

-¿Cuál fue el mejor viaje de tu vida?
-Por suerte viajé bastante por trabajo y por placer. Sin embargo, siempre recuerdo los familiares, y si son de familia completa, mejor. Creo que el mejor fue uno que hicimos con mi marido, Lucas, y mis hijos, Tomás y Josefina, a Italia. Desde Positano, íbamos camino a Capri en una lancha con un marinero que habíamos contratado y paramos en pleno Mediterráneo para tirarnos los cuatro al agua. Fue un momento de gran felicidad, inolvidable.
-¿Y el último?
-Fuimos a José Ignacio, en familia y con muchos amigos. Descansamos muchísimo e hicimos lo que más nos gusta en vacaciones: ¡nada!
-¿Playa o montaña?
-¡Playa!
-¿Una escapada favorita de fin de semana, rápida?
-Al campo, en Carmelo. Pero la verdad es que nos cuesta mucho hacerla.
-¿Un destino soñado?
-Oriente.
-¿Algo que nunca dejás de llevar en un viaje?
-Me cuesta mucho la síntesis a la hora de hacer la valija. Siempre llevo sobrepeso; siempre pongo de más, nunca de menos. La ventaja es que no pierdo tiempo buscando cosas que me olvidé en casa. La desventaja es tener que pagar sobrepeso. Un vestidito negro nunca me falta.
-¿El viaje más caro?
-A Africa en carpas de lujo, en el medio de la sabana.
-¿Avión, barco o tren?
-De Buenos Aires a Europa en avión. En Europa, tren. Prefiero evitar el barco, pero las lanchas me divierten.
-¿Sola o acompañada?
-Bien acompañada. Sola: aburridísimo; mal acompañada: ¡un disgusto!
Andrea Frigerio es actriz y conductora de TV. El 25 de diciembre estrenó Rumores , de Neil Simon, en el Teatro Provincial de Mar del Plata.
Casamiento vía México
"Con Lucas nos conocimos en marzo de 1992. Nos pusimos de novios, al año empezamos a convivir y a los tres años nos casamos... por primera vez.
En febrero de 1996 nos fuimos de vacaciones, sin muchos planes ni organización, a México con unos amigos, Dolores (Lulu) y Horacio (Corcho).
Aterrizamos primero en Cancún, pero no nos gustó, así que alquilamos un auto y tomamos la ruta que decía Playa del Carmen, que todavía no era un destino turístico como ahora. Yo no conocía a nadie que hubiera estado allí.
Llegamos y todavía con las valijas en el auto fuimos a almorzar y recorrimos un poco el pueblo en apenas 15 minutos: ¡era minúsculo! Entonces retomamos la ruta rumbo a Tulum. Unos kilómetros más adelante vimos carteles escritos a mano sobre el camino que decían: Xpu-Ha 1 ; luego Xpu.Ha 2; un poco más allá, Xpu-Ha 3 y Xpu-Ha 4 . Decidimos entrar en el 5 para ver de qué se trataba y sin darnos cuenta estábamos en una casa cuyo parque era una increíble playa sobre el Caribe.
Era todo lo que necesitábamos. Golpeamos y salió un señor bajito, de piel oscura, que dijo que era descendiente de mayas y casero de la mansión. Pero nos aclaró que la propiedad no estaba en alquiler, ya que sus dueños no iban hacía muchísimo, pero en cualquier momento podrían llegar. No sé cómo, pero Lulu lo convenció y durante una semana vivimos en nuestra mansión con playa de arenas blanquísimas y agua transparente.
Un día fuimos a hacer las compras a Playa del Carmen y pasamos por el Registro Civil. Allí nos atendió muy amablemente otro descendiente de mayas, Lucio Kantun. Recuerdo con exactitud su nombre porque dos días más tarde resultó que era el juez de paz que nos casaba a Lucas y a mí. La ceremonia se realizó en la playa. Mejor dicho, en nuestra playa. ¿Los testigos? Horacio y Lulu, a quienes se sumaron Eduardo y Helena, los caseros."
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