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Stiltsville, un pueblo fantasma sobre el agua

Ahora son unas pocas casas sobre pilotes cerca de la costa de Miami, pero hace décadas, en la época de la ley seca, fueron clubes frecuentados por el jet set para tomar alcohol y jugar póquer




Frágiles, solitarias, misteriosas. Siete casas descansan levitando sobre el mar turquesa, rodeadas de agua y lejos de tierra firme. ¿Quién las habita? ¿Por qué están aquí y desde cuándo? La curiosidad se apodera ante un paisaje tan insólito.
La única forma de conocer Stiltsville es en lancha o por aire. Llegar por agua toma unos 20 minutos saliendo hacia el mar desde la marina de Key Biscayne. A lo lejos parecen ser barcos, pero a medida que nos vamos acercando se empiezan a distinguir sus colores pasteles, sus techos inclinados, sus estilos diversos y los pilotes (stilts, en inglés), lo que da origen al nombre del lugar- que las sostienen. Hacia atrás, el Downtown de Miami se divisa tan lejano que se puede tapar con las dos manos.
"En su esplendor, en los años 60, había 27 casas en Stiltsville" , cuenta Mauricio, el timonel de la lancha, mientras baja la velocidad y gira 90 grados remontando el canal que divide las casas. El paisaje es fascinante, y en un instante me invade la sensación de haber descubierto un tesoro escondido. A medida que nos vamos acercando a Jimmy Ellenburg House (cada una de las cabañas tiene nombre propio), se ve el fondo de fango y pasto. Es que en este sitio, en la unión de la Bahía de Biscayne con el mar, hay unas zonas de muy baja profundidad, recortadas por canales. Debajo de las casas, el agua llega hasta la cintura.

A una milla de la costa

Mauricio explica que los orígenes de Stiltsville datan de fines de 1920 y principios de 1930, cuando la ley seca prohibía la venta y consumo de alcohol. El fundador, llamado Crawfish Eddy Walker, puso la primera cabaña en el área, donde los pescadores se reunían a tomar una cerveza fría, jugar al poker y a hacer apuestas. Como el rigor de la ley llegaba hasta una milla de la costa, Stiltsville nació justo detrás de ese límite. La idea de un escondite alejado, ubicado convenientemente fuera del alcance de la ley, atrajo otras almas pecadoras con la idea de crear sus propios hogares.

El lugar se volvió popular y más casas sobre pilotes empezaron a aflorar. Nacía el pequeño Las Vegas del sur de la Florida, que para 1959 contaba con 27 casas, algunas de ellas convertidas en clubes. El Calvert fue el primer club social oficial seguido por el Quarterdeck Club (solo invitados, disculpe) que tenía salón de tragos y donde cenaba el jet set. Este lugar era una atracción turística en Miami para celebridades, incluyendo Ted Kennedy, uno más del clan que fue senador e hizo su fiesta de bachiller en Stiltsville.
En 1962 una barcaza encayada en esas aguas bajas se convirtió en un centro social llamado Bikini Club, que ofrecía tragos gratis para damas en bikini, y contaba con un solarium nudista. Por vender alcohol sin licencia, el club fue allanado en 1965 y cerrado por el Departamento de Bebidas del Estado.
Pero más fuerte que el peso de la ley fue la furia de la naturaleza. En 1960 el huracán Donna se llevó volando 20 casas, de las cuales 8 fueron reconstruidas. Cinco años después llegó Betsy; y en 1992, Andrew, dejando en pie sólo las siete viviendas actuales.
Hoy, estas joyas del pasado no tienen habitantes, aunque se alquilan para fiestas y eventos. Pertenecen al Parque Nacional Biscayne, y también son protegidas por la Fundación Stiltsville Trust. La ley vigente indica que si alguna recibe daños por más del 50 por ciento de su estructura, debe ser removida.
Las vamos dejando lejos, y Mauricio ahora ofrece hacer snorkel en un barco hundido y mostrarme la isla de las estrellas: mansiones de ricos y famosos, emblema del Miami Beach actual. Pero mi mente sigue anclada en el pasado. Me aflora el deseo de haber conocido Stiltsville en su esplendor, con hombres que llegaban a cenar en trajes oscuros, y mujeres con peinados recogidos tomando sol en mallas enteras y recatadas, como muestran algunas fotos en blanco y negro.
Las casas, otra vez parecen barcos en el horizonte. Están solas, y casi siempre vacías. Pero al menos están. Stiltsville sobrevive, por ahora.
La isla de las estrellas es uno de los paseos más famosos. Esta isla se caracteriza por tener o haber tenido residentes como Xuxa, Madonna, Gloria Estefan, Paulina Rubio, o Julio Iglesias. La casa más grande y ostentosa, sin embargo, pertenece a Phillip Frost, empresario farmacéutico. Otras islas menos conocidas también muestran mansiones igual de opulentas con yates en sus costas.
Frente a Star Island está Flagler Island, una isla pequeña y circular, que sólo tiene playa, vegetación, y un obelisco en el centro en reconocimiento a Henry Flagler, también conocido como el padre de Miami. Se puede fondear casi en la orilla y llegar nadando para explorar la isla. Bancos de arena en la bahía, islas solitarias, barrios entre canales, los rascacielos del downtown, pasar pegado a los megabuques del puerto, y el Miami River. Desde el agua, Miami se aprecia desde otro ángulo.

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por Redacción OHLALÁ!

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