del Renacimiento. Está tan cuidada que parece un museo al aire libre, como tantos otros en la región: Sélestat es, sin duda, una ciudad donde se siente el apego a las tradiciones.
Fue un importante centro intelectual en el siglo XVI y conservó de esa época una verdadera joya: la Biblioteca Humanista, que contiene más de 2000 libros de inestimable valor, entre incunables, ediciones de los primeros tiempos de la imprenta y manuscritos. Esta colección está compuesta por una biblioteca latina fundada en 1542 y por la donación de los libros de Beatus Rhenanus (uno de los grandes humanistas del siglo XVI, nacido en Sélestat en 1485, editor, escritor y biógrafo de Erasmo).
Pero es en un libro menos humanístico, más bien en uno de cuentas de la ciudad, donde aparece la mención del árbol de Navidad: se trata de la adjudicación de un presupuesto de cuatro schillings, el 21 de diciembre 1521, para pagar a los guardias encargados de proteger el vecino bosque, donde se encontraban los pinos municipales que se adornaban para las Fiestas. Además se mencionan allí multas para quienes los cortaran para sus casas...
Con esta prueba en mano, la ciudad de Sélestat se proclamó Cuna del Arbol de Navidad, aunque esta tradición fuera más bien común a todo el mundo germánico: la fuerza de lo escrito, sin embargo, bien vale el título.
Además de poder ver el famoso escrito, o su facsímil, en la biblioteca o el edificio de la Municipalidad, hay un pequeño monumento en el centro de Sélestat: se trata de una columna de gres rosado, la piedra más típica de los Vosgos, las montañas vecinas, sobre la cual se levantan un árbol de Navidad y un libro, con la fecha de 1521. Para los demás tributos hay que esperar la época natalicia. En contraste con lo modesto de este monumento, Sélestat celebra a lo grande el período de las Fiestas.
Schééni Vinâcht
Sélestat entró en la historia de la Navidad por medio de un pago de cuatro schillings, suma que hoy sería irrisoria. Para compensar, invierte sin pestañear en festejar durante todo diciembre. El evento central es la muestra de árboles, que se realiza cada año en la iglesia St. Georges. Como en los viejos tiempos se cuelgan los pinos por la punta de los arcos de la nave de la iglesia y se adorna cada uno como se hacía en determinado momento de la historia: es una suerte de paseo por el tiempo, hasta el famoso 1521. El profesor Sappinus, una especie de Beatus Rhenanus moderno, especialista en árboles de Navidad para los chicos, es el personaje central de algunas de las celebraciones. En la cripta de Sainte Barbe, este profesor propone actividades para niños y adultos, invitándolos a conocer más sobre el origen de las tradiciones y decoraciones de los pinos. En el mismo lugar, Jardins d Hiver es una muestra de paisajistas y floristas que crean mundos imaginarios relacionados con la Navidad, con flores, plantas y luces. El profesor Sappinus también organiza paseos educativos hasta el petit hotel Saint-Lô, en el centro del casco histórico, donde se recrea un bosque con varias especies de pinos, iluminados al anochecer.
Sin el profesor Sappinus, pero tan navideños como el árbol, en Sélestat hay también un pesebre ¡de 6 metros!, un mercado de Navidad (con 30 stands que venden productos y regalos) junto a artesanías de inspiración germana, un buzón de Papá Noel para los chicos, y un mercado de pinos, además de conciertos, cantos de villancicos y una vigilia de Navidad en las iglesias. Hasta está el competidor de Papá Noel, San Nicolás (no tan competidor, ya que lo inspiró en muchos aspectos y hasta le dio su nombre modificado, Santa Claus), para un desfile el 6 de diciembre. Para los chicos hay cuentacuentos, obras de teatros, organitos en las plazas y paseos a lomo de burro.
Quizá porque la Navidad fue registrada en la Biblioteca Humanista, en Sélestat es algo serio. Y con un poco de suerte es también una Navidad blanca, un ingrediente tan indispensable como el árbol y sus luces para que brote el mejor espirítu.
El grupo de los siete
Sélestat forma parte de la recientemente formada red de las Christmas Cities, siete cuidades, pueblos y regiones que tienen una tradición específica para Navidad. Sélestat aporta su árbol; Rovaniemi (Finlandia), el parque temático y el pueblo de Papá Noel; Himmelpfort (Alemania), el servicio postal de Papá Noel; Steyr (Austria), los pesebres de marionetas; Durham (Inglaterra), el Festival de Plata; Mývatn (Islandia), los trece elfos de Navidad, y Sendai (Japón), su festival de las luces. Cada ciudad está presente con su tradición en la Christmas Exhibition del Santa Park de Rovaniemi. Más datos en www.joulusaatio.fi
Datos útiles
- Pesebre: hasta el 2 de febrero, abierto cada día de 7 a 19, menos en momentos de oficios religiosos. Entrada libre.
- Muestra de árboles de Navidad: hasta el 6 de enero. Todos los días, de 9 a 19. Entrada libre.
- La Biblioteca Humanista abre de 9 a 12 y de 14 a 18, todos los días, menos el martes. Horarios prolongados durante las fiestas y en verano.
- El árbol de Navidad: en el hotel St-Lô, hasta el 6 de enero. Se puede ver de 9 a 19. Entrada libre.
- La mayoría de las demás actividades termina el 24 de diciembre. Tener en cuenta que el clima es muy frío, en general en Alsacia para las fiestas, y que la noche cae temprano, alrededor de las 16.
- A degustar: el vino caliente con canela, los pequeños panes en forma de pino, el christstollen, una de las 30 variedades de bredele (la versión local del bretzel).
- En Internet: www.ville-selestat.fr , www.noel-selestat.fr y www.selestat-tourisme.com
Por Pierre Dumas
Para LA NACION
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