

Me pregunto si en toalla y ojotas y una toalla más de turbante en la cabeza es una forma adecuada de vestirse para ir a la agencia. Después de bañarme, con solo moverme un poco por el cuarto ya estoy empapada nuevamente y debería volver a bañarme. Salvo que el ciclo se repetiría hasta el infinito porque la temperatura no baja. Me quedo sentadita y quieta en la cama hasta que cede. Voy ensayando vestuarios y nada, nada me deja conforme. Encima hoy tenemos un almuerzo con clientes así que no corre lo de casual Friday, es decir, lo de casual tiene sus limitaciones. Ojotas y shorts no, por ejemplo.
El plan ideal sería ese que proponen ustedes por ahí: tragos (sin alcohol durante la mañana) al borde de alguna pileta y ya más reforzaditos para cuando va cayendo la tarde. Soñar es gratis; mientras tanto, mi realidad me lleva caminando despacito hasta el subte D que hoy debe estar especialmente acogedor.
Ayer hicimos votación con los chicos de la agencia. ¿El más caluroso? El B. ¿El más mal oliente en verano? El D. O asados o podridos, esas son las opciones. ¿Siguen existiendo esos diferenciales que había en mi infancia? Nunca más los volví a ver. Yo me tomaba una a zona norte con aire acondicionado que era el placer de los dioses.
El pronóstico tiene dos solcitos bien brillantes los dos días. Aprovechemos el fin de semana remojándonos en alguna pileta; recuperemos fuerzas y perdamos temperaturas.
SEGUIR LEYENDO


Lanzamos Wellmess, el primer juego de cartas de OHLALÁ!: conocé cómo jugarlo
por Redacción OHLALÁ!

Gala del Met: los 15 looks más impactantes de la historia
por Romina Salusso

Kaizen: el método japonés que te ayuda a conseguir lo que te propongas
por Mariana Copland

Deco: una diseñadora nos cuenta cómo remodeló su casa de Manzanares
por Soledad Avaca Cuenca
