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Un rincón tocado por la mano del hombre

Desde Perito Moreno se accede a la Cueva de las Manos




SARMIENTO, Chubut.- Poblada de bosques siempre verdes y montañas imponentes en su sector cordillerano, y separada del mar por una barrera de acantilados, la Patagonia muestra en su interior un paisaje árido y salvaje, tierra seca y piedra desafiante. Este territorio está surcado, de Este a Oeste, por varias rutas. La más septentrional es la ruta nacional 22, que atraviesa las fértiles tierras del Alto Valle del río Negro y se interna en Neuquén.
Más al Sur, se suceden la ruta nacional 23 -que recorre la denominada Línea Sur, bordeando la Meseta de Somuncura (Piedra que Habla)-, la ruta nacional 25 -que comunica Rawson con Esquel- y las vías que conforman el sector llamado Corredor Central de la Patagonia, que ocupa una gran porción de tierra entre el sur de la provincia de Chubut y el norte de Santa Cruz.

Petróleo y molinos

Dos de los sitios más destacados de este corredor son el Bosque Petrificado Parque José Ormaechea (Chubut) y la Cueva de las Manos (Santa Cruz). Saliendo de Comodoro Rivadavia -la urbe más importante de la zona y la de mayor población de la Patagonia después de Neuquén- la ruta nacional 26 se adentra hacia el Oeste.
A ambos lados del camino se ven máquinas extractoras de petróleo en funcionamiento y los gigantescos molinos que se utilizan para aprovechar la energía que producen los fuertes vientos patagónicos. No hay pájaros ni árboles que acompañen el trayecto; apenas las matas grises de neneo y coirón que crecen entre las piedras.
Después de 150 kilómetros de marcha se llega a Sarmiento, una ciudad pequeña que fue fundada en 1897 por colonos galeses. Allí nace un camino que lleva al lago Musters y otro, al Bosque Petrificado.
El bosque es una gran extensión de formaciones rocosas muy parecidas a las que se encuentran en el Valle de la Luna, en San Juan.
Entre las montañas -de una arenisca gris-, de las que asoman vetas multicolores, yacen los troncos inertes de las coníferas que hace setenta millones de años ocuparon este rincón de la Patagonia.
Cuesta imaginar que donde sólo hay piedra y polvo, alguna vez existió una floresta subtropical que recibía los vientos húmedos del Pacífico, que hoy la cordillera de los Andes retiene.
Aunque los árboles de este parque son más pequeños que los de su símil de la provincia de Santa Cruz -y presumiblemente menos antiguos-, su grado de petrificación es menor, lo que permite apreciar con más detalle los rasgos de la madera originaria.
La ruta 26 continúa hacia el Oeste hasta su entronque con la legendaria ruta 40, que vincula Santa Cruz con Jujuy orillando, por momentos, la cordillera.
Hacia el Sur, luego de 125 kilómetros de marcha, se llega a Perito Moreno, un pintoresco pueblito donde una forestación de sauces y álamos aporta un toque de verdor que contrasta con el gris de la estepa circundante. Este es el punto estratégico desde el cual conviene ir a conocer la Cueva de las Manos.
La cueva es una hendidura bastante extensa en uno de los farallones del majestuoso cañadón del río Pinturas. Tanto las paredes como los aleros están tapizados de pinturas que delatan la permanencia del hombre en la zona por un período muy prolongado.
Las más antiguas (10.000 años) son las que muestran negativos de manos, realizados con una primitiva técnica aerográfica que consistía en soplar sobre el contorno de la mano apoyada en la piedra, valiéndose de un hueso ahuecado, una mezcla de grasa de guanaco con tinturas naturales de tonos rojos, verdes, violetas y amarillos.
Un poco más recientes son las pinturas -ya no aerografías- que describen escenas de caza: figuras humanas, guanacos y otras menos definibles que podrían representar lagartos o serpientes.
Las más modernas (desde el 2000 a.C. hasta los primeros siglos de nuestra era) están realizadas con una técnica de grabado y muestran figuras antropomorfas y de animales.
Descubiertas a principios del siglo XX, estas pinturas rupestres -que no son las únicas, pero quizá sí las más importantes de la Patagonia- han sobrevivido a los embates del tiempo y los rigores del clima, y representan hoy un testimonio invaluable de la eterna necesidad del hombre de expresarse y de dejar al menos una pequeña huella de su paso por el mundo.

Datos útiles

Alojamiento: en Sarmiento hay hospedajes que cobran alrededor de 30 pesos la habitación doble.
  • El hospedaje más cercano a la Cueva de las Manos es la estancia Los Toldos, que cobra 68 pesos por una habitación doble y, además, cuenta con un albergue. Otra opción es alojarse en la estancia La Serena, por 106 pesos, o en la estancia Telken, que cobra 96 pesos.
  • En Perito Moreno la oferta hotelera es reducida. En un hotel de una estrella, una habitación doble cuesta entre 35 y 45 pesos.
Excursiones: la excursión desde Sarmiento al Bosque Petrificado cuesta 30 pesos por persona.
  • El transporte desde Perito Moreno a la Cueva de las Manos, 40 pesos.
  • Desde las estancias hay excursiones a la cueva por entre 35 y 100 pesos por persona.
Entradas: la entrada al Parque José Ormaechea cuesta 5 pesos.
  • La entrada a la Cueva de las Manos cuesta 3 pesos (adultos).
Más información: Casa de la Provincia de Santa Cruz en Buenos Aires, 4325-3102/3098.
E-mail: estancias@interlink.com.ar ,
o a la Casa de la Provincia de Chubut en Buenos Aires, 4382-2009.
E-mail: chubutbue@arnet.com.ar
Alejo Schatzky

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por Redacción OHLALÁ!

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