
Con razón no brillaba el living.
Hice el trabajo de siempre. Trapo, esperar que se seque y cera generosa como para que me dure. Luego de un rato, como enceradora no tengo, me subo cual alfombra mágica, sobre un buzo viejo y empiezo a bailotear logrando un brillo genial.
Esta vez, algo falló. Por más fuerte que le daba, el parqué conservaba su testaruda apariencia opaca.
El pote de cera que compré decía que servía para cualquier piso (flotante, azulejo, plastificado...menos madera cualquiera.
Al descubrir la confusión, quise arreglarlo tirando el poquito que quedaba en el pote de cera para maderas.
La pastenaca que quedó no puedo explicarla con palabras.
Mi living parece una oreja roñosa.
Puajjjjjjjj.
Linda manera de empezar la semana...
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