
Hay fines de semana divertidos.
Y hay otros en los que te aburrís como una ostra.
No tengo mucha idea porque dicen eso de las ostras, si es verdad que se aburren tanto o si va más por el encierro. Por los motivos que sean, mi fin de semana estuvo encerrado y aburrido.
El viernes mando N mensajes de textos y otros tantos llamados. Todos con programas, todos ocupados; me quedo sola en casa.
Alquilo 3 películas, dos de las cuales me doy cuenta que ya vi a los 10 minutos de una y en los títulos de la otra. ¿Cómo me puede suceder? Todo porque no les andaba el sistema en el videoclub (excusa original). Las veces anteriores me frenaron antes de salir con las películas repetidas en la mano.
Sábado amanezco al alba dado que el viernes me encontró durmiendo a la medianoche y lo mismo: desprogramadísima.
El domingo ya harta, decidío ponerle fin a mi encierro y correr detrás de las endorfinas que sigo sin encontrar y salir de mi ostra por un rato. Camino ida y vuelta hasta Puerto Madero aún con el frío que hacía y vuelvo tan aburrida como me fui.
Hay veces en las que no sé ni que hacer conmigo misma. No nos estamos llevando bien. No estoy siendo buena compañía de mí misma.
Y eso no está bueno.
¿Ustedes? ¿Alguien la pasó mejor que yo?
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