

SYDNEY (The New York Times).- Hay quienes la comparan con San Francisco o Río de Janeiro pero, en realidad, esta ciudad no necesita de analogías. Es descaradamente segura de sí misma, desde su espléndida Opera hasta las ornamentadas hileras de casas aterrazadas de Paddington; desde sus concurridos mercados de pescados hasta sus playas urbanas, ideales para el surf.
El ambiente es contagioso. Viaje en un ferry de línea, busque la Cruz del Sur en una noche despejada, báñese en la Playa Bondi al atardecer, junto con los oficinistas que han terminado su jornada y, quizás, en ese momento, se le ocurra empezar a hacer cálculos y trazar planes para radicarse aquí.
A la vez informal y sofisticada, toda Sydney da la impresión de entregarse a unas largas vacaciones. Dejando a un lado los bikinis y el calzado para deportes náuticos, Sydney piensa seriamente en sus Olimpíadas.
Pese al escándalo de los sobornos, la industria de la construcción está en auge no sólo en el predio olímpico, en la suburbana Hombush Bay, sino también en toda la zona céntrica.
El mejor punto de orientación para los turistas es Circular Quay (el Muelle Circular). Una breve caminata los llevar a The Rocks, el barrio más antiguo, o en la dirección opuesta, a la Opera y el Jardín Botánico. Además, Circular Quay es un importante empalme o terminal de transbordadores, embarcaciones turísticas, ómnibus y trenes.
Desde el puerto
El mejor modo de llegar a conocer Sydney es dejarse llevar por el instinto de turista por toda la zona portuaria.
Tras vagabundear por un rato, el visitante se va a encontrar con numerosas compañías de excursiones fluviales, entre ellas Captain Cook Cruises (Wharf 6, Circular Quay; 9206-1111) y Vagabond Cruises (East Circular Quay; 9660-0388).
Pero siempre existe una alternativa más económica, que consiste en tomar un esbelto River Cat o un rechoncho ferry verde y amarillo.
La información sobre horarios e itinerarios puede conseguirse por el 9207-3170; consultas locales: 131-500. Prefijos: 61-2.
Entre las diversas excursiones que parten de la terminal de transbordadores, en Circular Quay, hay dos:
- El Zoológico Taronga Park (13,75 dólares, entrada incluida) y al mercado sabatino de la refinada Balmain (4,20 dólares).
- El imponente Museo de Sydney (Bridge St. y Phillip St.; 9251-5988) ocupa el solar de la primera Casa de Gobierno de Australia.
Presenta una interpretación innovadora de la colonización de Sydney por medio de objetos históricos, imágenes y relatos. Abre a diario; entrada: 3,90 dólares.
De moda
La atracción portuaria más reciente es Bridge Climb, o sea, la subida al Puente del Puerto.
Tal aventura se corona con un premio visual inigualable: una panorámica de primer nivel mundial.
Lo proveerán de indumentaria gris (para mimetizarse con la estructura y no distraer a los automovilistas), teléfono celular y arnés de seguridad, y lo guiarán, en grupos de 10 escaladores, por una serie de escaleras y tramos escalonados.
Lleva unas tres horas, contando el tiempo de preparación.
El punto de salida es 5 Cumberland St.; es imprescindible reservar por el 9252-0077.
Los precios varían: días hábiles, 64 dólares; fines de semana, 78 dólares. No se requiere experiencia previa.
Variedades
- En la Galería de Arte de Nueva Gales del Sur (Art Gallery Road, The Domain; 9225-1744) siempre encontrará alguna muestra interesante. Abre a diario y se cobra entrada.
- Ya se ha completado la construcción de muchas instalaciones olímpicas. Para visitarlas, puede tomar el bus Olympic Explorer (6,50 dólares) en el Centro de Información de Homebush Bay (1 Herb Elliott Ave.); tiene 10 paradas. La entrada al Centro Acuático implica un adicional de 4,60 dólares.
Una excursión combinada en River Cat y bus cuesta 9,80 dólares los días hábiles y 14,40 los fines de semana, oportunidad en que incluye una visita al Centro Acuático. Salidas desde Wharf 5, Circular Quay; 9207-3170.
- Puerto Darling es otra meta ineludible por el Acuario (9262-2300), con sus muestras informativas sobre la Gran Barrera de Coral y sus gigantescos estanques para tiburones y rayas de aguijón atravesados por túneles de cristal. Entrada: 10,40 dólares.
- Un monocarril enlaza la serena belleza del Jardín Chino (9281-6863), con innumerables restaurantes y comercios portuarios; pase válido por un día: 1,95 o 3,90 dólares.
Susan Gough Henly
Traducción de Zoraida J. Valcárcel
Traducción de Zoraida J. Valcárcel
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