

BOSTON, Estados Unidos.- Hay dos buenas maneras de conocer la historia de un lugar. La primera consiste en comprar libros, buscar fotos, internarse en una biblioteca o navegar por Internet. La otra manera no tiene tanto que ver con conocer la historia del lugar, sino más bien con formar parte de ella. La evolución de Boston, Filadelfia y Washington está bien documentada y resulta accesible sin tener que cruzar la General Paz.
Pero la sensación de desandar los pasos de Benjamin Franklin o cenar en la misma mesa en la que John F. Kennedy realizaba sus reuniones de campaña sabe diferente desde el lugar de los hechos.
La consigna de este viaje, como si se tratara de un manual para el viajero, consiste en dejar que las historias, las sensaciones, las curiosidades y hasta el aroma de las comidas lo instalen en el lugar.
Londres en América del Norte
Una recomendación para los que visitan Boston es tener un casco a mano. No por seguridad, sino para mimetizarse un poco con los miles de obreros que trabajan en la construcción y que están erigiendo una nueva ciudad. Edificios de oficinas, residenciales y un proyecto faraónico para hacer subterráneas las autopistas son una imagen ineludible por estos días.
Pero si alguien le dice que Boston es una sola ciudad, desconfíe, porque se dará cuenta de que la Universidad de Harvard, en Cambridge y el Chinatown, cerca del puerto, no se conocen entre si.
Eso es lo que hace a Boston tan atractiva. Una ciudad con todo el refinamiento y raigambre británica, pero que cuenta con los ingredientes de una gran ciudad de Estados Unidos: movimiento frenético, edificios que arañan el cielo y monumentos ambientados como un parque de diversiones.
La tierra de los cuáqueros
Lo primero es lo primero. Serán los propios habitantes de Filadelfia los encargados de contarle el carácter pionero de la ciudad. Así podrá saber que la primera capital, el primer presidente, el primer hospital, la primera biblioteca, la primera bandera y muchos otros primeros de Estados Unidos nacieron aquí.
La ciudad fue fundada por William Penn en 1736. Penn fue uno de los tantos cuáqueros (grupo ultrarreligioso) que, perseguidos por sus creencias, escapó de Inglaterra hacia Estados Unidos y buscó crear una nación libre, una nueva Inglaterra . Así lo demuestra la traducción del nombre Filadelfia, la ciudad que ama a sus hermanos .
Además de aquellas cuestiones mencionadas, aquí nació también el primer puerto, la primer sala de cirugía y uno de los museos de arte más importantes y antiguo del país.
Si bien Filadelfia es un ticket directo al pasado, nada más alejado de un museo que esta ciudad. Los espacios abiertos como el Fairmont Park, aún más grande que el Central Park de Nueva York, la South Street, una especie de Soho con mucha onda y los restaurantes más prestigiosos hacen de Filadelfia un lugar para conocer el pasado desde una ciudad proyectada al futuro.
Estación con Capitolio
Washington le debe mucho a su estación de tren y tal vez sea hoy la ciudad número uno en visitas por parte de los estadounidenses gracias a esa estación inaugurada hace 90 años.
La Union Station es uno de los focos de movimiento y museo más importantes. La estación fue reciclada totalmente hace una década y desde aquí se puede acceder a pie a algunas de las postales más famosas: el Capitolio, la Casa Blanca, la Corte Suprema de Justicia y la biblioteca Thomas Jefferson.
Los amantes del aire libre están de parabienes aquí, ya que esta ciudad arbolada se puede recorrer tranquilamente en bici, sin necesidad de acreditar un estado físico ejemplar.
Lo único malo de esta metrópoli a orillas del río Potomac es que hay tanto para ver que no hay agenda ni cuerpo que aguante. Desde los museos smithsonianos o el Lincoln Memorial (con una de las mejores vistas de la ciudad) hasta el Pentágono y el Monumento a Washington, un obelisco de 50 metros que, como el nuestro, es todo un icono de la ciudad. Conviene tener la cámara siempre a mano, porque a cada paso hay una buena ocasión para hacer clic.
Datos útiles
Cómo llegar
En avión: US$ 987
Por United Airlines, hasta Boston, vía Nueva York, con tasas e impuestos.
Por United Airlines, hasta Boston, vía Nueva York, con tasas e impuestos.
De Boston a Filadelfia
En tren: US$ 56
Dura 2 horas
Dura 2 horas
De Filadelfia a Washington
En tren: US$ 34
Dura 2 horas
Dura 2 horas
Pase libre 5 días: US$ 149
Alojamiento
En Boston, Filadelfia y Washington
- * US$ 100
- * * US$ 130 - 150
- * * * US$ 200 - 250
- * * * * US$ 350 - 500
Los precios son por habitación doble.
Boston es la más cara de las tres; las tarifas aumentan considerablemente en épocas de graduación en Harvard y el MIT. Hay zonas alejadas de la ciudad que son mucho más pintorescas y, sobre todo, más baratas.
Filadelfia es una ciudad chica. Conviene alojarse en el centro.
Washington tiene muchas áreas interesantes para pasar la noche. La zona de Georgetown está muy de moda y a pesar de que los precios son un poco más altos, vale la pena.
Gastronomía
Desayuno en Boston: US$ 10
Almuerzo en Filadelfia: US$ 15
Cena en Washington: US$ 30
Precios por persona. Se puede comer al paso, y bien, pero estas ciudades tienen los mejores restaurantes del país. No son baratos, aunque no mucho más caros que un local de Recoleta.
Más información
Boston: Oficina de Viajes y Turismo del Estado de Massachusetts, Esmeralda 846, Pº 6 H, 4312-2264/4312-6572.
Filadelfia: Oficina de Turismo del Estado de Pennsilvania, (4328-9415/4322-7617) http://philadelphia@vanguardmarketing.com.ar
Washington: Oficina de Turismo del Estado de Virginia, Avda. Córdoba 657, Pº 13, Of. 131, (4314-1600)
En Internet
Por Pablo Querol
Para LA NACION
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