
TAORMINA (El Mercurio, de Santiago).- En Taormina no hay secretos que guardar. La belleza y la buena vida están a la vista. Uno puede pararse en cualquier sitio de la avenida principal, la Corso Umberto I, calle peatonal donde ocurre casi la mitad de las cosas que tienen que pasar en Taormina.
Si se mira hacia arriba se ven balcones cuidadosamente floridos porque están en plena competencia ciudadana para decidir el balcón más bonito de la ciudad. Hacia el frente se ven fachadas de casas antiguas preciosas de siglos atrás o iglesias perfectas. Hacia el costado hay vidrieras con unos mazapanes de fruta que son obras de arte. Hacia abajo escaleras de piedra que bajan y serpentean, escaleras que de pronto sorprenden con un restaurante escondido o con un jardín público.
Hay que pararse en la Corso Umberto I, y ocupar no menos de dos o tres días en caminarla, sin apuro, con la cabeza vacía de preocupaciones y el espíritu dispuesto a llenarse de sensaciones y también de conversación ligera, pizzas, pastas, pescados, historia, arquitectura, vino, cerveza, helados artesanales y un atardecer apacible.
En su ensayo El arte de viajar , Alain de Botton escribe: "Si nuestra vida se halla dominada por la persecución de la felicidad, pocas actividades revelan tanto como los viajes acerca de la dinámica de esta búsqueda, en todo su ardor y con todas sus paradojas. Los viajes expresan, aunque sea de manera poco articulada, una cierta comprensión de la esencia de la vida al margen del mundo del trabajo y de la lucha por la supervivencia". Pues bien: Taormina es uno de los sitios donde esta premisa viajera puede realizarse casi sin contratiempos.
Caminata urbana
El plan propuesto es caminar. Sobre la avenida Corso Umberto I se destaca el Wunderbar, frente a la Piazza IX de Aprile donde se jactan de haber visto desfilar en sus mesas a ricos, famosos y artistas de todas las galaxias: desde Richard Burton y Liz Taylor hasta Woody Allen y Truman Capote; desde Salvador Dalí y Vladimir Nabokov hasta los célebres Federico Fellini y Marcello Mastroianni.
Fuera del Wunderbar y con un café italiano en el cuerpo, uno tiene la dosis suficiente de energía para moverse en cualquiera de las direcciones posibles.
En la propia calle Umberto I hay comercios de punta a punta, desde la Puerta Catania hasta la Puerta Messina, casi un kilómetro más allá. Da igual si la idea es pasear contemplativamente, comprar o sólo mirar vidrieras. Adelante, bienvenido. Hay palacios medievales, fuentes del barroco, plazas, una terraza con vista al mar, boutiques con ropa bonita, objetos de diseño, bancos y casas de cambio, juguetes, librerías, tiendas de música e instrumentos, dulcerías, cafés, bares, almacenes elegantes llenos de exquisiteces y restaurantes para todos los paladares.
Nadie puede perderse el teatro
TAORMINA.- Todas las guías de Taormina consideran al teatro griego como el principal atractivo histórico de la ciudad. Tienen razón si se considera que es el segundo teatro griego en tamaño e importancia, sólo aventajado por el de Siracusa, también en Sicilia.
El teatro de Taormina fue levantado por los griegos en el siglo III antes de Cristo, y restaurado después por los romanos en el siglo II después de Cristo. Tenía capacidad para cinco mil espectadores, y desde su emplazamiento es posible disfrutar ahora de una de las vistas más increíbles del lugar, con los cerros de Taormina a un costado, la costa del mar Jónico abajo y el volcán Etna al fondo.
Shows de primera
En temporada alta, el teatro griego de Taormina es visitado durante el día con la curiosidad de un historiador, mientras que en las noches se convierte en escenario de espectáculos de primera categoría.
Ir una o dos veces a visitar el teatro griego estando en Taormina es recomendable, del mismo modo que es difícil no toparse una o dos veces con el Jardín Público de la ciudad durante las caminatas sube y baja en que uno se empeña durante el día.
Aun cuando el Jardín requiere un importante trabajo de restauración, se trata de un área verde cuidada donde sentarse a leer, oír los pájaros o simplemente ver pasar la vida; es el panorama ideal.
Datos útiles
Cómo llegar
En avión US$ 950
Hasta Catania, de ida y vuelta, con tasas e impuestos.
Taormina está a 40 kilómetros de Messina y a 50 de Catania, en el nordeste de Sicilia.
En auto desde Messina, no se tarda más de cuarenta minutos por la autopista. Estacionar el auto en Taormina es complejo.
Hasta Catania, de ida y vuelta, con tasas e impuestos.
Taormina está a 40 kilómetros de Messina y a 50 de Catania, en el nordeste de Sicilia.
En auto desde Messina, no se tarda más de cuarenta minutos por la autopista. Estacionar el auto en Taormina es complejo.
Alojamiento
* * * * * $ 340
* * * * $ 100
* * * $ 80
* * $ 50
* $ 40
La habitación doble
* * * * $ 100
* * * $ 80
* * $ 50
* $ 40
La habitación doble
Paseos
La entrada al teatro griego vale 4,50 euros.
Un boleto en funicular de ida y vuelta cuesta 2,70 euros.
Más información
En Buenos Aires, el Ente Nacional Italiano de Turismo (ENIT), Av. Córdoba 345, 4311-3542. En Internet: www.enit.it
En Internet
Francisco Mouat
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