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 • HISTORICO

Todo Buzios, en un tour praia por praia

Destino frecuente para los viajeros argentinos, la ciudad del estado de Río es un catálogo de playas con atractivos diferentes para un público de lo más diverso y una buena síntesis de naturaleza e infraestructura




BUZIOS.– El reloj marca las 9.05 de un lunes. Después de apenas tres horas de vuelo ya estamos en Río de Janeiro. Basta poner un pie fuera del aeropuerto internacional de Galeao para sentir el cálido clima carioca. Pero todavía restan tres horas para llegar al destino final.
Pasado el mediodía, entrando finalmente en Buzios, desde las ventanillas del micro se observa la gran diversidad de playas. Al mismo tiempo que los rayos del resplandeciente sol se posan sobre el mar, resaltando los tonos de celeste.
Uno podría remontarse a aquellos viejos pesqueros que hicieron de este municipio de Río de Janeiro una importante aldea. O a Brigitte Bardot, que en los años sesenta la eligió para evitar a los paparazzi; con su arribo, el turismo creció notablemente, incluso el argentino. Pero el presente es otro. Hoy, este antiguo pueblo de pescadores ofrece una amplia variedad de posibilidades para el turista. Para las familias, playas preparadas estructuralmente para recibir a niños y un ambiente tranquilo para los más grandes. Por otro lado, Buzios también tiene la capacidad de tentar a los más jóvenes con opciones más movidas.
A pesar de su corta extensión, esta península de apenas 8 kilómetros tiene 23 playas con la particularidad de que cada una se diferencia por algún motivo en particular. Están las más apacibles, las más agitadas, las ideales para deportes acuáticos como buceo, snorkel, moto de agua.
Por ejemplo, La Orla Bardot, así llamada en homenaje a la actriz, es el lugar perfecto para apreciar cómo el sol se oculta detrás de la inmensidad de las aguas celestes en el atardecer. A su vez, allí se puede observar en el mar la escultura de tres pescadores con sus redes, en homenaje a los viejos trabajadores de la zona, realizada por Christina Motta.
De recorrido
Rua das Pedras es el sitio ideal para aquellos que deseen pasar un buen rato paseando por las empedradas calles de la zona más comercial de la aldea, con sus bares, restaurantes y tiendas de suvenires e incluso de grandes marcas.
De todas las zonas, los argentinos suelen elegir João Fernandes, donde se puede encontrar la mayor cantidad de posadas de la ciudad. A su vez, la tranquilidad de sus aguas claras y los morros que rodean las playas le dan un toque pintoresco. La distancia de dos kilómetros que la separa de la zona céntrica es otro dato a favor.
La corta extensión de esta ciudad permite recorrer con total facilidad sus playas. Si bien hay gente que opta por conocer algunas caminando, Buzios no sólo ofrece su servicio de transporte público, sino también los llamados buggies: unos autos económicos de pequeño tamaño, que realmente facilitan el traslado de familias o grupos de amigos.
En kayak y con snorkel
Son las 10.15 del martes y nuestro recorrido comienza en la tranquilidad de la Praia do Forno. Mientras un buen número de personas escala con total cuidado las rocas que decoran el lugar, el leve golpe del mar manso contra las escolleras contagia una tranquilidad difícil de encontrar en este tipo de lugares. Luego de apreciar este hermoso paisaje, nuestro próximo destino nos lleva a Praia Brava, donde antes de pisar la arena uno puede escuchar el ruido de las fuertes olas. Es que este es el lugar perfecto para aquellos que prefieren un mar más revuelto, ideal para surfers.
Praia Ferradura es la siguiente parada, en uno de los barrios más distinguidos del lugar. Si bien sus aguas son tan mansas como las de Praia do Forno, su gran extensión permite que la gente se instale allí. Es ideal para familias con niños. Al mismo tiempo que cuenta con servicio de bares y restaurantes para comer, y actividades dentro del agua como por ejemplo el alquiler de kayaks. Praia Tartaruga (reconocida por la presencia de tortugas de agua), una de las más recurrentes para hacer snorkel, y Geribá, ideal para los amantes del surf y para quienes disfruten de fiestas nocturnas en la playa, son buenas opciones.
Otras playas que se distinguen con respecto al resto son la nudista Olho do Boi y Manguinhos, ideal para la navegación.
Luego de una extensa caminata por las empedradas y coloniales calles llegamos a un sendero a la altura de Praia do Ossos, que lleva directamente a la exclusividad y tranquilidad de las cristalinas y mansas aguas de Praia Azeda y Azedinha, dos rincones perfectos para practicar buceo.

De Arraial do Cabo a Cabo Frío

Por la mañana, recién llegados a Arraial do Cabo, a unos 20 kilómetros de Buzios, la leve brisa le da mayor movimiento al bote que nos traslada hacia Ilha do Farol y Praia do Forno. El bote tiene capacidad para unas 140 personas. Prácticamente el 80% de los pasajeros son argentinos.
Mientras nos acercamos a la Gruta Azul, una especie de cueva en medio del mar cuyo interior toma ese color gracias a las aguas turquesas, los encargados de la tripulación le ponen su toque brasileño a la cálida mañana con mucha samba, bailes y, por supuesto, caipirinhas para combatir el calor.
Capital del buceo
Después de casi media hora de recorrido llegamos a nuestro primer destino: Ilha do Farol. Para muchos, la playa más bonita de Brasil. Esta reserva natural, que tiene un kilómetro de largo, se encuentra en poder de la armada brasileña, por lo que tan sólo se puede llegar a ella a través de excursiones en bote y por un breve período de aproximadamente una hora.
Luego de 40 minutos, las balsas retornan para llevarnos de nuevo al bote y continuar el camino. La próxima parada es Praia do Forno, donde reina la gran calma de sus aguas.
Arraial do Cabo es considerada la capital del buceo. Por eso, aquellos amantes de esta actividad no pueden perderse la oportunidad de nadar al lado de la gran variedad de animales que habitan estas aguas.
Son las 15.20. Después de disfrutar de los inigualables paisajes de Arraial do Cabo emprendemos viaje hacia Cabo Frío, a unos 30 kilómetros.
Se trata de una ciudad más grande, ya no una península, donde el 80% del turismo es nacional, aunque por el momento no tiene vuelos hacia Buzios. A su vez, cuenta con un aeropuerto internacional.
Todo aquel que decida visitar Cabo Frío, no puede dejar de pisar la playa del fuerte. Reconocida por sus dunas, arenas blancas y aguas transparentes, esta ciudad también se destaca por la fauna marina, gracias a sus innumerables especies.

DATOS UTILES

Cómo llegar
  • La opción más cómoda para llegar a Buzios es haciendo escala en Río de Janeiro, y de allí tomar una van o micro. Buenos Aires-Río de Janeiro: a partir de US$ 361,82 por Aerolíneas Argentinas.
Cambio y precios
  • El peso argentino equivale a 0,45 reales. Es decir, hoy, el cambio a comprador es de 2,21. Una de las facilidades que otorga esta ciudad es que uno puede cambiar pesos argentinos allí mismo, pero en dicho caso el cambio prácticamente se duplicará, por lo que es recomendable ir con reales desde la Argentina.
  • Algunos precios para tener en cuenta. Comer en un restaurante puede costar entre 30 y 50 reales. Paseos en buggy, 60-70 reales por día. Desde 30-40 reales el paseo en el Crucero Babylon por las playas de João Fernandinho, João Fernando y Praia Fea; hasta 115 el día en Arraial do Cabo y Cabo Frío (que incluye bebida en los barcos y una comida en este último lugar). En Praia Ferradura se pueden alquilar kayaks por unos 20 reales la media hora.
  • Otra de las actividades más comunes que se suele practicar en Buzios es el buceo. Para eso, las praias de João Fernandes, João Fernandino, Lagoinha, Forno, Azeda y Azedinha son las indicadas, debido a la poca profundidad de sus aguas.
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