La práctica de los deportes de alternativa como una manera distinta de hacer turismo por la Argentina esconde algunos secretos y hay que tener ciertas precauciones y recaudos en cuanto a la indumentaria y a los riesgos que, a veces, tiene la actividad por más inofensiva que parezca.
Cabalgata
La cabalgata es la propuesta perfecta para los ambientes semiáridos de la cordillera, como los de Mendoza, el norte de Neuquén y otros cordones montañosos, de grandes cuestas y valles profundos, de extensas aproximaciones y de acarreos agotadores para los cuales un trekking resultaría monótono y cansador.
Es la mejor manera de recorrer mucha distancia en poco tiempo.
Asimismo, la cabalgata es ideal para los terrenos llanos que alternan con bañados, esteros o charcos de agua, imposibles de hacer a pie o con una embarcación.
Muchas personas eligen la cabalgata como el primer acercamiento hacia el turismo aventura, incluso mayores de cincuenta años y chicos, con excelentes resultados.
Una clave para gozar del paseo es preguntar a los que conocen de caballos cualquier duda acerca de cómo reaccionar o cómo colocar el cuerpo para las distintas exigencias del relieve.
A veces son algo ruidosas como para pretender el avistamiento de fauna, excepto las manadas de guanacos o vicuñas que se aparecen a la distancia.
Si no se está acostumbrado, la posición en el caballo puede producir dolor corporal general.
Equipo necesario: no hay mucho que el cabalgador deba tener. Un par de polainas de gamuza es un elemento útil para evitar el roce de la pierna con el caballo. Un sombrero es también práctico para protegerse del sol.
El calzado no tiene que ser de punta muy gruesa para que el pie trabaje cómodamente dentro del estribo y que pueda soltarse automáticamente en el caso de una caída.
Trekking
Es la opción ideal para los paisajes que alternan montañas con bosques y lagos. Tal vez la mejor variedad de aventura para recorrer muchos rincones de la Patagonia. Los trekkings permiten un contacto directo con el terreno y el cuerpo es como un pequeño explorador en busca de la absoluta felicidad en las alturas. Los circuitos a pie ofrecen mayor libertad de acción que las cabalgatas, cada paso depende del propio cuerpo, pero hay que hacer un esfuerzo mayor.
Preferentemente es conveniente realizar circuitos de trekking en aquellas regiones donde la vista cambia en forma permanente, para que la caminata se disfrute en sí misma. El peor de los errores en un trekking es caminar pensando en el momento de la llegada; nada más lindo que controlar la ansiedad, no angustiarse con el esfuerzo y apreciar los paisajes durante el andar.
Un trekking por zonas llanas es algo monótono, aunque si se le reconoce el sabor a los detalles de la naturaleza es una experiencia sublime. El trekking es una de las actividades de alternativa que requiere una plena participación de los aventureros (por ejemplo, en una cabalgata es el baquiano el que prepara el caballo -por su conocimiento- o la comida. En el trekking invita a involucrarse más). Caminatas y cabalgatas son las actividades ideales para combinar una buena coexistencia con el paisaje y la convivencia en grupo.
Imprescindible: una mochila anatómica.
Riesgos: son prácticamente nulos. Cansancio físico o algún traumatismo al pisar mal en terreno irregular.
Equipo necesario: una bolsa de dormir; las de pluma de duvet son las más abrigadas y livianas para transportar, se compra por gramos de relleno: una de 700 gramos de pluma ya es suficiente para actividades de mediana exigencia. El mercado nacional provee de buenos productos en este rubro, incluso sintéticas.
Una mochila: las anatómicas ofrecen buen volumen y son confortables para adaptar al cuerpo. La dimensión de la mochila se mide en capacidad de litros. De 60 a 65 litros es el mínimo necesario para un trekking de varias jornadas. Algunas tienen capacidad ampliable. Hay muy buenos diseños nacionales.
Calzado: pueden ser u|n par de botas o simples zapatillas si el pie del trekker es resistente. Es importante que la suela tenga dibujo y buen agarre. En el caso de las botas, para caminatas no extremas son apropiadas las de poca altura, que combinan cuero con tela.
Carpas: se dividen en dos grandes grupos: las iglú y las canadienses (a dos aguas). El iglú es ideal para la montaña y la canadiense para un camping con clima poco hostil. Igualmente, hay que prestar mucha atención porque hay diferencia de calidad entre las marcas (en las carpas debe tenerse precaución de los precios muy bajos). Cuidado, hay tiendas iglú que parecen una copia de una carpa india para que jueguen los chicos en el jardín de la casa de fin de semana. Las mejores marcas extranjeras son difíciles de conseguir en la Argentina. Las carpas de casas de camping reconocidas son una buena opción.
Para equipo de trekking (bolsa de dormir, carpa, mochila, indumentaria y otros accesorios para montaña), lo mejor se halla en Fugate (Gascón 238, 982-0203), Rupal (11 de Septiembre 4555, 702-9017), Libo (Alpatacal 3457, Santos Lugares, 757-1585), Ansilta (803-0647), Outside (Plaza Este 3671, 541-0398), Duvé Sport (Mendoza 1679, 784-4799), Esquel (Juramento 2432, 781-9038), Cacique (San José 1540, 0800-22008) y Luis Centeno (802-4113).
Artículos de duvet también en Makalú (855-5008). Los precios aproximados de indumentaria son: buzos polar, entre $ 50 y 90; campera (de polar 300), entre 80 y 120 pesos; mochila anatómica (de 60 a 80 litros), desde 130 hasta 220 (Fugate liquida modelos anteriores a un 40 % menos); bolsa de dormir de pluma duvet, a partir de los 340; bolsas de dormir sintéticas de holofil (fibra hueca), desde 150 pesos.
Por carpas de calidad se debe abonar un mínimo de 200 a 300 pesos. Ropa interior de poliprolileno, remera o pantalón, $ 24, de polar 100, a 39. Rompevientos (ésta es una prenda importante para la montaña), los de calidad, entre 70 y 120 pesos.
Rafting
Para quienes no son fanáticos de este deporte, la bajada en balsa por ríos con rápidos es una aventura de pura emoción. Es para divertirse, para andar a los saltos sin detenerse.
El rafting es agitación permanente, es adrenalina; no es para observar (aunque se quiera) el paisaje que ofrece el río o su entorno. Con buena predisposición y cuidado, el rafting provoca arranques de risa espontáneos, muy pocas veces temor.
Un buen guía recomienda a los tripulantes del barco la posición para aferrarse mejor dentro de la embarcación y qué movimientos efectuar. El descenso en rafting es participativo, todos tienen su remo y una función que cumplir de acuerdo con los mandatos del capitán.
Es realmente emocionante y si el día es cálido y con sol, se goza de la mojada.
Riesgos: no es común que ocurran percances, pero la posibilidad de una caída peligrosa en tramos bravíos del río está latente.
Equipo necesario: todo es provisto por los organizadores. Tal vez sea bueno llevar un conjunto de ropa seca de más, tanto interior como una remera y una toalla para la finalización del descenso.
Canotaje
Al igual que el trekking y la cabalgata, el canotaje es propicio para conocer el ecosistema por el que se anda. Más aún, las recorridas en canoa por ríos apacibles brindan la posibilidad de dejarse llevar por la leve corriente y estar atento a la observación de animales. Además, las barrancas de los ríos y arroyos representan sectores naturales con mucha más vida que fuera de ellos. Generalmente se realizan durante el invierno en los ríos del norte de la Argentina, pero en verano también se pueden organizar por el Delta del Paraná, ríos entrerrianos o bonaerenses. Se requiere poco conocimiento y poco esfuerzo físico, a menos que la travesía se programe con tiempos muy ajustados. Cuando la travesía es por ríos anchos y caudalosos, la propuesta es más bien deportiva (hay que saber del tema); pero si se hace por ríos angostos, el programa es de aventura.
Lo bueno es que los grupos no son muy numerosos. Es una salida participativa, ya que se exige el compromiso del aventurero.
Si se quiere observar exclusivamente la naturaleza es la travesía ideal, incluso cuando se atraviesa zonas de monte cerrado porque se está lejos de los insectos y alimañas endógenas del ecosistema. El número ideal de navegantes dentro de una embarcación con equipo es de dos, pero puede llegar a trasladar tres.
Riesgos: casi no se presentan; máxime si la travesía se realiza en riachos apacibles. Puede ocurrir una volcada y darse la pérdida del equipo. Conviene estar siempre calzado para no pisar ningún animal peligroso del fondo.
Equipo necesario: para el caso de las canoas, por lo general, se utilizan las llamadas de travesía o de turismo, dos modelos estándares. El costo es de 200 a 400 pesos por piragua.
Dos sitios para consultar son Anaico (749-2860) y Bahamas (745-0804).
El chaleco salvavidas es un accesorio también imprescindible. Se pueden obtener en Barón (Avda. del Libertador 1898, San Fernando, 746-9600), Libo (ver trekking) o en Camou (Primera Junta 1064, San Isidro, 743-7205). El equipo restante es de campamento y lo importante es conseguir receptáculos impermeables para proteger los elementos en caso de mojaduras.
Mountain bike
Es ideal para regiones desoladas, pero no muy escarpadas ni pedregosas. Por caminos semiabandonados, viejas huellas de aserraderos o trazas de minas en desuso, el cicloturismo otorga placer en el sentido exploratorio que da la bici, porque es uno de los medios de movilidad que más se puede manipular. Y agrega un adicional que las otras aventuras no tienen, la sensación de velocidad, momentos de simple deslizamiento en los que golpea el aire fresco y natural. Además, el cicloturismo requiere de movimientos de precisión y de constancia. Las travesías con desniveles muy pronunciados son solamente para bikers entrenados. Si se pretende escalar una montaña con la bicicleta, la máquina terminará sobre el hombro del aventurero. Es ideal para recorrer regiones semipobladas, no solamente es para paisajes del todo apartados y aislados. A la travesía en bicicleta es interesante combinarla con trekking en los ratos libres (después del trekking, el mountain bike es el que quizás otorga mayor independencia de acción al individuo).
Pasos cordilleranos de ripio, senderos de animales e infinidad de lugares patagónicos son el marco de opciones casi infinitas para emprender con la bici.
Importante: bicicleta liviana con cambios y casco.
Riesgos: los golpes con la bicicleta pueden ser fuertes. Incluso, traumatismos en la cabeza, por eso el casco es un elemento vital. Ocasionalmente suele provocar paspaduras, dolores de rodillas, cansancio y malestar en las muñecas u otras lesiones.
Equipo necesario: para bicicletas y accesorios se puede consultar en Atalaya (Cabildo 4337, 702-2952) y M&G (Roosevelt 3002, Capital Federal). También, los locales de camping como Fugate (ver trekking) venden alforjas y otros accesorios.
Vuelo aerostático
Es difícil de situarlo dentro de las actividades de aventura porque el turista es más bien observador de todo lo que ocurre con el globo.
La experiencia de volar en un aeróstato es inolvidable, ya que se pierde la sensación de que el cuerpo tiene peso. Es fascinante sentir el desplazamiento del globo desde dentro. La nave cambia de nivel en forma rápida y los elementos del paisaje modifican el tamaño velozmente. El vuelo en globo es, principalmente, un gran atractivo para el piloto y los tripulantes, pero todo es tan grande y tan específico que los convidados al vuelo son más bien espectadores de un indudable gran espectáculo.
El globo es como un gigante inalcanzable, venerable. Las propuestas son por el día y no incluyen la realización de grandes travesías. Es interesante el proceso de inflado del velamen, las maniobras de despegue y las técnicas de navegación utilizadas.
Riesgos: casi no hay. Puede ocurrir un aterrizaje forzoso o una caída brusca en lugares poco despejados.
Equipo necesario: abrigo y prendas resistentes al viento. Guantes y gorro de lana para días fríos.
Deportes-aventura
Son las actividades en donde el espíritu por el deporte supera al perfil aventurero que puede presentar la actividad. Parapentismo, escalada, buceo, puenting o kayakismo requieren de mucha técnica para vivirlos a pleno.
El cuerpo colgado de una pared, sostenido de un arnés bajo la fascinante vela de un parapente, debajo del agua, en soledad y a varias decenas de metros de la superficie, son experiencias que valen la pena pero demandan un pequeño curso.
Se tiene la variante de hacer acercamientos, sin meterse de lleno en la actividad, tomando nociones básicas de escalada, trekking sobre hielo, rappel, tirolesa o rappel aéreo (todos muy divertidos y seguros de practicar con el asesoramiento de guías) para el caso del montañismo.
También hay vuelos en tándem o biplaza para el caso del parapente, un deporte cautivante, lo más parecido al vuelo de pájaro que un hombre puede experimentar. En caso de querer vivirlo en forma personal, hay que hacer un curso teórico-práctico sobre las técnicas de vuelo.
Riesgos: los accidentes en las actividades de vuelo libre, por lo general, se deben a la imprudencia del piloto, sobre todo en el momento de revisar el equipo o evaluar las condiciones climáticas. Aterrizajes violentos, despegue incorrecto o caídas por mal estado de los suspensores, también son probables. En el caso de las actividades de montaña todo depende del límite hasta el que se lleve la acción. Para los programas de iniciación se utilizan elementos como arneses, cascos, cordadas de seguridad, que reducen el riesgo al mínimo. Para practicar buceo o parapente se requieren cursos preparatorios.
Equipo necesario: la indumentaria personal. En caso de querer adquirir algo de equipo de escalada o sogas se recomienda concurrir a las casas mencionadas para el equipo de trekking.
Overlanding
El estereotipo de esta modalidad de aventura es la ruta 40, en especial el tramo patagónico, con sus desoladas centenas de kilómetros. Paisajes silvestres, parques nacionales poco visitados, grandes estancias. El overlanding aprovecha el sabor de la estepa patagónica como ninguna modalidad lo logra.
Lo interesante es cuando se lo combina criteriosamente con caminatas y observación de la naturaleza. Distintas son las travesías 4 x 4, las que se destinan más bien a sortear obstáculos y enfrentar geografías difíciles para los vehículos; una especie de supervivencia, pero de los fierros.
Las travesías de overlanding permiten un contacto lateral con pobladores, con la cultura del lugar, la arqueología.
Son raids cansadores, pero muy intensos. Se cambia de panorámica a cada momento, demasiado para quienes gustan de disfrutar de un acercamiento directo y profundo con la naturaleza. Es ideal para conocer sitios apartados y bellos, los que muchas veces no justifican por sí solos un traslado únicamente a ese lugar. Un día, un lago; otro, cuevas. Luego, montañas, glaciar. Y así van transcurriendo las pedregosas millas.
Riesgos: los derivados de la conducción del vehículo por rutas en condiciones irregulares, tanto en el asfalto como en el ripio. Demoras por imprevistos mecánicos, cansancio corporal.
Equipo necesario: la indumentaria personal.
Andrés Pérez Moreno y Adrián De Paulo