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 • HISTORICO

Todo incluido: Turcos y Caicos

Playas solitarias, de arena como talco y aguas turquesas, que son, además de un paraíso para buceadores, sinónimo de descanso y muy buena vida




PROVIDENCIALES, Islas Turcos y Caicos.- A menos de una hora de vuelo desde Miami, aparece este grupo de islas con más de 300 kilómetros de costas, con playas de arena blanca como talco y aguas de distintos tonos turquesas, que se convirtió en los últimos años en el lugar elegido por algunos famosos de Hollywood para tener un refugio a su medida. Bruce Willis, el Duro de matar , encabeza la lista de celebridades, seguido de cerca por la actriz y cantante Jennifer López y la diseñadora Donna Karan.
Cuarenta islas integran este exclusivo archipiélago al sudeste de las Bahamas, cerca de Haití y República Dominicana, un territorio de ultramar que depende de la corona británica y que forma parte del Commonwealth. Aquí, el departamento más chico en un condominio con vista al mar cuesta un poco más de 700.000 dólares.
De todas las islas, sólo ocho están habitadas. Eso sí, el total no supera las 30.000 personas. Para darse una idea: Providenciales es una de las dos ciudades más importantes de Turcos y Caicos, y su centro apenas es de dos cuadras. Y en su parte más estrecha la isla no tiene más de diez cuadras. No hace falta más. La vida y la actividad pasan por el mar y las playas.
Eso se entiende desde el momento en que el avión comienza a aproximarse al aeropuerto internacional de Providenciales o Provo, como se la conoce localmente. Desde arriba, el turquesa del mar y la amplitud de las playas, casi sin olas, impactan.
En Providenciales, el mayor movimiento pasa por el hotel Beaches, que forma parte de la cadena Sandals. Con diez restaurantes y 453 habitaciones distribuidas en 35 hectáreas de jardines al borde de la playa de Grace Bay, elegida por los operadores turísticos como una de las mejores del mundo, el hotel se convirtió en uno de los ejes de la vida de Providenciales.
Hasta aquí llegan turistas de todo el mundo, especialmente desde Estados Unidos. En ese hotel, que opera con el sistema todo incluido diferente, ya que en sus restaurantes se ofrece menú a la carta, es posible saltar del jacuzzi caliente a las aguas tibias del Caribe. Allí todo fue pensado para olvidarse del ruido y descansar. Hasta los más chicos tienen su lugar reservado. Hay guarderías, un restaurante especial para menores y un pequeño parque de diversiones acuático con un tobogán que comienza en un barco pirata y termina en una pileta. Aunque los más grandes tampoco lo pasan mal: en cuatro de las nueve piletas instaladas en el hotel funcionan barras. Y sin salir del agua se pueden pedir daikiris, mojitos, cervezas y todo tipo de tragos.

Disfrutar en soledad

A menos de 10 minutos de navegación en lancha desde el muelle de madera de la playa del hotel Beaches es posible llegar a la primera de cientos de playas solitarias esparcidas por las islas.
La inmersión entre los arrecifes de coral -uno de los mayores atractivos del archipiélago- es cita obligada. Hágalo y descubrirá por qué.
Si se aburre de la arena, en Providenciales puede dejarse un tiempo para jugar golf (hay un campo profesional de 18 hoyos), o puede optar por internarse en una cueva junto al mar en Middle Caicos, o darse una vuelta por The Hole, un agujero de 25 metros con agua salada al fondo, y luego esperar el atardecer en Juba Point, una laguna artificial llena de agua de mar.
Ah, también se puede visitar la pequeña isla de las Iguanas, reserva natural instalada por el gobierno con el fin de preservar dicha especie. Aunque no se dejan tocar, los reptiles se acercan a las embarcaciones y permanecen inmóviles para las fotos, como si estuvieran posando. Igual que sus vecinos más famosos de la isla.

Barreras de arrecifes que no detienen a los novios

PROVIDENCIALES, Islas Turcos y Caicos.– Como un anillo protector, los arrecifes de coral constituyen una barrera en la que rompen las olas antes de llegar a la costa y, así, hacen que las playas de estas islas sean tan mansas como una pileta natural.
Si bien representaban un riesgo para los antiguos navegantes, que a bordo de carabelas y barcos de madera llegaron hasta aquí en el siglo XVI, en la actualidad se convirtieron en el paraíso de los amantes del buceo. La extraordinaria fauna marina incluye rayas, delfines, tortugas, tiburones, barracudas y hasta ballenas jorobadas en invierno.
Con una temperatura promedio de entre 28°C y 30°C, estas islas son uno de los refugios preferidos de los turistas norteamericanos y europeos que en estos meses intentan escapar de los primeros fríos boreales. De hecho, durante la temporada alta las compañías aéreas Delta y British Airways tienen programados vuelos diarios para llegar desde Nueva York, Boston, Atlanta o Londres.
Además del buceo, muchos de estos turistas le están tomando el gusto al ecoturismo. Por ejemplo, y aunque suene extraño, se visitan caracoles. Sucede que en Providenciales se encuentra la única granja de caracoles marinos de las islas, instalada en 1988 con objeto de criar caracoles desde los huevos hasta los ejemplares adultos, en un proceso que tarda cuatro años. La granja puede llegar a tener hasta un millón y medio de caracoles a la vez.
La carne de caracol constituye el principal ingrediente del conc, tal como se conoce a la comida típica de las Islas Turcos y Caicos, y que además es un plato muy valorado en el Caribe y Estados Unidos.
Pero no todo por aquí se reduce al turismo. Parece que en este refugio, uno de los cinco países del Caribe donde el dólar es de libre circulación, otra de las actividades favoritas es... casarse.
“Turcos y Caicos es muy elegido por parejas que vienen a casarse al lado del mar. A veces celebramos hasta tres bodas diarias en las distintas glorietas que hay entre la playa y los jardines”, dice, por ejemplo, Víctor Manjares, director de América latina para la cadena Sandals y Beaches. Mientras, en el muelle un novio lleva en brazos a su inminente esposa al barco que los trasladará hasta un arrecife de coral para casarse en plena bahía, entre las aguas turquesas.

Datos útiles

Cómo llegar

Desde Buenos Aires, por Delta Airlines vía Atlanta o por American vía Miami. El precio del pasaje es a partir de los US$ 879.

Qué comer

Si bien los hoteles ofrecen menús internacionales, la comida típica es el conc, cuyo principal ingrediente es la carne de caracol. Los restaurantes tradicionales también ofrecen langostas.

Buceo

La revista especializada Scuba Diving consideró a Islas Turcos y Caicos entre los cinco mejores destinos de buceo del mundo.

Visa

Debido a que hay que hacer conexiones en Atlanta o Miami, se necesita visa para pasajero en tránsito de Estados Unidos.

Moneda

El dólar es de libre circulación. También se aceptan las tarjetas de crédito internacionales.

Otras islas

Grand Turk: la capital del archipiélago. Funciona aquí lo más parecido a una ciudad. Excelentes zonas de buceo y playas notables como la del Gobernador.
Salt Cay: no tiene más de 100 habitantes y casi 3 km de largo, así que es más fácil encontrarse con gente viajando en carritos de golf y bicicletas que en autos. Fue el corazón de la industria productora de sal.
Parrot Cay: es un pequeño cayo privado que antes cobijó a piratas y luego a acaudalados granjeros de la región. Ahora sólo presenta el lujoso resort y spa Parrot Cay.

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