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Un buen compañero de viaje

El correo electrónico permite estar siempre comunicado, no ocupa lugar y es barato

30 de marzo de 2001

¿ Tienes e-mail? es la pregunta que ha desplazado a ¿De qué signo sos? para abrir una conversación. Es más eficaz que los horóscopos para romper el hielo o para comunicarse a cualquier hora y a bajo costo. Podemos hablar de emilios, para hacerlo en nuestro propio idioma y no preocuparnos por convertir la e en una i.

La @ se ha hecho más popular que cualquier otro signo en la PC. Una tarjeta sin dirección electrónica suena tan rara como un político sin celular. A la hora de viajar es una herramienta formidable y permite una notable disminución de gastos para mantenerse en contacto. Lo cuento por experiencia personal porque cada vez gasto menos en tarjeta telefónica y sin embargo estoy mejor comunicado que nunca.

Si bien tengo correo electrónico desde hace cinco años, antes era complicado abrirlo desde el exterior. Necesitaba servidores en otros idiomas, contraseñas varias y no era fácil resolverlo para quien le gusta la tecnología para usarla y punto. Para colmo debía trasladarme con mi Laptop que cada día parecía más pesada porque sus tres kilos eran con la máquina desnuda, pero había que sumarle el cargador y una batería de repuesto.

Además, aunque era y es muy útil, me cuesta escribir sobre un teclado pequeño y leer en una pantalla de pocas pulgadas. Tenía ventajas. Podía leer todos los días La Nación Line sin importar que estuviera en Europa o Estados Unidos. Y también volcar en caliente mis impresiones para futuras notas sin perder la espontaneidad que se va borrando de las anotaciones cuando pasa el tiempo.

Convivía con este balance satisfactorio a medias hasta que le encontré una vuelta sencilla y que facilita andar ligero de equipaje. No cargo con ninguna computadora.

En cada esquina

Y lo mismo que intentaba hacer antes desde la habitación del hotel lo puedo lograr en la calle donde cada día hay más lugares que tienen computadoras de escritorio para dar ese servicio y algunas hasta con cámaras para mandar una sonrisa a casa. Por un lado tengo mi e-mail en la Argentina y por otro, cuando viajo, utilizo los que registré en Hotmail o Yahoo!

Al principio había que ubicar un cibercafé e incluso había libros para conocer dónde estaban ubicados en las principales ciudades. Eso ya fue. Hoy, están por todas partes igual que los locutorios en Buenos Aires que son sensacionales. Prácticamente no hay lugar en el mundo que no facilite una computadora a mano. En la India, por ejemplo, tenía más facilidad para entrar a Internet desde cualquier pueblo que en Estados Unidos.

Parece extraño y tiene explicación. Mientras en Estados Unidos hay computadoras en todas las casas, en los países emergentes todavía no. Por eso brotan como hongos los lugares que dan ese servicio a un costo muy bajo, por moneditas.

No importa donde esté. Mantengo la rutina de recibir y mandar mensajes todos los días.

Por Horacio de Dios

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