Y en simultáneo con la temporada pileta se larga la de festejos de fin de año de todo tipo. Eso sí, siempre incluye cantidades industriales de comida. El champagne fluye, las nueces, las almendras caen del cielo con los turrones (¿cómo se llaman esos redondos, súper crocantes con algo que se parece a ostia pegada que me puedo comer uno entero?), ruedan los piononos y los helados son el postre obligado de todo encuentro. Tengo la fiesta de la agencia el miércoles que viene, esta noche con las chicas del colegio, viernes próximo un asado con rejunte de amigos muy divertido que se terminó armando con los años y me queda algún que otro amigo suelto por ahí con el que seguramente nos veamos antes de fin de año (y nos tomemos algo, claro).
Lo bueno de todos estos festejos es que te dejan bien en forma para la inminente llegada del verano y la bikini. Bien en forma...
Redonda.