
Un parque donde el mar es protagonista
Encuentro cercano con delfines, lobitos, una gran orca y otras criaturas en Mundo Marino
10 de marzo de 2013
La impresionante orca Kshamenk hace el salto final y moja a todos, a pesar del día un poco fresco. A nadie le importa: el público aplaude con entusiasmo el show de orcas y delfines, sin duda, la mejor atracción de Mundo Marino, este gran oceanario de San Clemente del Tuyú, en el Partido de la Costa, donde todo luce impecable, a pesar de las 3000 personas que lo visitan por día durante el verano y los feriados.
Primero es el turno de los delfines, donde muestran todas sus habilidades con saltos y piruetas, y después sí, entra en escena el gran Kshamenk, la estrella del parque, a la que los entrenadores le dicen cariñosamente el Gordo. La orca llegó a la zona hace años, aparentemente se varó, la rescataron y se quedó a vivir en las piletas del parque, como actor protagónico, a pesar de las quejas de agrupaciones ambientalistas.
"Con Kshamenk no nos metemos al agua, sólo lo acariciamos y nada más. Con los delfines es diferente, prácticamente convivimos con ellos", cuenta Darío Mininni, entrenador desde hace 10 años de delfines y que pasa casi 12 horas por día con los animales durante todo el año.
"No podría decir si son o no inteligentes, pero sí son sociales y trabajan en equipo. Nuestro trabajo como entrenadores es lograr que hagan lo que ellos hacen naturalmente. Les damos premios, juguetes y caricias como recompensas", explica con el traje de neoprene todavía mojado por el show que compartió con los cetáceos.
Mundo Marino tiene un staff de 13 delfines, 10 de los cuales nacieron en el parque, como Uma, que está por cumplir un año y ya sale a nadar y jugar con su mamá, Clementina. En el Anfiteatro del Mar muestran varias veces por día sus destrezas: saltos, acrobacia y piruetas.
Los lobos marinos también dan su espectáculo. En este caso es una especie de comedia musical que los chicos no llegan a entender del todo, pero poco importa el argumento: los lobitos son tan simpáticos y graciosos que se compran a la platea infantil.
También hay un sector de pingüinos patagónicos que llegaron empetrolados y se los recuperó. Se los ve nadando en una recreación de su hábitat, con ventiladores permanentes que los refrescan un poco. Además de los que llegaron nacieron nuevos; Mundo Marino tiene la primera colonia reproductiva de la América latina.
Recorrer el parque y presenciar los shows lleva su tiempo. Es un plan para todo el día, porque hay que caminar bastante y hay mucho para ver. Prácticamente no da tiempo para hacer las actividades opcionales, que se pagan aparte.
A los que visitaron Mundo Marino hace unos cuantos años les costará reconocerlo.
Hace más de treinta años era un camping. Un buen día llegó un delfín a la playa y le dieron alojamiento en la pileta del camping. Allí empezó a hacer sus piruetas, el camping quedó en el olvido y el parque poco a poco fue creciendo.
Afuera del agua
Ahora cuenta con 40 hectáreas y el nombre de Mundo Marino le quedó chico cuando incorporó hace unas temporadas un safari terrestre con muchos animales que no tienen nada que ver con el mar.
A bordo de un especie de tren, pero con ruedas, se recorre la parte nueva del predio, poblada de animales exóticos y autóctonos que se ven a muy poca distancia y que conviven en armonía, como monos capuchino entre los árboles, avestruces, ciervos, llamas, antílopes de África con sus crías de un mes, que la guía cuenta que son los más grandes del mundo, con 1200 kilos. También ovejas africanas mitad blancas y mitad negras, pero que no dan lana; búfalos del agua, que nadan en una gran laguna, y carpinchos.
Muy cerca del predio del safari se les puede dar la mamadera a animalitos de granja, como ovejas y cabritos en la nursery.
Además de los shows y los animales, detrás de la escena existe la Fundación Mundo Marino que se encarga de recuperar animales y devolverlos al mar. También, durante el año ofrecen programas educativos para que los chicos de diferentes edades puedan zambullirse en los misterios del mar.
Datos útiles
- Cómo llegar
San Clemente está a 310 km de Buenos Aires por RN 2, RP 63 y RP 11. Está en Av. Décima N° 157, al lado del puerto. Informes, (02252) 43-0300 (rotativas) y 43-0304/ 306/ 202. - Tarifas
Mayores, $ 150. Menores de 3 a 10 años, 99. Un combo de hamburguesa, papas fritas, gaseosa y postre cuesta 60. Las atracciones opcionales cuestan 18 por persona. - Horarios
Durante marzo y hasta el 2 de abril está abierto todos los días, de 10 a 18. Durante el año abre fines de semana y vacaciones de invierno.
Termas y pileta con olas

A pocos kilómetros de Mundo Marino, justo donde el Río de la Plata se da la mano con el Atlántico se descubrieron aguas termales marinas, que como en otras termas tienen efectos revitalizadores de tejidos, ayudan a las afecciones de la piel, son sedantes y mejoran la circulación, entre otros beneficios. Las piletas son cubiertas y se pueden disfrutar todo el año. Pero lo más divertido son las piletas recreativas. Esta temporada inauguraron una gran piscina con olas, que imita muy bien al mar, en este caso embravecido. También hay otra con dos enormes toboganes que los chicos suben y bajan sin descanso.
En el parque también se puede subir al faro San Antonio, el primero del país con ascensor, desde donde se tiene una gran vista panorámica de la bahía.
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