

ENGELBERG-. Un camino ascendente entre los bosques da la bienvenida al legendario pueblo de Engelberg, que enclavado en un valle al pie del monte Titlis, y a una hora y media de Zurich, ofrece la mejor infraestructura para deportes invernales en el centro de Suiza.
En invierno impacta y encandila con su blancura, que a todo da un aire estático y silencioso. Sin embargo, aquí ni los hombres ni la naturaleza se muestran inertes. Cuando empieza la temporada, los entusiastas del frío llegan con trajes, esquíes al hombro y caras de vacaciones.
Aunque es ideal como lugar de esparcimiento durante el año, Engelberg deslumbra en invierno con sus posibilidades para los amantes del esquí, snowboard, esquí de fondo, escalada en hielo e incluso bungy jumping y parapente. Pero además, la montaña de los Angeles se destaca por albergar una enorme abadía benedictina.
Sin duda, para el visitante primerizo el mejor consejo es dirigirse a la Oficina de Turismo local. Allí encontrará planos de las pistas, venta de pases para los medios de elevación, oportunidad de reservar alojamiento -si es que no se hizo con anterioridad- e informaciones sobre el tiempo y el estado de la nieve.
Un ómnibus gratuito con seis recorridos diferentes se encarga de repartir a los esquiadores entre los distintos medios de elevación. Es que Engelberg tiene una amplia oferta en distintas laderas y montañas. Cuenta con más de 30 pistas que recorren unos 80 km.
Hacia el Sur, el monte Titlis, de más de 3200 metros de altura, ofrece pistas difíciles e intermedias que permiten bajar esquiando 12 km hasta el pueblo. El teleférico, que lleva casi hasta la cima, es famoso por ser el primero en el mundo que rota 360 grados durante el trayecto, y permite a sus ocupantes vislumbrar todo el horizonte del paisaje alpino. Es recomendable como paseo en cualquier época del año, incluso para quienes no se animen a bajar sobre los esquíes. Al mirar hacia abajo asombra la pericia de los expertos que se deslizan zigzagueando por corredores señalizados en la empinada ladera. Hay advertencias que solicitan no alejarse de las pistas; la zona es un gran glaciar en el que se forman grietas.
Enfrente, las pistas de Brunni, que descienden desde los 2000 metros, son fáciles e intermedias y, acertadamente, recomendadas para los menos experimentados. Hay incluso pistas en las que los pequeños de dos años hacen sus primeras armas sobre las tablas llevados por sus padres. Otros chicos se divierten saltando bumps. Ninguno utiliza bastones y algunos usan unos esquies anchos y cortos llamados pie grande . También hay adultos primerizos y no faltan los que decidieron incursionar en el snowboard. Como detalle romántico, durante toda la temporada las noches de luna llena están programadas para el esquí nocturno.
A la luz de la luna
Pero no todo es esquí, son muchos los que caminan con sus perros por sendas especiales y los que se divierten en sus trineos a toda velocidad. Para los fanáticos de los links hay incluso una pequeña cancha de golf sobre nieve. En el pueblo hay también pileta y canchas de tenis cubiertas y máquinas tragamonedas por si el tiempo decidiera jugar una mala pasada. En este caso no se debe descartar la riqueza histórica y cultural del lugar.
Poco después de las cinco de la tarde, cuando ya hayan cerrado aerosillas y skilifts, las calles de Engelberg comenzarán a poblarse nuevamente de trajes multicolores. Un tintineo continuo indicará que se aproxima alguno de los carros de paseo tirados por caballos y una aglomeración de gente señalará el lugar de encuentro preferido: el Champagne Bar, un puesto de venta callejero donde caídas, colisiones y demás experiencias típicas serán relatadas entre copas de champagne francés.
Datos útiles
Cómo llegar: el pasaje aéreo desde Buenos Aires hasta Zurich cuesta alrededor de 1050 dólares.
- En auto desde Zurich se tarda una hora y media por la autopista Basel-Gotthard, salida Stans-Süd.
- Desde Lucerna parte un tren cada hora. Demora una hora y cuesta 20 dólares, ida y vuelta.
Alojamiento: una habitación doble en hoteles de 2 a 4 estrellas cuesta entre 40 y 90 dólares. También hay departamentos que rondan los 55 para 2 o 3 personas y pensiones que cuestan entre 15 y 25.
Comidas: en restaurantes, desde 15 dólares. La copa de champagne en los Champagne Bars vale entre 5 y 7.
Pases: los ilimitados por día cuestan 33 dólares por persona; semanal, 163. También hay pases de medio día y diarios para cada uno de los distintos medios de elevación.
Alquiler de equipos: el alquiler de esquíes cuesta 29 dólares por día y 100, por semana. Snowboards, 32 y, 150, las botas.
Clases de esquí: las grupales cuestan 41 dólares por día y 175, por 5 días. También se pueden tomar clases privadas a un costo de 120, por dos horas.
Más información: embajada de Suiza, Santa Fe 846, P. 10, de lunes a viernes, de 9 a 12; 4311-6491.
Internet:
Monjes en el valle
ENGELBERG-. Fundado en 1120 por Konrad von Sellenbüren, el monasterio benedictino de Engelberg ejerció gran influencia en todo el valle hasta que los franceses lo invadieron, al promediar el siglo XVIII.
Casi desde sus comienzos fue regido por un grupo de monjes de St. Blasien, que crearon una escuela de escritura, de la que aún se conservan valiosos pergaminos, ilustraciones y libros sobre teología e historia. En la actualidad, la enorme extensión de edificios de estilo barroco es utilizada principalmente como un colegio primario y secundario con internado, que tiene la particularidad de enseñar español.
El monasterio ofrece visitas guiadas de martes a sábado, a las 10 y a las 16. La iglesia alberga el órgano más grande de Suiza.
María Victoria Repetto
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