

EL MAITEN.- La meseta patagónica esconde en su apasionante geografía tesoros milenarios, restos fosilizados de animales prehistóricos, bosques petrificados y restos de asentamientos indígenas. Una de las posibilidades es salir también por la ruta que lleva a Pilcaniyeu. Lo ideal es partir por la mañana desde Bariloche para encontrar buena luz en los primeros desfiladeros de la estepa y para alcanzar el pueblo de El Maitén el mismo día, debido a que es el único sitio que brinda la posibilidad de hacer noche. Bordeando el Nahuel Huapi en dirección este, el cambio de vegetación es brusco. Atrás quedan los azules cordilleranos, las altas cumbres y el verde de los bosques.
De pronto, el suelo más ondulado toma mil tonalidades de ocres, amarillos y marrones. También asoman por allí cipreses o pinos enraizados en las alturas. A 30 kilómetros de Bariloche se cruza el paraje La Fragua, asombrosamente bello a cualquier la hora del día. Por allí están las vías del ferrocarril y más adelante se encuentra la Piedra de los Cóndores, donde el rey de los Andes revolotea en vuelo sereno e impacta por su proximidad.
En los alrededores de la estación Perito Moreno está la laguna de los Juncos, una reserva de características asombrosas porque cada año cientos de aves recorren miles de leguas para nidificar y asistir al nacimiento de los pichones. Patos, cisnes de cuello negro, flamencos rosados, cauquenes y muchas otras especies conviven en armonía. Mientras tanto, ovejas, cabras y ganado vacuno, que entre curvas nos llevarán al acceso de la planta de Investigación Aplicada (Invap), donde se han desarrollado reactores nucleares y equipos de tecnología de avanzada aplicada a la medicina. Luego, viene el puente de hierro sobre el río Pichi Leufú y a una hora de allí se llega a la localidad de Pilcaniyeu (800 habitantes). Se continúa el viaje por la ruta nacional 40, polvoriento camino que une Raihuao, Chacay Hurruca, Chencheniyen, Fitalancao.
En estos parajes hay escuelas de campo cuyo período de clases se extiende de septiembre a marzo. Cuenta Susana Parra, periodista de Bariloche, que los chicos llegan a caballo y quedan internados de acuerdo con la distancia que separa la institución de sus hogares.
Haciendo un desvío hacia Ingeniero Jacobacci, en el pueblo de Río Chico está la estación Cerro Mesa, una parada ya fuera de uso del legendario Trochita.
Algunas horas más tarde se arribará a El Maitén, donde espera el único taller de reparación y fabricación de piezas ferroviarias para trenes de trocha angosta del mundo, actualmente con aire de cementerio por la cantidad de hierros que reposan sobre las vías. Por supuesto, aquí está la opción de continuar en el viejo expreso patagónico con su rechinar de hierros antiguos, el paisaje escapando de las ventanillas de madera pintada, los rostros de hombres, mujeres y niños silenciosos que con miradas tímidas y escasas palabras, nos relatan una historia larga jamás contada de conquistas y postergación difícil de traducir en frases. Se puede salir hacia El Bolsón (57 km de ripio por la ruta 6), regresar a Bariloche por la 258 (127 km asfaltados desde El Bolsón) o continuar al Sur por la 40 con posibilidad de empalmar el lago Cholila y, más allá, el Parque Nacional Los Alerces.
Los datos
- Modo de locomoción: coche o 4x4.
- Duración: dos días, con posibilidad de sumar el paseo en el Trochita.
- Camino: ripio y la salida de Bariloche con asfalto.
- Servicios: escasos.
- Extensión: es un circuito alternativo para salir de Bariloche hacia el Sur, apartado de la zona de los lagos. Recorre la ruta 40 desde Pilcaniyeu, pasando puestos de estancia y viejas estaciones del Trochita hasta llegar a El Maitén, desde donde uno se puede embarcar hasta Esquel sólo los miércoles por la mañana.
Ximena May y Andrés Pérez Moreno
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