CHICAGO.- Pow Wow, una palabra extraña para muchos; familiar para aquellos que conservan ciertas tradiciones, y clave para la industria del turismo en los Estados Unidos.
En términos sociales, el Pow Wow es la palabra que los nativos utilizaban para encontrarse, para celebrar una reunión. Hoy por hoy, todas aquellas familias o amigos que se juntan en una casa y cada uno aporta un plato característico de comida está participando de un pow wow.
Hace treinta años, la Travel Industry Association of America (TIA) tomó este término para sí y le puso su sello. Cada uno de los Estados aporta lo suyo, y no es poco. Ponen lo mejor y el resultado es bueno, buenísimo.
Este año le tocó a Chicago ser la anfitriona. Esta ciudad que se paraliza cada vez que hay un partido de los Bulls, que tiene la cabeza de ese toro de mirada fiera casi como bandera, que tiene el jazz metido en sus entrañas, donde la moda impuesta en la película Los Blues Brothers aún es conservada por los jóvenes de trajes negros y lentes de patilla ancha, y donde los edificios son una manifestación acabada del buen gusto, recibió a operadores turísticos de los países más impensados en el McCormick Place, este inigualable centro de convenciones que, además, tiene un teatro que le recuerda a uno los viejos y exquisitos cines que hasta hace poco tuvo Buenos Aires.
Fueron tres días de negociaciones rápidas, enérgicas, donde el tiempo corría a la par del dinero. Se desplegaron 2855 stands, en los que todos los Estados y las empresas relacionadas con el turismo expusieron lo mejor de sí.
También hubo momentos para la distracción: durante la fiesta organizada por la United Airlines en el Field Museum of Natural History cantó Frank Sinatra. Frank Jr., se entiende, y fue la imagen más acabada de que el show debía continuar. No se lo vio muy acongojado. Tal vez porque ahora el único Frank es él, aunque la garganta sea decididamente distinta. Pero hubo un momento vibrante, sorprendente. El almuerzo de Walt Disney Attraction. Desde que se creó este mágico mundo del entretenimiento, ellos supieron qué era lo que tenían que hacer. Siguen sabiendo qué hacer y ojalá que continúen en esa senda.
Y es el deseo de todos aquellos que creen en la ilusión, que saben que al ser humano le pueden quitar todo, salvo la ilusión, y que por el simple hecho de mantenerla vale la pena estar vivo.
Walt Disney Attraction preparó el almuerzo para unas 6000 personas, que se sintieron permanentemente atendidas, sin altibajos. Pero el show que montó, hasta con fuegos artificiales, sacudió la emoción de todos los presentes que, tras el pedido del Ratón Mickey, alzaron sus manos enfundadas en unos enormes guantes que no eran otra cosa que esas manazas grandes, blancas, con rayitas negras, con las que el pequeño orejudo abraza a su querida Minnie.
A los números
Tras la apertura del congreso, donde hablaron William S. Norman, presidente y CEO de la TIA, y Gerald Greenwald, chairman y presidente ejecutivo de United Airlines, comenzaron las maratónicas reuniones de prensa donde quedó demostrado el poderío de este país en materia turística.
Esto se expuso en la conferencia ofrecida por la TIA, donde se pusieron en la vidriera los números abrumadores respecto de la cantidad de visitantes y de divisas depositadas.
Del análisis realizado por las autoridades de la asociación se observó que la inestabilidad económica generada en el sudeste asiático repercutió en el mercado turístico interno, que ahora vuelca sus productos hacia América del Sur.
La Argentina cada vez está mejor vista. Se habló de su estabilidad económica, del sorprendente crecimiento en el número de turistas que visita los Estados Unidos y de la cantidad de dinero que dejan en sus arcas.
Durante 1997 llegaron casi 48 millones de visitantes, de los cuales 503.000 fueron argentinos. Esto significa ocupar el octavo lugar en el ranking de países que más turistas lleva hacia los Estados Unidos. El estudio comparativo respecto de 1996 arrojó un crecimiento del 22 por ciento, y durante este año el flujo de argentinos dando vueltas por estas tierras llegaría a los 535.000.
Si no se considera la cantidad de mexicanos y de canadienses que entran por ser países vecinos, las estimaciones que corren para este año colocan a nuestro país en una inmejorable posición.
Japón, hoy en primer lugar, tendría una sensible caída, pero va a conservar su puesto de privilegio ya que le aportaría a Estados Unidos algo más de cinco millones de turistas.
En cuanto al mercado sudamericano, Brasil llegaría al millón de visitantes y superaría a Francia, ubicándose en la cuarta posición, y nuestro país se mantendría en el octavo lugar, con un crecimiento del 6 por ciento respecto del año último. Junto con Venezuela (529.000 turistas) conforman la terna sudamericana en los top ten.
Esta mirada que podría definirse como cariñosa hacia el mercado sudamericano también fue comentada ampliamente por los sesenta operadores argentinos que se dieron cita en este Pow Wow. Hay una mano abierta hacia la Argentina. Esa mano abierta de la que hablan hoy los operadores es gratitud y necesidad de acercarse, de ofrecer una variedad de productos inusitada. Y también es confianza.
TaI vez por eso ya estén depositando las ilusiones en el próximo encuentro, que tendrá a Miami, nada más ni nada menos, como anfitriona.
Por Marcos Caruso (Del suplemento Turismo)