
Así decía el dicho popular; o al menos así decía mi abuelita. Que cada niño te cuesta un diente. En cristiano: que en cada embarazo los dientes se te malogran. Explicación?: el calcio. El bebé te consume el calcio, a vos te falta y la boca se te viene abajo.
Bueno, desásnense: ayer cené con L., nuestra amiga odontóloga -o sea, dentista- y me vengo a enterar que la relación falta de calcio / dientes malos es un invento. Como mucho, el problema de la falta de calcio afecta al hueso, pero al diente no le hace nada porque no hay ningún tipo de intercambio entre el diente y el -o los- huesos.
Así que ya saben, embarazadas: lávense los dientes. Esa es la receta.
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