

TRANCOSO.- Cada mañana, el Atlántico cálido y abierto devuelve a los pescadores con sus redes cargadas de tainhas, dourados y hasta pequeños tiburones. Como la marea bajó, João y Paulinho empujan el bote de madera por una lengua de agua salobre hasta la orilla. Se levantaron temprano, a eso de las 4, pero son las 10 y la tarea del día está casi lista. En un rato más el pescado estará vendido y a otra cosa mariposa. A deitar (descansar) en la rede (hamaca), comer un buen peixe o practicar capoeira frente a las olas.
Esta escena domina las mañanas, mientras los paradores de la playa Nativos se desperezan y se preparan para un nuevo día. Esta es la que tiene más infraestructura; a la vuelta, praia dos Coqueiros es más tranquila, pero no tanto. Se alquilan reposeras y siempre hay a mano un petisco (aperitivo) de camarão o siri (cangrejo) y una cerveza bem gelada .
Igual que Arraial, el pueblo está sobre una falésia (acantilado), sin embargo tiene una particularidad que lo hace todavía más interesante. Todo -el consumo, las charlas, la vida- transcurre en un cuadrado, que no es uno cualquiera, es El Cuadrado. Se trata de un área rectangular -paradójicamente no es cuadrada- cubierta de pasto cortado, alrededor de la cual se acomodan restaurantes, casas, espacios de arte, negocios y una decena de amendoeiras (almendros). Al fondo de la plaza, la iglesia de São João Batista (1586), blanca y con paredes originales de barro y huesos de ballena, custodia el sosegado acontecer del pueblo.
Durante enero, el mes más concurrido, las noches encuentran a los visitantes en los barcitos de El Cuadrado: primero en uno, luego en otro y seguro que en uno más... y así hasta terminar zigzagueando por esa gran plaza, aún sin haber tomado ni una caipirinha.
Caraíva, como era entonces
Siempre hay alguien que se arriesga a ir un poco más allá. Los que tengan espíritu aventurero no duden ni un minuto en hacer el viaje hasta Caraíva. Son cerca de 2 horas en buggy, que aunque haya llovido se las arregla para salir airoso de todos charcos. Ni bien deja Trancoso atrás, el paisaje de colinas verdes se llena de bois blancos (vaca tipo cebú) hasta el río Caraíva, el gran obstáculo natural para llegar al pueblo.
En el muelle, un hasta la vista al buggy porque no hay balsa para autos y ahora sí... ¿listos para llegar más lejos que la imaginación?
Entonces, basta abordar la canoa y aprovechar el ritmo lento del canoeiro cuando hunde los remos en las aguas frescas para contagiarse de los tiempos suaves que se manejan en Caraíva.
En el pueblo no hay luz eléctrica ni teléfono ni correo. No todo, pero mucho está como era entonces Las calles son anchas, arboladas y de arena bien blanca; la playa es ancha y angosta, según los designios de la marea y de la luna; el mar... es turquesa, cálido y con buenas olas.
Un paseo para experimentar el lado salvaje de las vacaciones -y probablemente del año- es caminar 6 kilómetros por la playa desierta hasta una aldea de los indios pataxós, habitantes de la zona desde tiempos remotos.
Es para hacerlo bien temprano, dejando las huellas en la arena mientras el mar las borra detrás. Después de unas cuantas bahías y recovecos, aparece un palmar con algunas casitas rústicas en las que viven amplias familias de pataxós trenzando semillas y pajas que luego se venden por caiambá (dinero).
Un viaje hasta este rincón del mundo es como aspirar una bocanada de aire puro y hacerle un guiño cómplice al espíritu, después de todo un año de trabajo y tantos días de lluvia.
Datos putiles
Trancoso
Cómo llegar
Está a 25 km de Arraial. Existen dos rutas, una de tierra, panorámica y con bajadas a la playas, y otra asfaltada, en buen estado, pero con colinas abruptas, que exigen conductores atentos.
Alojamiento
Hay posadas desde 15 dólares la habitación doble hasta 100, una alternativa de lujo.
Playas
Después de Coqueiros hay una playa nudista, sin paradores y poco frecuentada. Le siguen Itaquena y Rio dos Frades, extensas y casi desiertas. Unos kilómetros más al Sur, Espelho das Maravilhas tiene la fama de ser una de las más lindas de Trancoso.
Gastronomía
La Portenhita, en un apéndice del cuadrado, sirve comida por kilo muy rica y barata (US$ 4, el kilo). Tiene mesitas afuera, para comer a la luz de las velas.
En camino
El año próximo, Club Med inaugurará en Trancoso su tercer emprendimiento de Brasil. El proyecto tendrá 250 departamentos y un área para la práctica de deportes.
{Subtítulo} Caraíva
Cómo llegar
Desde Trancoso son 30 kilómetros por una ruta de tierra de estado regular. Un buggy es la mejor opción. Alquiler por un día US$ 20. También hay un micro que parte todos los días desde Arraial por 7 dólares.
Excursiones
Paseos en canoa río arriba, US$ 10, la embarcación.
Excursiones a caballo por la playa durante la luna llena. Se alquilan en el restaurante Barra Velha, US$ 10 .
Un guía para ir a la aldea de los pataxós cobra 10 dólares.
Carolina Reymúndez
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