

SYDNEY, Australia.- Allí están, majestuosas, petrificadas como lo quiere la leyenda, separadas de la pared que desciende vertical -a la que sólo las une un diminuto puente peatonal- para mostrarse mejor y destacarse de ese entorno donde se conjuga el marrón de las montañas, el verde de la selva que se extiende a sus pies y el azul del cielo.
Desde la terraza de Echo Point se tiene el mejor punto de vista para admirar las Three Sisters (Tres Hermanas), nombre de estas espectaculares formaciones rocosas en el Parque Nacional Blue Mountains (Montañas Azules), 100 kilómetros al oeste de Sydney.
La leyenda reseña la historia de un jefe tribal que, junto a sus tres hijas, debió atravesar los dominios del monstruoso Bunilp y enfrentarse con él. Tyawan, tal el nombre del padre, decidió dejar a sus hijas al resguardo, pero al borde del acantilado.
Ni bien se inició la lucha con el monstruo, éste se acercó hacia las jóvenes para atacarlas. Tyawan posó su varita mágica sobre sus hijas transformándolas en rocas para salvarlas de la agresión, continuando inmediatamente la lucha con Bunilp.
Al verse acorralado, Tyawan se transformó en un pájaro Lira, pero al remontar vuelo perdió su varita mágica. Es esa misma varita la que el pájaro Lira continúa buscando, mientras llama a sus hijas, que esperan, estoicamente, que se rompa el hechizo.
Echo Point, donde está el completísimo Centro de Información, forma parte del poblado de Katoomba, eje turístico de la región y punto de partida de un abanico de circuitos pedestres para todos los gustos.
Una de las alternativas es seguir el Federal Pass, sendero de unas tres horas, a paso moderado, que nos permitirá tener una visión global de los puntos más interesantes del parque.
Federal Pass tiene, también, una importante connotación histórica: desde los primeros asentamientos en lo que hoy es Sydney, a fines del siglo XVIII, los colonos intentaron infructuosamente encontrar un camino que permitiera sortear esta cadena montañosa en la búsqueda de tierras fértiles que aseguraran el abastecimiento de la nueva ciudad.
Todas las expediciones se topaban con estas paredes de acantilados de casi 400 metros de altura que parecían infranqueables. Tuvieron que pasar 25 años. Finalmente, en 1813 la expedición, encabezada por Blaxland y Lawson, encontró un sendero que permitía el acceso al monte York y a todos los valles fértiles de la zona. Este mismo camino, en el cual el entorno prácticamente no cambió, es el que lo invitamos a recorrer.
La selva húmeda
Apenas cinco minutos de marcha separan a Echo Point de Three Sisters. El puente de madera que une los acantilados nos brinda una visión cercana de las formaciones y de los osados atletas que escalan estas paredes casi verticales, desafiando las leyes de la gravedad.
A partir de este punto se inicia el descenso por la Giant Stairway (Escalera Gigante), 900 escalones cavados en la montaña que nos llevarán hasta la selva húmeda que domina el valle de Jamison, al pie de las montañas.
Este circuito puede hacerse también en sentido contrario, aunque no es aconsejable pues entonces habrá que subir los 900 escalones, que no es tarea sencilla. Con el descenso, el clima y la vegetación cambian drásticamente: la temperatura desciende mientras la húmedad aumenta y la vegetación adquiere características tropicales y el verde inunda todo.
Al pie de las escaleras el camino se abre paso entre la vegetación por una cerrada galería donde el sol apenas logra filtrar débiles rayos. Inmensos eucaliptos y terebintos de más de cincuenta metros de altura pueblan la selva y son responsables de un fenómeno físico que nos explica por qué la zona es conocida como Blue Mountains: la evaporación de la humedad de esta selva libera al aire millones de minúsculas gotas de aceite de eucaliptos que tiñen toda la atmósfera de una tonalidad azulada.
El sendero llega a la cascada de Katoomba, que se desploma desde sus 300 metros de altura, y algo más adelante, hasta la estación inferior del Scenic Railway.
Este funicular que se usó, a principios de siglo, para sacar el carbón, es el de mayor pendiente en el mundo (52 grados) y, en menos de cinco minutos, cubre los 500 metros que nos separan de la estación superior, en la que hay un restaurante giratorio. Desde allí parte el teleférico que cruza el valle y nos brinda espectaculares vistas sobre toda la región.
Desde aquí hay unos 45 minutos más de marcha, por el camino del acantilado, hasta Echo Point. Los que estén muy cansados pueden tomar un omnibús que, cada 15 minutos, cubre ese trayecto. Otra posibilidad es pasar la noche en alguno de los muy buenos hoteles de Katoomba y presenciar el imperdible espectáculo de la puesta de sol sobre las Tres Hermanas.
Datos útiles
Cómo llegar: el aéreo, de ida y vuelta, cuesta cerca de 1600 dólares, con tasas e impuestos. Desde Sydney se llega hasta Blue Mountains por la autopista M4, o por tren, desde Victoria Station. Hay excursiones diarias desde Sydney por 50 dólares, con almuerzo.
Alojamiento: una habitación doble en un hotel cuatro estrellas cuesta entre 120 y 150 dólares. También se consiguen hoteles de menor categoría, bed & breakfast y apartamentos, a partir de 30.
Dónde comer: The Manor Restaurant y el Restaurante Giratorio del Funicular son dos buenas opciones con menús que van desde los 10 hasta los 20 dólares por persona. Se especializan en carnes asadas.
Más información: Comisión Australiana de Turismo, 4749-3771. E-mail: australia@hotmail.com
Marcos Joly
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